Libros y Cuentos de Sieteletras
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Vuelveme a encontrar
El lo observa todo, pero no está dispuesto ha hablar, su silencio la ayudara piensa y no se equivoca. Aquel día en el parque a las afueras de una de las zonas más exclusivas de la cuidad una mujer corre por su vida intentado con todas sus fuerzas escapar. Kay Franklin se encontraba corriendo con altos niveles de sustancias tóxicas en el cuerpo, después de de todo era lo único para que se se sentía bueno. Correr. En el desespero de la mujer por aún salvar su vida corrió hacia el lago. La vida es un chiste, pues si no hubiera sido por esa piedra ella no estaría vivía. ¿Qué peligro representa aquella mujer? ¿Por qué asesinarla? Se hacen tantas preguntas, pero ningunas tienes respuesta. -Amelia, ese es mi nombre Amelia... -la sostiene en brazos. -Carajo, Amelia abre los ojos -grita. Se arrastra hacia la orilla del lago y toma su teléfono. -Papá ayudame.
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Pobre el Jefe
¿Si pudieras describir a tu jefe como lo harías? Una emocionada Emilia Vladi responde ante las preguntas de la reportera. -Es gentil, amable, respetuoso, es la que uno aspira a ser de grande, que tus empleados te miren y te vean como un ejemplo. La reportera inclina la cabeza, pero las palabras de la joven son sinceras, ella siente todo lo que acaba de decir, siente que su jefe es un persona intachable. La reportera termina de hacer las preguntas y se apaga el micrófono, Emilia se levanta y la reportera suelta un comentario. -Que se puede esperar de las secretarias, usualmente son las amantes - ríe en voz baja y luego alza la mirada para ver el ceño fruncido de la joven. Ella camina rápido y choca con fuerza con alguien y mira hacia arriba. Se miran por unos segundos y ella avanza. "Ya nos habíamos visto antes" - siempre se lo repite. Emilia Vladi y Edu Costa viene de dos mundos totalmente diferentes. Mientras ella siempre dice pobre el jefe, por qué siempre lo escucha pelear por teléfono con su hijo, ella se pregunta quién es él... ¿ Qué pasará el día en que ellos se encuentren?
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Pídeme que me quede
Si te obligan a casarte con alguien a quien no conoces, no amas, no imaginas y mucho menos has visto. ¿Qué harías? -Yo escape con alguien que para mí era el amor de mi vida en ese momento. Gran error, pero no hay nada de que arrepentirse o alarmarse, siempre escogería la misma opción, escaparme y vivir. Nunca vi nada fuera de mi casa, nunca supe que era pasar hambre o trabajar, pero ahora sí. Se que metí en aprietos a mi familia, pero espero jamás encontrarme con el hombre a quien deje plantado en esa iglesia. Me quedo sentada en el parque de la universidad mientras pienso en que es lo que haré en la noche, trabajar nuevamente y es inicio de mes así que debo de obtener las mejores marcas hoy y así asegurar un mes relajado. Se que si mi familia se entera donde trabajo estarían muy avergonzados de mi, pero no me importaría si eso me da independencia, además yo no hago nada malo. "Bailarle a millonarios no es malo, si claro" - dice mi conciencia. -Cardy B lo hacía y mírala ahora - le respondo. -Ella tenía talento, algo que tú no tienes o bueno no sabes cantar... Pongo mis ojos en blanco y cuando estoy por dar un paso hacia adelante alguien cubre la luz del sol. Lo miro a los ojos y el a los míos. Mierda mi Jefe!
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Los Chicos con la T
- Emma, esta edad es para alocarse, divertirse, cometer errores, pero no de los grandes - dice él señalando su estómago. Estoy ebria y solo le sonrió como torpe - Pero lo mejor de tener nuestra edad es que podemos conocer a cualquier persona. Sus ojos se iluminan y se dilatan, es como si estuviera en el éxtasis del momento y lo estaba con algo de ayuda pero lo estaba. Tomo su mano y le sonrió. - ¿ Qué sugieres? - ¡Te reto! - grita. Todos nos quedan mirando y luego vuelven a lo suyo. - ¿ Qué reto? Yo soy Emma Stein y no le tengo miedo a nadie ni a nada - gritó. Mis amigos alzan sus vasos. Alzo el mío. - Descargarte esa App. Su sonrisa era encantadora con una pizca de maldad en sus ojos. - Bien.