img Casado con mi secretaria  /  Capítulo 4 4 | 4.71%
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Historia

Capítulo 4 4

Palabras:1745    |    Actualizado en: 08/02/2023

as, me sumerjo en esta intentando calmar ese dolor agobiante, creo que tendré que ir por unas pastillas, pero ¿cómo mierda llegué aquí? Me relajo mientras escucho clásicos en inglés y de pro

iablos! Yo soy malo para emborracharme

arde, no vuelvo a tomar de esa forma, bajo lo más rápido que puedo los escalones y conduzco hasta la oficina, me miro

n a su cuerpo, aunque la chaqueta que lleva no me deja tener una gran vista, me mira; voy a prete

hablar y yo no quiero hablar sobre eso, mentirle a mi padre es una cosa, pero ya mentirle a mi madre es cosa seria. Al cabo de un par de semanas su

des -digo a

llamadas? ¿Qué rayos pasa contigo? -la voz d

qué llamas d

adezco no estar frente a ella en estos mome

a dado mi padre -me recuesto de forma relajada sobre el es

ue te casaste y tu madre, la perso

lo único que

ro y

am

urecida, nunca he escuchado a mi madre ha

z ronca de mi padre se

o, ahora tengo que esc

quieres que l

e lo

es porque es él y no ella, no tengo de otra más

olestó-. Papá, ¿es en ser

d? -¿¡qué

, se las presentaré y escucha bien, padr

n las creaturas más bellas del universo. Pero ahora, ¿a quién diablos busco para esta ment

ive

¿puede

sup

entra con el ceño fruncido, veo fijamente hacia una planta en una pequeña macet

esa planta? -pregunt

hora voltea a verme, pero yo n

to lo miro a los ojos con toda la seriedad posible y todo rastro de risa se borra de su rostro-. Bien -dice, fi

que so

vid estallar

avid me mira indignado y ahora s

destellan un brillo d

o soy gay? Yo soy un hombre muy m

a que su esposa salía contigo -comienzo a acariciar mi men

vez deberías buscar una chica y cas

s en serio, David? Además

Qué pasa co

mole

s amigas actrices, creo

pueda vender a los medios por unos cuantos dólares. Necesito alguien e

aria? -pregunta, mi

dra? No

s -me quedo distraído pensando que Alex podría ser buena opción-. ¿Recuerdas aquel día que salí con aquella

vió el video esperando que yo despidiera a David

-sigo pensando en Alex... Ella puede ser mi salvación-. Y te odia, lo que ha

dices qu

dian, Oliver. Seamos sinceros -no

r -digo, abriendo mi lapt

asera de mi silla giratoria dejando mi chaleco del mismo color muy bien ajustado a mi torso al descubierto, me siento nuevame

que me aparece son videos de romanticismos que golpean mi vista. ¿Cómo hay hombres capaces de

«adelante»-hablo, mientras continúo consultando

, su pantalón blanco contornea sus piernas a la perfección, al ent

itt me dijo qu

libreta de apuntes; se inclina sin percatarse de que me está ofreciendo una gran vista, luego s

a su cabello detrás de sus orej

nunca he dejado que nadie conduzca mi Porsche -digo sin titubear, regre

bras en segundos-. ¿Es esa la razón por la que va a despedirme? -¿despedirla? ¿Qué?-. Solo hice algo que cualquier persona haría que mirara a otro en ese estado, de no ser

clamo, al ver qu

sorpresa. ¿Qué ha dicho? Frunzo mi entrecejo y me acomodo mejor pa

certe? -enarco una ceja-. Y no te v

do -habla, lleva su mirada a la planta en mi ofici

serio contigo -continúo-. ¿

cosas por la forma desconcertada que me mira,

l no tener ninguna r

arando su garganta-.

le puedo

lgo -comienzo a teclear en mi computador cualquier cosa para sonar

lo que es peor; hay un silencio incómodo. Quizás esta e

as mi

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