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Un gato. ¿Qué sucedería si tu vida daría un giro de 180 grados por un gato? Ava Wright es una joven que ha luchado para poder sobrevivir en la sociedad y lo único que desea es la felicidad. Por otro lado, se encuentra la estrella más famosa del país y del continente, Asher Myers, un joven que lo tiene todo o eso cree. Luego de una discusión, una noche de copas y una deseo Asher termina transformado en un gato. Ava, se hace responsable de su deseo, sin embargo, el gato no es el problema, es la personalidad de Asher. Ambos comienzan un contrato para cuidar el secreto siempre y cuando uno no mate al otro. ¿Será posible que dos personalidades tan opuestas puedan encontrar la felicidad deseada?
Ava se encontraba despegando el chicle de debajo de una mesa del restaurante Oka ubicado en Carnaby Street. Era uno de sus tantos trabajos parciales que no era la primera vez que hacía algo como esto.
-¿Otra vez? - la voz de Giselle, su compañera de trabajo hizo que la joven levantara su cabeza. Al ver su cara de asco simplemente asintió.
-Ese cliente siempre deja sus asquerosos chicles en esta mesa. Lo odio. - Se quejó mientras la joven lograba despegar el material pegajoso.
-Lo sé, pero tú no haces el trabajo así que deja de quejarte. - Giselle le mostró una sonrisa con los dientes.
-Por cierto, escuché que tu madre volvió a enfermar. - Ava se rascó la nuca. Era un asunto que se lo había comentado a su jefe. Supuso que para él la palabra privacidad y sentido común no existían en su diccionario.
-Oh sí...- suspiró ligeramente. Giselle colocó una mano en su hombro intentando animarla.
-Si necesitas algo, no dudes en avisarme. Si es necesario que cambies de turno, puedo cubrirte. - Palmeó un par de veces su pecho mientras la joven sonreía levemente. Giselle podía ser un tanto cotilla, pero era una compañera noble y amable. Ava le agradeció el gesto y luego le dijo que debía volver a trabajar.
Cuando el reloj dio las once de la noche, Ava salió del restaurante despidiéndose de sus compañeros. Se aferró a su chaqueta ya que en cuanto puso un pie en la calle sintió la brisa fría luego de que llovió, por al menos unas dos horas. Londres era un lugar donde llovía mucho, por lo que era normal toparse con este tipo de clima luego de la caída de agua.
Envolvió su bufanda alrededor de su cuello y se cruzó de brazos mientras caminaba hacia la parada del autobús que la conduciría hacia Newham. Estuvo sentada al menos unos cuarenta y cinco minutos hasta que llegó a su casa. Se encontraba en un pequeño complejo departamental donde, pegado a su puerta, estaba un aviso del corte de agua y luz si no pagaba los servicios en dos días. La joven sintió un ligero dolor de cabeza y casi lanza el papel hacia las escaleras, pero no lo hizo.
Simplemente arrancó la hoja y abrió la puerta para entrar a su departamento. Una vez dentro se recostó en su cama y se quedó dormida sin mucha dificultad.
A la mañana siguiente, escuchó el sonido de su timbre. Tocaban y tocaban como si se hubieran colgado del mismo. Irritada se levantó de la cama para caminar hacia la puerta y abrirla. Se sorprendió al ver a su mejor amigo con el puño alzado como si estuviera a punto de tocar la puerta.
-¿Qué haces aquí? - preguntó ella mientras se cruzaba de brazos y se apoyaba en el marco de la puerta. Kevin la miró de pies a cabeza y luego negó levemente.
-Viniste del trabajo y ni siquiera te cambiaste. - La joven se dio cuenta que seguía con su playera blanca y sus jeans azules. La joven se hizo a un lado y lo miró.
-¿Viniste a criticar mi ropa de dormir o quieres pasar? - el joven suspiró y dio un paso adentro. Ava cerró la puerta y lo invitó a pasar al pequeño comedor-cocina. Kevin observó el lugar y notó que estaba medianamente ordenado. Tenía algunos trastos sucios en el lavaplatos y en la mesa había algunas migas de pan.
