o a una televisión cercana en donde se apresta a
compa?ero, se?alando la "telepa
as se adentraban al casino de la colmena en donde se encuentra
– Proclamó el presidente con aires de segur
la pantalla, tan cerca, que ambos debían levantar sus qu
uesia, compuesta por tres franjas; dos azul celeste y una blanca en el medio, se encuentra al lado derecho de Zuluaga, y est
dijo Cabarcas a Ernesto mientras
Replicó
amigos y su familia, incluso sobre la bella corredora. Entonces pensó: ?La volveré a ver? ?Podre algun
a –...que algunos intentan hacer, no va a tener éxito, repito: ?No va a tener éxito! - Tomo un sorbo de agua – La mayoría de ciudadanos de Turquesia
Cabarcas a su compa?ero,
to hombre! –
grafo que le hiciera un "close up" - No es verdad que tengamos que pagarle a "Montwell" por estar vivos, desde ahora ellos, que descifraron en su totalidad el genoma humano, nos cuidaran, nos mantendrán seguros, el miedo desaparecerá... créanme ciudadanos y ciudadanas de Turquesia... esto lo hacem
e él aplaudieron com
Dijo Cabarcas a otro compa?ero
reocupación se tomó su
tó Cabarcas al oído. – Para e
eocupa – contestó en
I
u vida pasan por enfrente de sus ojos. Lo que fue, lo que pudo ser, todo en uno, en un ineluctable desfile de imágenes que lo arrastran como un furioso rio crecido. Ernesto intenta descifrar su mente. ?Por qué odia el sistema? ?Por qué lo defiende? ?Por qué envidia a la gente que odia? ?Por qué ese interminable deseo sexual lo inunda y lo controla? Desesperado se to
o, formando una improvisada C mayúscula con una d
del palacio, mi teniente? - Pregu
Contestó tajan
ala directo a su redondo trasero rosado. Suspiró lentamente, su boca se hiso agua, la bestia dormida entre sus piernas se levantó. Yo solo quiero tener sexo, no quiero estar aquí, se dijo suavemente como si se estuviera auto hipnotizando, y no le importó si alguien lo escuchó o n