or qué no ir
la realidad. Meagan Allison, una señorita recién casada, miró hacia arriba, y se encontró con los ojo
de su vestido, ella sintió que el c
De hecho, ella todavía no se había quitado el vestido de novia, pues no sabía qué hacer o esperar. Para cuando el hombre terminó de ducharse y salió
portunidad de conocer bien a su marido. Después de todo, era simplemente una sustituta, un ree
ugar de su media hermana para cumplir con el compromiso arreglado por los cabezas de las dos familias.
manito podría seguir estudiando, y toda su familia podría vivir
do drásticamente, Meagan respiró hondo y caminó tembloro
as del hombre se di
ra vieja y que ni siquiera había seguro en la cerradura. Entonces no pudo evitar tragar grueso. Si
ía llorar y liberar sus frustraciones, solo pudo quedarse parada
ando por la mente de su esposa, así que dijo con voz magnét
la oreja contra la puerta y se quedó escuchando con atención. Una vez que él hubo salido de la
n sido derribadas, e incluso árboles enormes fueron arrancados de raíz y partidos por la mitad. Las carreteras en todas las
inar una distancia bastante larga solo para viajar en un minibús discreto que la llevaría a la aldea.
las familias dijeron que casarse en tales cond
e importaba su propia feli
e secó el cabello y po
oso aún no había r
es. No obstante y para su sorpresa, aunque todo estaba un poco destartalada, un poco de mantenimiento y limpieza podrían hacerla lucir lo sufi
a sobre las sábanas para hacer la c
repentino cuando se dio la vuelta, no se dio cuenta de que ya se había deslizado por su cuerpo. Entonces
cubrirse, el hombre ya le había visto e
de la cama para cubrirse, y la vergüen
e volvió más complicada. Esta vez, caminó lentamente hasta ella y habló en una voz baja y f
sonó como una mera sugerencia, pe
ojos cerrados, de pronto sintió un brazo alrededor de su cintura, y lenta pero firmemente, el