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En la universidad los conocen como los hijos del poder, la heredera del imperio Lucero Bach, los hermanos Zabet y los hermanos Ángel que además de ser multimillonarios guardan un secreto, Neri Neizan el futuro líder de la mafia Rusa y Tiago Anderson hijo de un capo narco, se embarcan en una aventura de amor, celos, confusión, traición y dolor para finalmente tratar de encontrar la felicidad, antes de los 20. ¿podrán conseguirlo? ¿el amor lo puede todo? ¿o todo es una ilusión?
Los años pasaron para la gran y poderosa familia Bach, 18 años para ser exactos desde que Kimberly asumió como cabeza de familia y la pequeña Lucero dejó de ser pequeña, ahora era toda una joven igual o más hermosa que su madre, sus ojos celestes casi verdosos eran dignos de ver, su cabellera larga brillante y castaña realzaba la palidez de su rostro, estaba lista para ir a la universidad, fue el último deseo de su bis abuelo, Marcus Bach, él fue siempre el más apegado a ella, compartieron la habitación hasta que la pequeña cumplió cinco años, luego los años le pidieron a Marcus un descanso, p
ero aun así la conexión que tenían era única, con él nunca tuvo secretos, siempre la alentaba a soñar, cuando Lucero tenía 15 años el anciano y patriarca de la gran familia Bach, le hizo prometer que iría a la universidad, algo que su madre no hizo ya que estudió a distancia para ocupar su lugar como cabeza de la familia Bach, llevar un imperio como el de ellos tenía su precio a pagar, Marcus quería que Lucero viviera todo lo que cualquier persona tiene que vivir, lo bueno, lo malo y lo mejor, que su vida fuera diferente a lo que fue la de Kimberly, su madre, que no dejara que la colocaran en la burbuja de cristal de los Bach.
- Lo juro mi Abu hermoso, iré a la universidad seré la mejor de todas y tú me darás mi diploma. Me veras convertida en toda una mujer. -Lucero sonreía mientras veía al anciano, quería a su abuelo Jack Simons, pero con Marcus tenía una fuerte conexión.
- Tú solo cumple la promesa y recuerda que una persona muere el día que se la olvida. -respondió Marcus mientas acariciaba una vez más el rostro de porcelana que poseía su primer Bisnieta.
Lucero no se dio cuenta que su bisabuelo sentía que el tiempo se le terminaba y así fue como esa noche se durmió y no despertó nunca más. El gran Marcus Bach había dejado de existir, fue un golpe muy grande para ella, su madre y los Bach en general, cada uno lloro al patriarca a su manera, y a pesar de que ya habían pasado tres años, la joven y su madre seguían sintiendo la ausencia de Marcus en cada rincón de la gran mansión, pero lograrían superarlo, como todo.
Ustedes se preguntarán ¿qué es todo? Les contare un poco, si para Kimberly fue difícil crecer en una familia donde todos eran hombres, no se imaginan lo estresante que fue para Lucero que era hija única, o bueno, ella creía que era por eso que la cuidaban tanto, con el tiempo y gracias a que era una experta en escuchar conversación ajenas, se enteró que cuando tenía dos años, su mamá estaba embarazada, esperaba un varón, lamentablemente alguien la atacó, le disparó dos veces a quema ropa, directo al vientre, lo que ocasionó no solo que perdiera el bebé, sino que también tuvieran que extirparle parte del útero, impidiendo de esta manera que pudiera quedar embarazada nuevamente, siempre se preguntó quién sería esa mujer que logró llegar a su madre, lastimarla y vivir para contarlo, porque de eso estaba segura, nunca dieron con ella, y eso que hasta el día de hoy la siguen buscando, simplemente era un misterio.
