/0/10027/coverbig.jpg?v=97c541f8f8ac72abd46454a8c4dba7f9)
Todo comenzó cuando ella pilló a su prometido poniéndole los cuernos con su hermana. La vida de Yvonne cambió completamente después de aquella noche desgarradora. Con el corazón roto, se emborrachó y entró en la habitación equivocada. Se entregó a un hombre desconocido. Peor aún, su padre la repudió porque quedó embarazada fuera del matrimonio; sin tener otra opción, se fue al extranjero con la determinación de tener éxito y vengarse. Seis años más tarde, regresó al país como una exitosa doctora y madre de un niño genio. A la tierna edad de seis años, Aiden ya era uno de los mejores hackers del mundo. Obtuvo la lista de los solteros más elegibles de la ciudad. Un día, le preguntó a su madre: "Mami, puedo ayudarte a encontrar un novio. ¿Qué tipo de hombre te gusta?". Yvonne, que no tenía interés en los hombres, sólo fingió pensarlo. Antes de que pudiera responder, un hombre dijo: "Aiden, soy tu padre. ¿Por qué estás contra mí?". ¡Y así, la misión de reunir a sus padres comenzó oficialmente!
"¡No, no, no! ¿Cómo puede ser?".
Yvonne Tate se quedó mirando el resultado de la prueba de embarazo que tenía en las manos. Este decía que estaba embarazada de dos meses.
No había mayor pesadilla que la que había vivido hacía dos meses. En su ceremonia de compromiso, sorprendió a su hermana revolcándose con su prometido, Cillian Schultz. Desconsolada, bebió hasta emborracharse, y en consecuencia, se equivocó de habitación de hotel. Esa noche, acabó teniendo sexo con un hombre extraño.
En aquella habitación en penumbra, aquel hombre la aprisionó contra la cama y la invadió con fuerza y furia. Pensar en lo que ocurrió aquella noche aún le producía escalofríos.
Por más que lloró y luchó, el hombre no se detuvo. Su virginidad, que mantuvo por veinte años, fue tomada por un hombre a quien ni siquiera conocía.
Las manos de Yvonne temblaron hasta que el resultado de la prueba se cayó al suelo. En una fracción de segundo, una fina mano apareció de la nada y lo recogió.
"¿Qué? ¡Estás embarazada!", gritó Natalia Tate, su hermanastra.
"¡Cállate!".
Yvonne estaba muy molesta y avergonzada. Culpaba a Natalia y a esa basura de Cillian por esto. Al fin y al cabo, ¡ella no habría bebido y entrado en la habitación equivocada si no la hubieran traicionado!
No obstante, Natalia no era una buena persona; en vez de callarse, espetó adrede en voz alta: "¡Oh, Yvonne! Si no me falla la memoria, hace dos meses seguías con Cillian, ¿no? ¿Cómo es que estás embarazada? ¿Acaso le fuiste infiel?".
¡Claro que no!
Los ojos de Yvonne se clavaron en Natalia. Cómo se atrevía a acusarla de haber sido desleal, cuando era ella quien se había acostado con Cillian en su fiesta de compromiso. ¿Tenía amnesia, o solo era una desvergonzada?
"No te atrevas a acusarme de promiscua. ¡Nunca le fui infiel a Cillian! Además, ¿no tienes vergüenza? ¿No tienes miedo de que le cuente a todo el mundo que eres la mujer que se acostó con el prometido de su hermana?".
Los labios de Natalia se curvaron en una tenue sonrisa. Seguidamente agitó el trozo de papel que tenía en la mano y expuso: "Adelante, si tienes el valor. El hecho es que tú eres la puta. Fuiste infiel cuando aún estabas comprometida. Además, ahora yo soy la prometida de Cillian. Aunque decidieras hacer público esto, tengo cómo defenderme. ¡Al final quedarás en ridículo tú!".
"¡Yvonne!".
Un rugido vino de la puerta. Su padre, Daniel Tate, llegó y abofeteó con fuerza a Yvonne en la mejilla.
