* * * * * * * *
* * * Leo * *
bambinos -le ind
o -me reclama Luciano al abrir una de las puertas t
a la puerta del copiloto para poder abrirla para mi esposa-. Por favor,
ra después abrir su cartera y sacar un e
siento del conductor para poder tomar mi lugar correspondiente.
por el espejo retrovisor que habĂa en
burrido; y eso me hace son
aba concentrado en su consola portátil de videojuegos)- ¿F
nta al haber detenido su
, centro toda mi atención en mi hijo de siete años, el meno
e hacia mĂ y observarme-. Si vas a continuar preguntando si estamos listos, no vamos a lleg
años (quien se encontraba cabizbajo y jugando, nerviosamente, con los dedos de sus manos). Al verlo asĂ, no puedo evitar sentirme un poco molesto con mi esposa, pero, aun asĂ
después», determino en silencio;
ccede a hacer ello de manera tĂmida-. ÂżTodo bien? -le pregunto sereno al mirarlo fijamen
bĂa elegido para presentarnos, esta noche, en
s, pero, al parecer, ninguno tenĂa ganas de conversar much
se llevarĂa a cabo el evento y en la cual habĂa demasiados periodistas a los
porteros se viene hacia nuestro au
polarizadas -comento al dej
oca que mis hijos exhalen de manera pesada para después mirar a su madre-. Quiero que se comporten y se man
ero ella solo me mira altanera; y de
l -precisa- y siempre manténganse en la mesa
la me mira enfadada, pero, esta vez, no le hago caso y solo me limito a dirigir mi mirada a mis hijos-
ia la puerta del copiloto y la abro para mi esposa; sin embargo, para llegar a ella, el personal de seguridad d
ma de mi brazo ligeramente y luego, da la señal para que los niños tomen sus ubicaciones. Al hacer ello, Franco y Luciano se colocan a mi lado mientras que Fabrizio va al lado de su madre. Al llegar a su cost
re mi esposa de manera dulce; y debo confesar que verla asĂ me inco
mirarla a sus hermosos ojos jade; y puedo
rnos un momento
tajante al seguir c
eñala firme y, de maner
. -me quedo con la palabra en la boca, ya que mi mujer habĂa decidid
yo también
reporteros, quienes no estaban perdiendo tiemp
ar una de mis mejillas-. Ustedes saben que para nosotros siempre hay tiempo pa
blar más, pero ella no. Mi mujer disfrutaba de la prensa y de los flashes que alumbraban su imag
o la voz de m
iano? -pregunto
a mamá por favor?
le une Franco al seguir
Norka del brazo y me acerco delicada
o ella no me responde, solo se gira, me
sobre todo cuando veo a Fabrizio tratar de
tiempo en que me dirijo hacia donde estaba Fabri
sa, disimulando su enojo, al segui
esperamos adentro, amor -añado; y le doy un ligero beso en sus labios, el cual es captur
ntrada-. Creà que me iba a quedar ciego con tantas luces -añade con diversi
chi (un hombre de 55 años y quien trabajaba como anfitrió
una mano hacia Ă©l; y aquel la estrecha cordialment
r preguntar -responde sonriente; y
noche -lo saluda L
che, jove
ichi -saluda Franco a
mi hijo de 15 años y, finalmente, dirige su mirada a mi
señor Richi -sa
ñor, déjeme guiarlo a
n menos de 2 minutos, mis hijo
nmigo, enano? -le pregunta a Fabrizio; y mi hijo asiente tĂmi
se les une Franco
aquĂ en 20 minu
ta mi hijo mayor; y se
o lejos, diviso a mi mejor amigo, Max, quien estaba conversando
sorprende uno de mis m
imagino que Norka sigue respondiendo pregunta de los p
uy hermosa y referente de la moda?
e sĂ -respondo
tá Jane? -
los niños -res
inieron? -le p
una noche de videojuegos -señala con mucha se
rĂ© en la joyerĂa buscando unos pendientes para
Ă? -cuestiona burlĂłn
igo al tiempo en que tomo la copa de champaña que acabab
o -señala con su ya acostumbr
aprovecho para cambiar de tema-. Espero que para el coctel de la prĂłxima sema
e coctel; te lo pro
e mi esposa; y yo volteo para
to, jalo su silla, como muestra de cabal
aluda Geronimo de
eria; y, cuando hace eso, puedo ver cĂłmo mi amig
dido por la actitud de mi esposa
n mi esposo, señor Caruso? -precisa ella con formalidad; y mi amigo solo se
ar luego de la ceremonia
le respondo gentil
u mirada en mi mujer-. Que tenga buena
mi mujer de manera desinteresad y,
cortés -le digo a mi esposa; y
e saber por qué te fuiste y me dejaste sola contestando la pr
o en qué decir para evitar que esta noche no pase