La mayoría de los Bach están casados y tienen su familia formada, pero parece que la maldición Bach que se rompió gracias a Kimberly, esa que consistía en que solo nacieran varones en la familia, dio paso a una nueva, ya que su tío Sam perdió a su hija, mejor dicho se la arrebataron y aun la siguen buscando, se sabe que de estar viva sería un año menor que Lucero, su tía Riny esperaba dos niñas pero una murió en el parto, algo pasaba con la familia Bach, ya que solo lograban dar a luz un solo niño o niña, todos tenían hijos únicos, por lo que todos están al pendiente de Lucero quien es la mayor de la nueva generación y quien tomará el lugar de Kimberly algún día, quizás ella podía romper la nueva maldición. Realmente así lo esperaban, en su familia parecía que la felicidad era algo lejano o que costaba demasiado conseguir y más mantener, Conall Bach lo sabía muy bien, había perdido a su esposa e hijo en el parto, juro jamás volverse a casarse y así lo hizo, Sam tenía a su esposa, la cual se reusó a tener otro hijo, aún seguía buscando a su hija, Vincent se había casado cuatro veces, todas pedían el divorcio cuando se veían afectada por la maldición Bach, la muerte de un hijo era algo insoportable para muchos, no importaba a que médicos recurrieran, cuantas medidas de seguridad se utilizara, algo terminaba sucediendo y lo que debía ser un día de felicidad se convertía en tristeza, la misma que sintió Kimberly cuando en un arrebato de furia Sam, su hermano, ocasiono que perdiera uno de los bebes que esperaba, quedando solo Lucero, fue allí que todo comenzó. Kimberly y Liam solo rezaban por que su hija no se viera afectada por aquella maldición. Lo que ninguno sospechaba era que la maldición que provoco Sam Bach, solo la podría romper su hija perdida.
Pero ahora es tiempo que una nueva historia se escriba, y fue por ello por lo que Lucero se despidió de toda su familia y partió a Europa, queria estudiar en otro continente y así tratar de pasar desapercibida, creía que usando solo el apellido paterno lo lograría, tan joven e incauta, aun no se daba cuenta que, del poder, nadie escapa y de las maldiciones, mucho menos.
Lucero Simons arribo a Francia un mes antes que las clases comenzaran, el complejo de departamentos donde viviría los próximos tres años tenía una fachada imponente, poder y dinero, eso era lo que mostraba, quienes vivieran en el solo podían ser hijos del poder, fama y fortuna, aun así, ella haría cualquier cosa por ser "normal" aunque nunca entendió bien a que se refería su bisabuelo con aquella palabra.
Los dos primeros días no tuvo tiempo de hacer nada más que acomodar su nuevo hogar, no permitió que contrataran a alguna empleada ni nada, seria independiente por tres años, y sus padres respetaron su decisión, en especial Liam su padre, la joven había heredado de él la voluntad de abrirse camino por sí misma, aunque tratar de escapar de su apellido materno no sería nada fácil, quizás imposible.
-Hola. -saludo a un joven alto de cabello negro y ojos celestes casi azules que encontró en el pasillo del complejo.
-Hola, supongo que eres mi nueva vecina. -respondió señalando la puerta que quedaba justo en frente de la suya y mostrando una sonrisa amistosa.
-Sí, me mude hace dos días, soy Lucero Simons. -extendió su delgada mano, era hora de conocer gente nueva, aunque el muchacho se le hacía familiar.
-Lo sé, soy Neri Neizan, te vi en el entierro del señor Marcus. -Por un momento la joven recordó aquel día, todas las personas que fueron a mostrar sus respetos a su bisabuelo sabían que todos eran importantes, pero estaba tan dolida que no presto mayor atención a los rostros, menos a los nombres.
-Disculpa, no te recuerdo. -Se sentía avergonzada, su madre recordaría a cada persona que asistió, nombre, apellido y a que se dedicaba.
-No te preocupes, lo entiendo, no era un momento para presentaciones, ¿Qué te parece si vamos a tomar un café? y así esta vez sí nos podremos conocer cómo se debe. -Neri no solo quería hablar con ella y ser su amigo, el joven de 20 años sabía que su trabajo acababa de comenzar, él sería el sucesor del clan Neizan, el jefe de la mafia rusa y como tal debía entablar relaciones con los más poderosos, entre ellos los Bach.
El joven ruso conocía muy bien aquel lugar, hacía tres años que estaba estudiando en aquella universidad, este año terminaría y regresaría a Rusia, no tenía necesidad de mentirle a la joven o de ocultar su identidad, por lo que cuando entablaron conversación le hizo saber quién era él.
