a de su apartamento en Nordelta y
cartera en su hombro y sacaba las llaves para poder ingresar al lobb
ijo de corazón el chofer-. Espero que d
ó con un saludo de su empleado e ingresó al edificio. Subió al elevador y presionó el bot
l Teatro Colón. Luego iremos a cenar y a toma
ngresó a su apartamento. Se quitó los zapatos y caminó descalza por el piso de su hogar. La notificación de la llegada de un mensaje nuevo
tro? Qui
tecleó una
ente te mando un mensaje para
muchacho no s
é para qué pregunto, seguramente ya
Daniel. Vos mism
n, qué es eso del teatro?
ver una ópera, obviamente irás conmigo.
frutos secos, mientras éste seguía sonando, anunciando la llegada de más
s estuve en una f
ir a comer, si fuese por mí comería un choripán(1) en cua
restaurante que usted
da lo
el lugar. Por fa
r, mañana tengo cl
mañana,
olestaba, así que Victoria ya no les mandaba mensajes, pese a lo mucho que los extrañaba, pues sus hijos se habían quejado de que su madre los molestaba mucho. Sumado a esto, Victoria se había enterado de que Geraldine le decía "mamá" a Valeria, la misma muchacha con la que Enrique la había engañado, y que ahora era la nueva pareja de su exmarido. Aunque nunca se habían casado, ella se había autonomb
o para un fondo común de inversión, destinado para los maravillosos quince años de la muchacha; se preocupó por buscar un vestido bonito y sobrio, un par de zapatos elegantes y mandó a hacer un anillo de oro blanco y diamantes para su hija... Menuda sorpresa recibió cuando se enteró que nunca iba a haber fiesta, ya que todo el dinero destinado a la noche mágica fue usado en el viaje que pensaba regalarle... sólo que Va
snudó y se metió con cuidado en el agua caliente. Suspiró mientras disfrutaba de las únicas caricias a las que tenía derecho. Apuró la copa de vino hasta dejarla vacía, con cuidado la dejó en el piso, tomó aire y se sumergió por completo en el agua. Pasaron diez se
a largo y peligroso, así que llamó a un taxi de confianza con tiemp
lló el taxista mientras observaba el hermoso vestido negro que había eleg
a noche como esa, preferiblemente uno de corbata, en colores oscuros. Pero Daniel simplemente no respondía e ignoraba los mensajes, y aunque le dejó varias llamadas perdidas, tampoco respondió. Pero luego de más de una hora, y algunos pesos más
al para un evento así, siendo su elección una combinación de camisa roja con corbata negra y pantalones y sa
? -le preguntó incrédula- ¡Te
o tiene mi estilo -r
ló Victoria, abriendo su cartera de mano y tendiéndole una liga oscura para que se recoja el cabello-. Si tuvi
mente saboreando la jugosa suma de dine
esopló molesto y le quitó la liga de la mano para recogerse el cabello, con tanta fuerza,
eguntó de
s una foto del atuendo que pensás usar así yo lo apruebo o no -le ordenó la mujer. El muchacho volvió a susp
iano ni tenía una cultura tan amplia como la de ella. Pero el muchacho sólo escuchó un tercio de la verborragia, captando sólo las palabras que más le interesaron, como "Japón", "geisha", "General", "engaño" y "muerte". Final
s? -le pregu
je -respondió
qué se había enojado-. Veo que Martín no te dijo nada, esta vez te lo dejo pasa
ue hacer? ¿Acaso usted
s trabajar para mí espero, no sólo que seas un caballe
a puerta que había cerrado su jefa, pero ésta le hizo un claro gesto con el dedo, indicando que debía descender por la puerta que daba a la calle. Con un re
ra? -preguntó
ó Victoria, tomando
culo. Victoria observó a las brillantes copas rellenas con ese dorado líquido
copa, señor
tan am
mientras murmuraba en voz baja-. Encima de m
o de los visitantes, tomó dos
la copa con una sonrisa y se la llevó a sus labios carmesí.
raba su exmarido, que la miraba divertido. Los ojos celestes de Enrique eran fuego puro, se notaba que había estado entrenando duramente y que los años le habían sentado muy bien, y a juzgar por las a
ompleto a la mocosa a su lado-. Sabés que
dió el hombre, que dirigió sus ojos a
... -empez
no a Enrique y se la apretó lo más fue
ese gesto le daba a entender a Daniel que no le gustaba ver a su exmujer
nticinco años -respondió Daniel. Enr
or qué estás saliendo con al
ponder, cuando Dan
atrajo hacia él. Con una mano le levantó el mentón y la miró a los ojos. La mujer quedó hipnotizada po
ictoria y se fundieron en un apasionado beso, provocando en ambos una sensación que, hasta ese momento era
as penumbras del placer suspendido entre ambos amantes. Victoria abrió los ojos al sentir cómo los labios de Daniel se
aniel con voz ronca. Victoria asintió varias veces y guio, c
-
ayuda a
io de un pan baguette, se le puede agregar salsa picante o comerlo así nomás. La v