la planta baja, genera que agudice los oídos para percatarse de lo que está ocurriendo; una inexplicable pesadumbre la invade, preguntándose qu
ersos escenarios se crearon en su mente imaginándose que e
ecido? -dema
cada que le hicieron a Kayden -responde e
nte situación, proyectando a su amig
derla, ella ha pasado por mucho-musita ent
r saliva, su boca se con
ar a tiempo -informa el pelinegro-. Con respecto a
scernimiento divaga en Hayley en el momento que se entere de la noticia
ecándose las lágrimas con las mangas
ro suelta
dido cerca de las e
llevándose una mano a la boca-. ¿Tien
a con l
Williams, colocando las manos dentro de sus bolsillos-. Kayden era
undo oscuro -recalca Mía-. Por eso tomó
de juego -enfoca el joven-. Porque al
ta Mía, exasperada-, necesito saber la
s la llamada de tú
ga con l
eta, colocando las manos en su cintura-. Es la v
er
o -lo interrumpe, haciendo puch
a Mía para engatusar a los hombres,
mina accediendo
sonrisa-. Dame un segundo,
te con l
mente, anhelando la recuperación satisfactoria de Hayley; porque si la llegase a perder como ocurrió con su padre y su hermana en manos
tras miraba hacia el techo-. No en estos momentos.
desp
ue llega a sus oídos desapareciendo por segundos. Ella abre lentamente los
molesto que desaparece por instantes. Ella abre lentamente los párpados, pero en
agullada a golpes. Intenta articular una palabra para protestar que aparten esa luz de sus ojo
empla en otra dimensión, de la cual no puede escapar. Sin embargo, después de un tiempo breve reivindica el raciocinio, pasan
one en abrir los ojos, p
murmura una voz familiar-. Debe
una voz grave que no reconoc
umbre infinitos recuerdos como si fuese una película en cám
oscura, en donde su mayor temor busca convertirse en realidad
llozando-. ¡Basta! ¡N
a -musita la señora Jones, mo
posee su madrina, al visualizar a Hayley en esas condiciones le destroza
rá daño -le susurra, acariciánd
en el nosocomio. Fue el día que incendiaron la mansión, lo cual suscitó que se mudar
uando su vista se empieza a clarifica
es real -demanda áfona, rog
sin destrozarle el corazón. Por una parte, considera que no momento necesario, por no saber la reacción
o eso ocurrió -
ubriendo que tiene un vendaje colocado. Efectivamente eso o
uiere, suscitando que sus
ara darle la noticia. El silencio de la mujer le proporciona
or favor! -exhorta Hayl
la señora Jone
lica, acariciándole la espalda-. Kayden... no sobrevivi
rma afiliada, su pecho se comprime del sufrimiento que la aqueja, causa
esa situación realmente se suscitó; el perder a Kayden definitivamente será un
desde su felicidad hasta sus planes como una pareja.
una estrategia para ocultarse de sus enemigos. Ella tiene la certeza que Kayd
ente se torna discrepante, ni incluso las palabras alentadoras de la señora Jones, proceden a que el llanto cese. Cierra los ojos, implorando que
-susurra, dejándose c
r que le genera
. Hazlo por tu salud, te operaron de urgencias-concreta, limpiándose las l
ontinuar. El aparato que mide
Kayden, por fa
la mirada, pretende oc
eso es imposible -
rde el labi
dri
cia, mirándola directo a los ojos-. No quiero que sigas exp
n la decisión repentina de su madrina. Pero su
na, por la mem