- No lo puedo creer, sabía que había escuchado tu apellido, pero no sabía que eras ese Neizan, debo confesar que te imaginaba de otra forma. – dijo algo sorprendida y es que para Lucero las personas que se movían entre las sombras se suponían que eran malas y tenebrosas, pero este joven que estaba frente a ella era totalmente lo opuesto, alto, musculoso, un cabello negro azabache que brillaba incluso más que el de ella, su tez muy pálida y de ojos hipnotizaste, color cobalto.
- Tu tampoco eres como te imaginaba, creí que eras pretenciosa como tus primas y odiosa como tus primos. - dijo mientras hacía un gesto de asco con su rostro y ambos rompieron a reír.
Esa tarde en la cafetería de la plaza centrar, nació una amistad y a pesar de que en un principio Neri se acercó a ella más por obligación que por placer, pronto descubrió que la joven era muy diferente a todas las niñas ricas que él conocía, si, Lucero Bach era una joven que valía la pena conocer y ser su amigo.
El mes que siguió se hicieron compañía, Neri se encargó de enseñarle toda Francia, pero en especial el bar donde iba casi todas las noches, el ruso casi no tenía amigos, a pesar del tiempo que llevaba en aquel lugar, la mayoría lo evitaba ya que su apellido lo precedía y nadie quería tener nada que ver con la mafia rusa, ya sea para bien o para mal.
- Neri, raro verte con compañía, buenas noches, señorita. - el joven moreno de cabello lago hasta los hombros hizo su entrada coquetamente, ante el asombro de Neri, quien no pudo evitar reír.
- Lucero, disculpa a este entrometido, Tiago si querías que te la presente solo lo tenías que decir. - Lucero miro con curiosidad al joven, rápidamente supo que era un empleado del Bar o eso creyó.
- Con que Lucero, la estrella de los enamorados, ¿acaso ya tienes novia Neri? - pregunto solo para molestarlo, Tiago sabía que el corazón del ruso estaba bajo siete llaves.
- No, no soy la novia, solo la amiga, Lucero Simons. - extendió su mano a modo de presentación, como lo hacía siempre, deseosa de conocer gente nueva.
- Tiago Andersson, el único amigo del mafioso y dueño de esta cueva. - respondió el saludo mostrando una blanca y perfecta sonrisa, Lucero lo detallo un poco más, el joven de piel canela y ojos color miel a primera vista gritaba peligro, pero solo hacía falta ver su rostro para descubrir que solo era una fachada de chico malo la que mostraba.
- Si te sigues burlando de mí, acabaras en medio del mar. - Neri lo taladraba con la mirada.
- Tranquilo Vidente, solo bromeo, ¿acaso no me extrañaste? - siguió charlando de forma amistosa, pero Lucero seguía pensando en algo.
- Disculpa, pero ¿Cuántos años tienes? - era tan curiosa como su madre, de eso no había duda.
- 20 cariño, aunque sé que aparento menos. - respondió guiñándole un ojo.
- ¿Cariño? – dijo con preocupación la joven y los dos jóvenes rompieron a reír.
- No te asustes Lucerito, no tengo segundas intenciones contigo. - se defendió el castaño.
- Ignóralo, él es así, que no te sorprenda que te llame cariño, vida, reina, es tan... - Neri buscaba la palabra justa para describirlo.
- Latino, así soy, pero ¿por qué preguntabas mi edad? - dijo ahora curioso Tiago.
- Soy curiosa, y dijiste que eras el dueño, me llamo la atención lo joven que eres. - honestidad, así se hacían amigos le dijo su padre.
- Es lo único bueno que me dejo mi padre. - la cara del joven dio a entender que no quería hablar más.
- Respondiendo a tu pregunta Tiago, no, sabes que no te extrañe, por suerte apenas te fuiste a tus vacaciones Lucero apareció y ya vez tengo un círculo de amigos más grande, ya tengo dos. - dijo con diversión el ruso.
- Entonces Lucero debe ser una buena persona, no cualquiera se acerca a este hombre. - dijo riendo, apuntando al ruso.
- Creo que lo soy. - respondió siguiéndole la broma al moreno.
- En ese caso mi reina, déjame informarte que yo también seré tu amigo, pero de igual forma te cobrare la bebida. - le advirtió aparentando seriedad.
- Tiago, ella es una Bach, créeme que lo que menos necesita es tu amistad a cambio de una bebida.
