as, me sumerjo en esta intentando calmar ese dolor agobiante, creo que tendré que ir por unas pastillas, pero ¿cómo mierda llegué aqu� Me relajo mientras escucho clásicos en inglés y de pro
iablos! Yo soy malo para emborracharme
arde, no vuelvo a tomar de esa forma, bajo lo más rápido que puedo los escalones y conduzco hasta la oficina, me miro
n a su cuerpo, aunque la chaqueta que lleva no me deja tener una gran vista, me mira; voy a prete
hablar y yo no quiero hablar sobre eso, mentirle a mi padre es una cosa, pero ya mentirle a mi madre es cosa seria. Al cabo de un par de semanas su
des -digo a
llamadas? ¿Qué rayos pasa contigo? -la voz d
qué llamas d
adezco no estar frente a ella en estos mome
a dado mi padre -me recuesto de forma relajada sobre el es
ue te casaste y tu madre, la perso
lo Ăşnico que
ro y
am
urecida, nunca he escuchado a mi madre ha
z ronca de mi padre se
o, ahora tengo que esc
quieres que l
e lo
es porque es él y no ella, no tengo de otra más
olestó-. Papá, ¿es en ser
d? -¿¡qué
, se las presentaré y escucha bien, padr
n las creaturas más bellas del universo. Pero ahora, ¿a quién diablos busco para esta ment
ive
Âżpuede
sup
entra con el ceño fruncido, veo fijamente hacia una planta en una pequeña macet
esa planta? -pregunt
hora voltea a verme, pero yo n
to lo miro a los ojos con toda la seriedad posible y todo rastro de risa se borra de su rostro-. Bien -dice, fi
que so
vid estallar
avid me mira indignado y ahora s
destellan un brillo d
o soy gay? Yo soy un hombre muy m
a que su esposa salĂa contigo -comienzo a acariciar mi men
vez deberĂas buscar una chica y cas
s en serio, David? Además
Qué pasa co
mole
s amigas actrices, creo
pueda vender a los medios por unos cuantos dĂłlares. Necesito alguien e
aria? -pregunta, mi
dra? No
s -me quedo distraĂdo pensando que Alex podrĂa ser buena opciĂłn-. ÂżRecuerdas aquel dĂa que salĂ con aquella
viĂł el video esperando que yo despidiera a David
-sigo pensando en Alex... Ella puede ser mi salvaciĂłn-. Y te odia, lo que ha
dices qu
dian, Oliver. Seamos sinceros -no
r -digo, abriendo mi lapt
asera de mi silla giratoria dejando mi chaleco del mismo color muy bien ajustado a mi torso al descubierto, me siento nuevame
que me aparece son videos de romanticismos que golpean mi vista. ÂżCĂłmo hay hombres capaces de
«adelante»-hablo, mientras continúo consultando
, su pantalĂłn blanco contornea sus piernas a la perfecciĂłn, al ent
itt me dijo qu
libreta de apuntes; se inclina sin percatarse de que me está ofreciendo una gran vista, luego s
a su cabello detrás de sus orej
nunca he dejado que nadie conduzca mi Porsche -digo sin titubear, regre
bras en segundos-. ÂżEs esa la razĂłn por la que va a despedirme? -Âżdespedirla? ÂżQuĂ©?-. Solo hice algo que cualquier persona harĂa que mirara a otro en ese estado, de no ser
clamo, al ver qu
sorpresa. ¿Qué ha dicho? Frunzo mi entrecejo y me acomodo mejor pa
certe? -enarco una ceja-. Y no te v
do -habla, lleva su mirada a la planta en mi ofici
serio contigo -continĂşo-. Âż
cosas por la forma desconcertada que me mira,
l no tener ninguna r
arando su garganta-.
le puedo
lgo -comienzo a teclear en mi computador cualquier cosa para sonar
lo que es peor; hay un silencio incómodo. Quizás esta e
as mi