-Ni te atrevas a criticar mi casa. No he tenido tiempo.
-¿Para poder buscar más empleos? - la joven lo miró. -¿Necesitas dinero? - Ava se quedó en silencio. -Vi esto afuera de tu puerta. - El joven le dio un aviso parecido al que encontró ayer. La castaña tuvo que apretar sus ojos debido a la vergüenza. Había olvidado que la dueña de la casa era una mujer intensa.
-Puedo prestarte el dinero si lo necesitas Ava, no me gusta que tengas este tipo de vida.
-Lo sé. - Suspiró. -Pero yo sola conseguiré el dinero. - Tomó el papel con hastío dispuesta a tirarlo y regresar a su habitación, pero el joven la detuvo tomándola de la muñeca.
-Escucha, sé que no debí decir eso. Sé que eres completamente capaz de resolver tus problemas, pero dejame brindarte una ligera ayuda. - Ava lo observó mientras ceñía su entrecejo. No estaba segura de cuál era el plan de su amigo, pero lo dejó pasar. -Hoy hay un evento por parte de Castle Entertainment en el centro de eventos Abshar. Necesito una mesera más y quiero darte el trabajo. La paga por la noche es buena, 1700 libras. - La joven alzó sus cejas sintiéndose estupefacta. Eso era el sueldo mínimo de un mes.
-¿Estás hablando en serio? ¿1700 libras? - Kevin asintió.
-Con eso podrás pagar lo de tu casa y ayudar a tu madre. - La joven se quedó en silencio. Así que sabía lo que estaba sucediendo con su madre.
-¿Cómo te enteraste? - El joven se encogió de hombros.
-Sabes que tu madre siempre se preocupa por mí. - Ava suspiró. Claro, así era su madre. -¿Por qué no me lo dijiste tú?
-No quería ser una carga más.
-Ava, eres mi amiga casi mi hermana, no puedo ignorar lo que te sucede. - Al escuchar la palabra hermana sintió que su corazón se partía en pedacitos. Ava estaba consciente de que su amor por su mejor amigo no era correspondido. De hecho, podía ser un cliché, pero era difícil no caer ante un chico como Kevin. Graduado en publicidad de la universidad de Oxford gracias a una beca que mantuvo hasta graduarse. Ella y Kevin habían crecido prácticamente juntos, pero a los diecisiete se separaron por cuestiones de la vida.
La madre de Ava enfermó hace años de cáncer de mama y ella era la única que podía cuidar de su madre. Ava también había conseguido una beca para estudiar, pero no podía abandonar a su madre y menos siendo de una familia de escasos recursos. Decidió buscar varios empleos para poder pagar las facturas de hospital y medicamentos e incluso pedir un préstamo que a la fecha seguía pagando. Sin embargo, ese sacrificio no había sido en balde, su madre se había curado. Ahora, lamentablemente estaba mala de la vesícula, necesitaba una operación y Ava estaba juntando el dinero para que su madre la consiguiera lo más pronto posible.
Es por ello que se había atrasado este mes en el pago de luz, agua y renta.
-Bueno... gracias Kevin. - Suspiró. -Estaré ahí entonces.
-Pasaré por ti a las cuatro de la tarde. -Ella asintió sintiéndose aun avergonzada. Pero necesitaba el dinero.
Al llegar a Abshar, la joven se quedó anonadada. El lugar era realmente amplio y con una vista espectacular. El evento sería al aire libre, aunque había carpas por si la lluvia hacía de las suyas.
La joven fue llevada junto al área de empleados y Kevin la presentó antes los otros meseros.
-Ellos son George, Regina, Charlie y Jacob. Chicos, ella es Ava. Estará auxiliándolos el día de hoy así que sean amables.
-Claro Kev. - Los chicos sonrieron. El pelinegro le brindó una corta sonrisa a su amiga y se despidió para luego salir de ahí.
-Un gusto Ava. - Charlie soltó con una enorme sonrisa a saludarla.
-Igualmente. - Expresó mientras dejaba su bolsa en la banca.
-Tu uniforme está adentro, deja que Regina te guie. - Explicó George. La joven siguió a Regina al área de vestidores y ahí le dieron su uniforme. Consistía en una falda de tubo negra, camisa blanca con un moño negro.
