pre estarías conmigo, que no renunciarías
ún día nos profesamos, porque sí, lo sentí, tú me amaste cómo quizás nunca amaste a nadie, pero dejaste de hacerlo, dejaste que personas se interpusieran en nuestra relación, en cambio yo... yo hacía oídos
a hecho más llevadera nuestra separación, porque a pesar de que lo niegue frente a todos, una parte de mí, esa parte que sueña con una fa
un tomate-. Cómo te dije hace algunos días, te entregó mi corazón, sólo tú sabe
tomando mis mejillas en sus manos y acariciándolas lenta y dolorosamente-. Siempre t
bía exactamente cómo debía hacerlo. Necesitaba sentir sus labios nuevamente con los m
abios cuando nuestro tierno y
sentí única, sentía que solo íbamos a ser tú y yo, tal como decía en una película, sentía que mi mundo come
an adictiva, amor. -mencionó agarrándome de la cintura cuando me estaba levantando de su
nos meses? Me sentía bien con él, única, de eso no había duda, pero ¿En verdad era el amor de mi vida? No sabía si estaba en lo correcto dici
ien que me demostrara amor de esta manera, pero todavía estaba a la defensiva, quería creer con todas las fuerzas de mi alma que esto
algo necesario... al menos para mí, que quería saber que esto era real, que él era real y que se encontraba conmigo, a mi lado-. Eres t
mirándome directamente a los ojos. Me puse nerviosa enseguida por la manera tan penetrante en que lo hacía, pero debo admitirlo, me encantaba cuando
no sé si eso era realmente posible, solo sabía que tenía que disfrutar de todo lo bonito que estábamos viviendo
e nosotros, seguro era para entrevistarnos, ¿Será que mis hermanos me han visto besándome con William y se lo dijeron a ella? No estaba
i me da un ataque de risa, pero los nervios lo impidieron, es más, parecía que algo
ción aprobada por nuestros padres, por los míos, más que nada, así que esperaba que esta reunión resultara lo
esión en su rostro al salir. Después de algunos minutos ambos llegaron provocando en William y a mí, aún más nervios
anos que permanecían entrelazadas, creo que presentía que su
es maravillosa, y quiero estar con ella, con su permiso, obviamente. -mencionó William mirando a mi padre de una manera que no comprendía,
si es que entiendes tus propias palabras claro está. -agregó sonriendo de lado, tomé fuertemente la mano de William, en un intento para darle ánimos, o más bien, darme ánimo a mí misma-. No digo que se esté