Esa noche Lucero se hizo de un nuevo amigo, Tiago Andersson, aunque ese no era su verdadero apellido, el joven se lo había cambiado solo hacía tres años, Neri sabia la razón, pero no diría nada, ya sabría Tiago si confiaba en Lucero como para decirle su secreto o no. De algo estaban seguros, con la llegada de Lucero a la universidad sus vidas no serían las mismas.
- Era mía por ley, yo la vi primero, por ella adopte mi forma humana y solo por ella ardo en mil formas diferentes. No pertenece a los hijos de la luna. Ella es la elegida, la única que puede controlar a este Fénix, el primogénito del dios sol, el más antiguo, mi nombre es Nuriel, fuego de dios y ella es mi destino. - Me debo a los bosques vírgenes, a las cumbres nevadas, al momento efímero. Soy uno de los tantos descendientes del dios sol, dador de vida, hijo de un elfo y un hada. Mi deber es cuidar al más débil, a quien no puede defenderse. ¿Quién diría que escucharía su voz y mi existencia dejaría de tener sentido? Me he convertido en su esclavo por solo escuchar el latir de su corazón. Ella es mía, soy Ikigaí, el camino que realizas para conocerte y yo le mostrare que quedarse conmigo es su mejor opción. - Somos hijos de la luna, se nos ordenó cuidarla como castigo y así lo hicimos, porque ya no teníamos nada en nuestra existencia a lo que aferrarnos. Somos rechazados y aun así no deseamos morir, queremos amar y ser amados, por lo que aceptamos el pedido de la luna cambiante Aysel, con la promesa de que nos daría una nueva compañera, si conseguíamos su perdón, no estaba en nuestros planes enamorarnos, pero tampoco lo quisimos evitar. Somos hijos de la luna y la hemos reclamado como nuestra, le guste a quien le guste. - Estoy segura de que cuando mi madre escogió mi nombre no pensó que tan bien me quedaría, soy Kalila, que significa la más querida, eso estaría bien, si no fuera porque me encuentro en medio de cinco seres sobre naturales, uno más peligroso que el otro, dos son hijos del dios sol, tres son hijos de la diosa luna y en medio yo, una simple humana con alma de cazadora. Soy Kalila y esta es mi historia.
La familia Zhao era la dueña indiscutible de casi todo el oriente, su clan, el tigre blanco, manejaba todo dentro del país, aunque no siempre fue así, antes, casi 20 años atrás, existió otro clan igual de poderoso, el dragón rojo, pero dicho clan encontró su fin por ir tras lo prohibido, ahora la suerte le sonreía al tigre blanco o al menos eso pensaban, hasta que su líder, Loan Zhao, decidió que era tiempo de retirarse y acudió a los monjes para que vieran su tatuaje, ese que los más ancianos le hacen en la espalda cuando asumen como líder y que solo puede ser descifrado, cuando se retiran de su lugar, y así pudieran decir cuál de sus hijos seria la nueva cabeza del tigre. Lo que menos espero escuchar, era que el futuro de sus hijos estaría regido por amores prohibidos, esos que pueden llegar a matarte, por destino o casualidad, el pasado se uniría con el presente, dejando solo dos caminos, la unión con familias poderosas a través de lazos indestructibles, o el dolor y la agonía de arder en amores prohibidos.
Mi nombre es princesa Antara primera del reino Kael, o al menos ese era mi nombre, pero cuando el reino de las brujas cayó, mi vida cambio, pase de vestir sedas y ser adornada con oro, a ser cubierta con harapos y lodo, una vagabunda mendigando en las calles del reino de Joako, los lobos son crueles con los extraños, pero entre todos ellos, creí tener una posibilidad de vivir, fingiendo ser una simple humana, el Duque White sufría por la pérdida de su hija y me acogió como remplazo, no fue fácil, pero pensé que había logrado al menos ganarme su cariño, pero luego entendí que no podía dar nada por sentado, comprendí que si no queria regresar a las calles, solo me quedaba una opción, atrapar al futuro rey Alpha, cualquiera diría que sería fácil salir embarazada de semejante hombre, claro que teniendo en cuenta lo loco que ese bastardo esta, lo genial seria salir viva luego de estar con él.
