Libros y Cuentos de Яoma
La luna que le faltaba al rey
Lía, hija de un alfa y su luna, creció relegada a la cocina por la misma manada que ordenó matar a sus padres. La noche en que casi muere, despierta su loba: distingue olores falsos, lee el bosque y siente la Piedra cuando alguien miente. Kael, Rey de los Alfas, la rescata. La huele y lo sabe: es su pareja predestinada. Para protegerla, Kael invoca la Ley de la Piedra y enfrenta en duelo a Árgon, el tirano que la mantuvo sometida. Pero una conspiración ya está en marcha: los mercenarios Hierro Negro y Mara usan trampas de plata y un silenciador de olor para plantar su rastro, romper su amparo y devolverla a ser "Nadie". Lía debe elegir: esconderse bajo el ala del Rey o luchar a su lado. Tiene un don que nadie más posee. Puede desenmascarar pruebas, obligar a la Piedra a hablar y recuperar su nombre. Kael puede ganar combates. Solo Lía puede desmantelar la conspiración que la persigue. ¿Podrán romper las cadenas del miedo y la traición... o la guerra entre manadas la reclamará primero?
Todo está mal, pero está bien. Te volviste amante.
Marília Marques siempre siguió las reglas: construyó una sólida carrera como abogada, alejada del escándalo y con una reputación impecable de la que se enorgullecía. Hasta que conoció a Fábio Cruz, dueño de una sonrisa irresistible, una mirada que desmentía cualquier defensa... y un anillo de bodas que convenientemente "olvidó" ponerse aquella primera noche. Lo que debería haber sido solo un desliz se convirtió en una adicción difícil de superar. Encuentros secretos, mensajes que desaparecen, fotos que solo se ven una vez y un deseo que no entiende de horarios, moral ni lógica. Ahora, Marília se encuentra atrapada entre el peso de su propia conciencia... y el deseo de tenerlo en su cama cada vez que le escribe: "Te extraño". Pero Fábio esconde algo más que un matrimonio. Y cuando la verdad amenaza con estallar, Marília tendrá que decidir: ¿Se salva... o continúa cediendo el cielo a un hombre que jamás renunciaría a su cómoda vida por ella? Porque hay decisiones que no se pueden tomar con la cabeza. Y hay amores que duelen antes de empezar.