"¡Estúpida! ¡No puedo creer que tenga una hija como tú! ¿Cómo te atreves a embarazarte sin estar casada? ¡Eres una vergüenza para esta familia! ¿Cómo le explicaré esto a la familia de Cillian si se difunde la noticia?".
Algunos criados empezaron a cuchichear mientras veían a Daniel regañar a su hija. Ante esto, Natalia sonrió orgullosa. Yvonne, por su parte, se sujetaba la mejilla hinchada mientras las lágrimas amenazaban con caer de sus ojos.
"Papá, no cometí ninguna desvergüenza. Esto no es más que un malentendido. Fueron Natalia y Cillian...".
"¿Qué? ¿Solo un malentendido?". Daniel le arrebató el resultado de la prueba y se lo tiró a la cara. "¿Cómo explicas esto entonces? ¿Qué significa?".
Yvonne agachó la cabeza, sin saber qué decir. ¿Cuál sería la mejor manera de decirle a su furioso padre que tras emborracharse acabó en la cama de otro hombre? Solo conseguiría enfurecerlo más.
En ese momento, la madrastra de Yvonne, Eleanor Tate, bajó las escaleras despacio y pronunció con sorna: "Debe de ser por eso que insistió en romper el compromiso con Cillian. ¡Se quedó embarazada después de abrirle las piernas a otro hombre! Es imposible que el niño sea de Cillian. Después de todo, ¿por qué elegiría terminar con él si fuera suyo?". Tras fulminar con la mirada a Yvonne, Eleanor le dijo a su esposo: "Cálmate, cariño. Deberíamos averiguar quién la embarazó antes para saber qué hacer".
El fuego en los ojos de Daniel aumentó al mirar a Yvonne. "Dime, ¿quién te embarazó? ¡Si no lo dices, te desheredaré!".
"Yo... No lo sé...", balbuceó Yvonne, temblando de miedo.
En ningún momento vio con claridad el rostro de aquel hombre.
No solo la habitación estaba en penumbra, sino que su visión era borrosa porque bebió demasiado. Tan solo recordaba que el hombre olía a madera de sándalo.
"¿Cómo no puedes saber quién te embarazó? ¿Intentas encubrirlo? ¡Eres una sinvergüenza!".
Daniel se puso furioso. Le dio a su hija una cachetada en la otra mejilla que la hizo tambalearse y caer al suelo con un ruido sordo.
Ella se agarró las mejillas hinchadas con ambas manos y rompió a llorar.
Era tan injusto que nadie la apoyara. Yvonne sabía que Natalia quería arruinar su reputación para que la echaran de la casa; era lo que siempre había querido desde el primer día que ella y su madre llegaron.
Años atrás, la madre de Yvonne murió muy joven. Poco después, la madre y la hija se mudaron a la casa y pusieron a su padre en su contra. Desde entonces, convirtieron su vida en un infierno.
Durante tres arduos años, Emily se esforzó por ser la esposa perfecta de Braiden, pero él todavía se mantenía distante con ella. Cuando él le pidió el divorcio por otra mujer, Emily desapareció. Sin embargo, cuando reapareció más tarde, se convirtió en su última fantasía. Despidiendo a su ex con una sonrisa burlona, ella le desafió: "¿Te interesa una colaboración? ¿Quién te crees que eres?". Los hombres no le servían para nada; Emily prefería la independencia. Mientras Braiden la cortejaba sin descanso, descubrió las identidades secretas de Emily: hacker de alto nivel, chef, médica, talladora de jade, corredora clandestina... Cada descubrimiento aumentaba el desconcierto de Braiden. ¿Por qué los conocimientos de Emily parecían ilimitados? El mensaje de Emily era claro: destacaba en todos los aspectos.
