mirada; mientras que, disfrutando de su comida, el hombre bajó delicadamente la cabeza y le dijo: "Sabe bien. Pero, el mayordomo me dijo que tienes algo que decirme, ¿sobre qué es?". C
tro matrimonio, yo no sabía que
io". Cuando Eliza lo escuchó decir eso, ella se quedó sin palabras y, se le vino a la mente el sueño que tuvo anoche, donde estaban jugando en la bañera; sin embargo, al suponer que tal vez no fue
millones?". Cuando escuchó aquella cifra, el celular que Eliza tenía en las manos cayó repentinamente y, de hecho, no podía creer que todo lo que había bebido
algo que la gente común pueda pagar". Tras escuchar aquellas palabras del hombre, Eliza no supo qué decir y, sim
"Bueno, ¿por qué no me cuentas lo que hicimos anoche?". Mientras que, cuando Eliza pensó en eso, ella se sonrojó nuevamente, trató de p
fue lo que recordaste? Dime". A decir verdad, tras notar que el hombre tenía la mirada fija en ella, Eliza se sintió un poco
que, lo que sea que te hice es legal, ¿no lo crees?". Cuando Eliza escuchó eso, ella se sonrojó repentinamente y, aunque le
o que te concentres en ser mi esposa, y también debes centrarte en cumplir con tus deberes como la madrastra de mis hijos". Cuando escuchó ello, Eliza se mordió los labios y, queriendo dejarle en
ello, Eliza no supo qué decirle. Después, mirando la espalda de la mujer, el sr. Valentine recordó su esbelta figura acostada en la bañe
ió a su dormitorio y cerró la puerta en un santiamén. Aunque, a decir verdad, las palabras que le dijo el hombre seguían resonando claramente en su mente; sin
ió en la bañera la noche anterior; incluso, parecía que podía oír con claridad cada gemido que hizo. A pesar de que ahora sabía que algunos de los rumores eran fals
temblar lle
ni siquiera podía besar a Jay, con quien salió durante muchos años. Sin embargo, a pesar de que Jay la acusó de ser una persona totalmente inestable, él se neg
cuchar cerrarse una puerta, ella por fin se tranquilizó, dejó escapar un suspiro de alivio y se quedó en silencio. A decir verdad, como le agradaba que él no estuviera pensando en hacerle algo, ella
segura; luego, se levantó de la cama, se lavó los dientes y bajó a preparar el desayuno. Por otro lado, en la habitación de los pequeños, Braint ya se había despertado
a la mujer frente a ella: "Mami, buenos días". Después de ello, Braint se dio la vuelta inmediatamente y miró a Demarion de manera am
mente: "Buenos días". A decir verdad, después de estar soltera durante 25 años, ella todavía no podía acostumbrarse a qu
falleciera poco tiempo después; de hecho, pensaba que, si hubiera tenido más cuidado, su hijo hubiera nacido sano y salvo, incluso, tendría la misma edad de Bra
ue perdió a su hijo hace cinco años, ahora Dios le había regalado a Braint y Demarion. Mientras estaba absorta en sus pensamientos, Graciana le envió un mensaje a
dijo: "Mami tiene que ir a trabajar ahorita mismo. Pero, ustedes deben de terminar todo su desayuno, ¿de acuerdo?". Tras ver a la mujer salir
sa que tú eres infantil". Al escuchar que su hermano solo lo estaba culpando a él, Demarion sonrió jugue
í es. Ella piensa que tú eres infantil". Justo en el preciso momento que ellos estaban discutiendo, los niños vieron que su p
ué pasa?". En el preciso momento que llegó su padre, Braint empujó el plato de comida frente a él y le dijo: "Mira
preguntó: "¿Están seguros de que es para mí?". Ni bien escucharon su inquietud, ambos asintieron rápidam
ró fijamente los dos adorables conejos de su plato; luego, se dirigió al mayordo