podía creerlo, una maldita vez, una jodida única vez, desde que la sedujo hacía tres años
e el papel porque a su esposo no lo había visto más que esos cinco días de Navidad que pasaron juntos tres mese
n agradable, incluso amoroso y ese abismo de esperanza hizo que cayera nu
e la noche maravillosa que habían pasado juntos, Jareth
olo se había limitado a enamorarla por su familia, debía aceptarlo, jamás la quiso como esposa, sol
odiaría más? Posiblemente, creería que lo había he
o el test de embarazo al cubo de la basura, saliendo rápidamente
preguntó rápidamente el chófer al verla
dejaría que nadie más se enterara de lo sucedido, porque de ser verdad, el
sto cuando el coche salió del patio trasero de l
o y contestar ella. Se rumoreaba que su jefe estaba casado, más ella no lo creía. La supuesta esposa no había ap
efe brillaba por su ausencia, no podía hacer otra cosa, tal vez era algo importante por la insiste
arla y la otra
ars ha salido sola, no ha
l señor Mars, él no se encuentra en este
lguien más contestara el móvil personal de su jefe, sobre todo un
cado al señor Mars, una vez l
no era para menos, Ahora era consciente que si existía una señora Mars y no solo eso su jefe parecía ten
cuando Mónica entró a la oficina de Jareth Mars con algunos pendientes pa
llos ojos azules de su jefe hizo a la muje
decir que ella había tocado su móvil, y recibió el mens
ahora lo único que lo reconfortaba era saber que podía checar sus movimientos a travé
ue lo primero que le preguntó a su empl
a su esposo, esta vez era imprescindible encontrarlo cuanto antes, así que no dudó en ir y mu
ere no puede
acho de su esposo, a quien encontró al teléf
largarme de aquí
chofer por no haberla seguido cuando la puerta de su de
la. Sin embargo, pese al impacto que su esposa lograba tener en é
yo... l
upo a partir de aquí. Además, la s
areth, para volver a posar su mirada azul hielo en su esposa,
or primera vez dejándole ver algo más que indifere