Dos años después de su boda, Ximena perdió el conocimiento en un charco de sangre durante un parto difícil, olvidando que su exmarido se iba a casar con otra persona ese día. "Nos vamos a divorciar, pero el bebé se queda conmigo". Estas palabras resonaron en su mente. Sabía que él no estaba allí para ayudarla, sino para quitarle a su hijo. Ximena preferiría morir antes que ver a su hijo llamar madre a otra mujer. Posteriormente perdió la vida en la mesa de operaciones con dos bebés en su vientre. Pero ese no fue el final para ella... Años más tarde volvió a encontrarse con Ramon, que ha cambiado mucho. Quería quedársela para él a pesar de que ya era madre de dos hijos. Y cuando supo que ella se iba a casar de nuevo, irrumpió como un loco. "Ramon, ya morí una vez antes, así que no me importa volver a morir. Pero esta vez, quiero que muramos juntos", gritó ella, mirándolo con angustia en sus ojos. Ximena pensó que él no la amaba y estaba feliz de estar fuera de su vida. Pero lo que ella no sabía era que la noticia de su inesperada muerte le había roto el corazón. Durante mucho tiempo lloró de dolor y agonía. Siempre deseó poder retroceder en el tiempo o ver su hermoso rostro una vez más. Todo esto fue demasiado para Ximena, cuya vida estuvo llena de idas y venidas. No sabía si debía volver al lado de su exmarido o seguir adelante con su vida. ¿Cuál elegiría ella?
Paola Fischer vive un matrimonio aparentemente feliz hasta el día en que, al regresar a casa, encuentra a su esposo, Lucas Hotman, en la cama con su secretaria, Rose Evans. La traición la deja destrozada, y, sin saber cómo enfrentar el dolor, se marcha de su hogar. Esa noche, en un bar, conoce a un enigmático desconocido que le ofrece una compañía inesperada. Buscando escapar de su desilusión, Paola se entrega a una noche de pasión con él, dejando que el dolor de su traición se diluya en la intimidad. Al día siguiente, trata de seguir adelante, pero pronto se enfrenta a una sorpresa que cambia el curso de su vida: está embarazada, y el padre no es Lucas, sino aquel hombre al que apenas conoció.
Cuando eran niños, Derek le salvó la vida a Norah. Años más tarde, Derek quedó en estado vegetativo tras un accidente automovilístico y Norah se casó con él sin pensarlo dos veces. Con sus conocimientos médicos, incluso lo curó. Durante dos años, Norah amó a su marido con todo su corazón, esperando poder devolverle su bondad. Pero cuando volvió su primer amor, él pidió el divorcio. Sin dudarlo, ella estuvo de acuerdo. Lo que pocas personas sabían es que ella, etiquetada como "abandonada", era en realidad una piloto de carreras, una famosa diseñadora, una genio hacker y una reconocida doctora. Lamentando su decisión, Derek le pidió perdón a Norah. De repente, apareció un encantador CEO, abrazó a Norah y le dijo: "¡Aléjate de mi esposa!". Sorprendida, Norah soltó: "¿Qué?".
Belinda pensó que, tras el divorcio, separarían sus caminos para siempre: él podría vivir su vida como quiera, mientras ella podría dedicarse a disfrutar el resto de la suya. Sin embargo, el destino tenía otros planes. "Cariño mío, estaba equivocado. ¿Podrías volver conmigo?". El hombre arrogante, al que una vez ella amó profundamente, bajó humildemente la cabeza. "Te ruego". Belinda apartó con frialdad el ramo de flores que él le había regalado y respondió fríamente: "Es demasiado tarde".
Los rumores decían que Lucas se había casado con una mujer poco atractiva y sin antecedentes. En los tres años que estuvieron juntos, se mantuvo frío y distante con Belinda, que aguantó en silencio. Su amor por él la obligó a sacrificar su autoestima y sus sueños. Cuando el primer amor de Lucas reapareció, Belinda se dio cuenta de que su matrimonio era una farsa desde el principio, una estratagema para salvar la vida de otra mujer. Entonces firmó los papeles del divorcio y se marchó. Tres años después, Belinda regresó convertida en un prodigio de la cirugía y una maestra del piano. Perdido en el arrepentimiento, Lucas la persiguió bajo la lluvia y la abrazó con fuerza: "Eres mía, Belinda".