e todos... eran muchas cosas en su mente y ahora tener que lidiar con el hijo insoportable del patrón, le estaba quitando el sueño. Fue a la sala, ningú
ra mantenerse, pero ninguno de ellos implicaba atreve
rí
ajo. Tengo que concentrarme y soportar lo que está pasando, no puedo quedarme sin este trabajo y tengo que t
a aliviando el dolor de caminar tanto todos los días en busca de una nueva oportunidad,
ra, maldijo las circunstancias de su muerte. De todos los dolores del pasado, aquella era
.
has ganas de hacerlo después de los últimos días, pero el hijo del gerente le dio su forma de mantenerla más tie
mesas antes de la llegada de los clientes, su cuerpo era
esta noche, mi padre quiere que rev
espondió con la esperanza de que renunc
darme Marília, te estaré esperando después del
pre salía de allí tan cansada y tener que prolongar eso aún más, sería terrible. Evitó quedarse intercambiando miradas con él, no
hausta, después de terminar y de arreglar todas las mesas desocupadas, revisó el stock con el hijo d
por hoy es t
a, pasó por el salón del restaurante donde algunos aún estaban, se d
rí
en en coche por ahí para ofrecerme un viaje seguro, pero esta vez no había ningún viaje y no tenía diner
nvirtiendo en la cruz de mi vida. Como si no fuera suficiente con la rutina
sentía en una película de terror en esa calle oscura. Tenía miedo de llevar el móvil en la mano y que eso atrajera aún m
esa no fue mi semana! – Mur
do conseguí meter la llave en la cerradura, una sombra cubrió la mía y yo casi infarté de pavor.
rte a mí así en mi
encontrar divertido darme
a, déjame entrar y hacerte
l era mucho más fuerte y yo tenía mucho miedo de lo que podría hacer conmigo, allí a altas horas de la noche y frente a mi casa. Si era lo su
pero de una forma u otra m
sucedió, Vinícius apareció y dio un gr
ad en los ojos y en el habla, que Diogo incluso quiso vengarse, per
undos. Vi a los dos hombres meterlo en el coche y creí que Vinícius me preguntaría si esta
parece no escucharme o lo hace a propósito, creo qu
regañarme, yo traté de dar
lo que yo hago, ¿acaso me sigues? - Le pregunté,
a un absurdo completo. ¿Por qué
a hora de la noche... viniste a oír a los grillos cantar? - Puse mi mano en la cintura
vecinos ya encendían las luces para saber lo que me estaba pasando. Sé que se
í agraviada por su sermón una vez más. Pero lo que puedo hacer, parece que la vida siempr
e hizo por mí. Creo que tenía miedo de mis preguntas y trató de salirse bien rá
do aquí a esta hora? ¡No qui
adie invente pedirme que trabaje hasta tarde, después de eso creo que solo una buena noch
.
Marília volviera sola a casa o que algo así volviera a sucederle. Con aquella manera dura y persevera
ue tuvieras cuidado, pero ella no me escucha.