Si amas a alguien déjalo ir, si vuelve es porque es tuyo, sino nunca lo fue, al menos eso se dice, el problema es cuando alguien que nunca fue tuyo, regresa a tu vida, despertando demonios que creías enterrados. El gran empresario Mateo Zabet coloco una muralla entre ellos en su adolescencia, respetando que la joven que amaba tenía novio, casi dos décadas han pasado desde que la vio por última vez, hoy frente a él está el amor de su vida ¿feliz mente casada? — Esto no está bien, estoy casada y tengo hijos y... — susurra con voz temblorosa. — Esto es lo único que está bien Elizabeth, siempre fuiste tú, mi amor, mi vida, mi todo y no sabes cuanto odio no habértelo dicho antes. — reconoció tomando sus labios con verdadera pasión. gratis hasta finalización.
Mi vida fue un calvario, un mal cuento, aun así, me aferre a lo único que me daba esperanzas, mi compañero, no me importaba de que especie fuera, solo queria que me encuentre, y tener al fin un poco de felicidad, pero claro que nunca nada sucede como deseo. Ahora se supone que mi vida cambio, incluso hasta mi nombre, pero, sin embargo, el dolor permanece, se supone que debía cuidarme, amarme y respetarme, era mi Alpha después de todo, pero resultó ser un maldito, y lo peor, es que me embarazo, estoy embarazada del maldito Alpha, y ya no sé qué hacer con mi vida, ni siquiera sé si tengo una.
Pertenecer a la mafia no es fácil, mantener tu lugar mucho menos, atrapar a uno de los lideres más grandes del bajo mundo... es casi imposible. Dasha Morozova solo queria su lugar en el mundo, al lado de quien amaba, sabia los riesgos, creció con ellos, y cuando al fin creyó conseguir a quien queria... la vida le demostró que no todo es un cuento de hadas, más cuando vives rodeada de enemigos, ahora el amor ya no es su prioridad, busca venganza, quiere recuperar lo que por ley es suyo y no le importa a que demonio deba tentar para ello. Lukyan Neizan, sabe que el legado de sus padres pesa sobre sus hombros, el don de ver destellos del futuro es su gran aliado cuando debe cuidar su espalda y destruir enemigos, pero... hay imprevistos que escapan incluso de su don, es así como el gran mafioso dueño de casi toda rusia y apodado la muerte blanca, despierta un día con la noticia de que tiene un hijo, del cual ni siquiera sabe quién es la madre. Dasha debe atrapar a un mafioso que la ayude en su venganza. Lukyan debe honrar las leyes de su clan y casarse solo con la madre de su hijo. La venganza es un plato que se sirve frio, y atrapar a un mafioso puede hacerte arder mucho antes de conseguir lo que quieres, pero eso Dasha... aun no lo sabe.
Durante tres años, Jessica soportó un matrimonio sin amor mientras su marido fingía impotencia. Sus mentiras se desvelaron cuando apareció una amante embarazada. Tras seis meses recopilando pruebas en secreto, Jessica se deshizo de él y construyó su propio imperio multimillonario. Tras el divorcio, se transformó en una figura irresistible, atrayendo admiradores. Un día, al salir de su oficina, se encontró con Kevan, el hermano de su exesposo. Él intervino, enfrentándose a ella: "¿Acaso era solo una herramienta para ti?". Los labios de Jessica se curvaron en una sonrisa tranquila mientras respondía: "¿Cuánta compensación quieres?". La voz de Kevan se suavizó. "Todo lo que quiero eres tú".
Clarissa Chapman, un día, al entregar preservativos a una habitación de hotel, descubrió que su cliente era su... ¿prometido? ¡Atrapó a su prometido y media hermana en la cama! ¡Solo entonces Clarissa se dio cuenta de que su novio de seis años la había engañado! ¿Qué es más ridículo? Su padre dijo que era porque ella no era atractiva y su hermana lo merecía más. Dejó a su prometido idiota, ¡se encontró con su Sr. Correcto en una aventura de una noche! Espera... ¿por qué este hombre se veía exactamente parecido al CEO multimillonario - Anderson Jordan en la televisión? Anderson era de muchas cosas, guapo, considerado y leal. Nunca imaginó que un apuesto como Anderson se enamoraría de ella, hasta ese día... Su familia de pesadilla la encontró, tratando de arrastrarla al pasado miserable... otra vez...
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