-Debes atar tu cabello en una coleta. - Le indicó la rubia mientras retocaba su maquillaje. Ava asintió y procedió a quitarse la chaqueta y abrir el locker.
-¿Qué tan importante es el evento? - preguntó la castaña mientras se colocaba la blusa blanca de manga larga.
-Demasiado. Todos los artistas de la empresa vendrán, incluyendo Asher Myers. - Ava alzó sus cejas. Asher Myers, vaya. Ese chico era la imagen y el orgullo de Inglaterra. Su sola presencia era digna de elegancia y elogio. Admitía que amaba sus canciones y que tenía cierto encanto. Probablemente si fuera alguien con tiempo libre, sería una fan del chico.
-A pesar de todo, Asher será la estrella. Sabes lo popular que es.
-Claro que sí. - Sonrió recordando que incluso los anuncios de las calles estaban repletos de imágenes de su rostro. Era un rey de la música en el país y en el mundo. No podía negárselo.
-Como sea, trata de no cometer ningún error o todos nos meteremos en problemas. - Ava sabía que esa advertencia iba en serio. El equipo no la conocía y por ende no podían confiar en ella. Ava no cometería ningún error.
Horas más tarde, el evento dio comienzo, varios artistas, tanto actores como cantantes e incluso boy groups, aparecieron en el evento. Era un completo caos en la parte de afuera rodeado de periodistas, paparazzis y fans que venían a apoyar a sus favoritos en la alfombra roja que se instauró.
Sin embargo, la aparición de Asher Myers fue distinta a la de los demás. Todos corrían alrededor de su auto, varios guardias tuvieron que hacer de cerca humana para que las fanáticas lo dejaran pasar. Él, con su encanto las saludaba y sonreía amablemente mientras avanzaba por la alfombra roja. La gente gritaba y aclamaba su nombre mientras el flash de las cámaras se encendía por cada foto que tomaban.
Incluso la gente dentro del recinto se acercaba a observar que pasaba y en cuanto veían al joven entendían el por qué.
Mientras tanto, Ava estuvo corriendo de un lado a otro sirviendo a los invitados, cambiando cosas, ayudando en la cocina, llevando la comida, entre otras tareas. Había logrado no meter la pata en ningún momento y eso era una buena señal.
-¿Cómo vas? - Kevin la detuvo en el pasillo de camino a la cocina. El chico la miró con brillo en sus ojos y eso causó que su corazón se acelerara ligeramente.
-Bien, voy por unas copas para servir más champaña. - Kevin asintió.
-Perfecto. - Ava estaba a punto de retirarse, pero el joven la detuvo nuevamente. -No vayas a irte temprano, quiero presentarte a alguien. - Ava alzó una ceja ahora interesada por esa persona.
-Umm bien. ¿Pero quién es?
-Es...- sonrió de lado. -Casi caigo, espera a más tarde. - Y con eso la dejó sola en el pasillo. La chica soltó una ligera risa y luego corrió hacia la cocina.
Ya de vuelta, se encontraba sirviendo champaña entre la gente. La joven logró reconocer a varios artistas incluyendo al cantante de The Police. Por un momento quiso gritar de emoción, sin embargo, ahora solo era una simple mesera.
-Oye Ava. - Regina apareció a su lado.
-¿Podrías llevar esto a Frank? Es el chico de sonido que está por allá. - Regina llevaba unos cables en sus manos y la joven los tomó. Miró al hombre que se encontraba sobre el escenario y asintió. Se dirigió ahí y se lo dio al tipo.
-Gracias. - Dijo él mientras tomaba esos cables. Ava asintió dispuesta a volver a su labor cuando logró ver a Kevin besando a una chica detrás del escenario. La joven abrió sus ojos de par en par mientras escuchaba su corazón romperse en miles de pedazos. Un desagradable sentimiento se instaló en la parte baja de su abdomen y sin darse cuenta ya se encontraba apretando los puños y los labios.
Al darse la vuelta para retirarse de ahí terminó tropezando con alguien a quien empapó con champaña. De igual forma ella terminó con una rodilla raspada y parte de la bebida en su cabeza. De pronto toda la gente se encontraba enfocada en aquel accidente.
Ava quería esconder su cabeza bajo tierra y al darse la vuelta a donde Kevin estaba, el chico se encontraba mirándola preocupado.
-¿Estás bien? - la persona con quien había tropezado le habló. Al volver su mirada hacia el dueño de la voz, se encontró con un par de ojos marrones observándola detenidamente. Ava quedó estupefacta al ver que frente a ella estaba nada más y nada menos que Asher Myers.
-¿Te encuentras bien? - Una joven que cargaba una tablet en sus manos la ayudó a levantarse ya que Ava se encontraba encima del joven Myers. Las personas alrededor tomaban fotos y murmuraban sobre aquel vergonzoso accidente.
-Estoy bien gente. Aquí todo bien. - Expresó él en voz alta mientras se levantaba. Mostró una amable sonrisa y Ava aun no podía recomponerse de lo que acababa de experimentar.
-Será mejor que te limpies. - Murmuró Myers tomándola del brazo con delicadeza dejándola anonadada.
-Buena idea. - Expresó la chica e la Tablet comenzando a empujar a la joven con suavidad para alejarla de aquellos múltiples ojos que seguramente se encontraban juzgándola.
Al entrar a la casa del lugar, caminaron por el pasillo hasta llegar a una habitación que parecía ser el lugar de descanso de Asher Myers.
-Traeremos ropa limpia para usted señorita. - La chica de la Tablet le habló. -Ahora volvemos. Y tú Asher, hay una camisa nueva en el baño. - El chico asintió mientras se rascaba el puente de la nariz. -Ahora volvemos. - Sonrió saliendo junto a un tipo de traje. Ava se quedó sola junto a Asher mientras sostenía su muñeca con fuerza. Quería disculparse con el muchacho, pero este le daba una vibra extraña.
-Umm... Asher. - El chico levantó la mirada haciendo a un lado su melena. La joven tragó duro. El chico era terriblemente atractivo y por ello se quedó en blanco por un momento.
No podía creer que ella había humillado a un cantante super famoso todo por culpa de sus celos.
-Lo siento mucho por haberlo...- señaló su ropa. El joven rodó sus ojos para luego soltar un suspiro.
-No entiendo como esta gente contrata a una persona tan inútil. - Ava frunció el entrecejo sintiéndose consternada por lo que sus oídos habían escuchado.
-¿Disculpa?
-No te disculpo. ¿Sabes lo caro que es este traje? Y mi cabello, santo Dios. No sabes lo mucho que me cuesta cuidarlo y... la tierra. - Se movió como si tuviera escalofríos. -¡Me hiciste tocar pasto y tierra! ¿Qué clase de mesera eres? ¿Acaso contratan retrasados? - Ava apretó los puños enfadada por lo que escuchaba. ¿Cómo era posible que hasta hace un momento, frente a la gente, él había sido tan amable y ahora era un completo idiota?
Oh claro... esta era la verdadera cara de Asher Myers.
-Eres un idiota.
-¿Disculpa? - la miró con una ceja alzada.
-¡Eres un idiota! - gritó realmente enfadada. No podía creer que su día terminara así. Ya nada podía empeorar.
-¡Discúlpate ahora! - exclamó mientras ella temblaba de la ira. Quería llorar, pero no se permitiría ser débil frente a una persona que no lo valía.
-No me disculparé por decirte idiota porque lo eres. Pero si lamento haber chocado contigo. Eres la persona más falsa que pude conocer.
-¿Ah sí? Pues tu eres la persona más imbécil que pude haber conocido. Sigue insultándome a ver si no te despiden de este lugar. - Ava se quitó el moño y se sacó los zapatos para luego lanzárselos a Asher.
-No será necesario porque renuncio. - Asher la miró con la boca bien abierta y una expresión de sorpresa. -Y por cierto idiota, aquí el único imbécil eres tú. - Le sacó el dedo medio y con eso salió de la habitación.
Asher gritó furioso tomando los tacones para lanzarlos contra la puerta.
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