Lo más audaz que Angela había hecho en su vida era concebir en secreto al hijo de Jeremy a pesar de saber que ella era solo un juego para él. Jeremy era un hombre vicioso. Ella sabía que él se enfurecería si se enteraba del embarazo. Para obtener la libertad, ella lo provocó intencionalmente hasta que no pudo soportarla más. Tan pronto como la "dejó", ella huyó por la seguridad de su bebé. No pasó mucho tiempo antes de que Jeremy oliera algo metálico. La localizó y la trajo de vuelta. Angela estaba asustada y también cansada de él. Después de que todos sus intentos para hacer que la liberara fallaron, ella gritó: "¿No puedes dejarme en paz? ¡Ya no quiero servirte!". Jeremy miraba al bebé en sus brazos con los ojos llenos de ternura. "¿Quién dijo que vas a servirme? Ya que has sido buena conmigo en el pasado, tengo que devolverte el favor. ¿Qué te parece que los cuido yo a ti y a nuestro bebé de ahora en adelante?". Angela apenas podía creer lo que oía.
Cuando el sol salió, la atmósfera íntima en el dormitorio se disipó lentamente.
Después de pasar la mirada por la suave espalda de la mujer, el hombre se levantó y fue al baño directamente.
Una vez que se duchó, se puso un traje plateado y salió de la habitación con el rostro inexpresivo.
En ese momento su frío comportamiento no se parecía en nada al del hombre lujurioso que había pasado la noche con la chica.
Bueno, la verdad era que la noche anterior tampoco mostró mucho entusiasmo en el rostro mientras estuvo en la cama con ella.
En el momento en el que el hombre se levantó, Angela Wallace abrió los ojos, pues solo había estado fingiendo estar dormida.
Su garganta estaba seca.
No fue hasta que el hombre estaba a punto de salir por la puerta, que ella dijo en voz baja: "Adiós, señor Carson".
La chica no supo si el hombre la escuchó, ya que este solamente se detuvo por una fracción de segundo, antes de bajar las escaleras sin decir nada.
Debido a la actitud fría del hombre, Angela suspiró.
Cuatro años atrás comenzó a trabajar como pasante en el Grupo Carson.
En su primer día en la empresa, acompañó a su jefe, Jeremy Carson, a una cena de negocios. Esa noche, en la que el hombre estaba drogado, tuvieron sexo.
Posteriormente, muchas otras veces más durante los últimos cuatro años.
Sin embargo, nadie sabía acerca de la relación que había entre ellos, pues la habían mantenido oculta hasta ese día.
A pesar de que Jeremy no dijo ni una sola palabra, Angela sabía que tal vez no tendrían la oportunidad de volver a verse.
Teniendo lo anterior en mente, la chica rápidamente se levantó de la cama, empacó sus cosas y bajó corriendo las escaleras. Como era de esperar, el asistente especial de Jeremy, Blaine Martel, estaba sentado en el sofá de la sala de estar.
Con una computadora portátil en el regazo, el hombre escribía rápidamente en el teclado. Con sus gafas de montura dorada, lucía muy serio.
Al escuchar pasos, Blaine se subió las gafas por el puente de la nariz, mientras se daba la vuelta.
Cuando vio la maleta que Angela sostenía, su mirada se ensombreció. No obstante, rápidamente ocultó la sorpresa que había en sus ojos.
Habían trabajado juntos durante muchos años, y colaboraban bien como colegas.
Después de saludar a Blaine con naturalidad, la chica se sentó frente a él.
Solo entonces el hombre apartó la computadora portátil, y le entregó a Angela un documento que ya tenía listo. Después de aclararse la garganta, Blaine informó: "Señorita Wallace, esto es para ti, de parte del señor Carson".
Angela tomó el documento y bajó los ojos para mirarlo. Permaneció en silencio durante mucho tiempo, mientras las pestañas le temblaban.
Como el hombre pensó que estaba triste, en voz baja le dijo: "Si necesitas algo más, puedes decírnoslo. Siempre y cuando no sea una exageración, el señor Carson definitivamente lo aceptará, por consideración a la relación que había entre tú y él".
¿Relación?
A los ojos de Jeremy, Angela no era más que una herramienta que satisfacía su lujuria.
La gente solo sentiría nostalgia por las herramientas, como máximo, y solamente porque les funcionaron bien. No obstante, había que deshacerse de ellas cuando se les acabara su vida útil.
Teniendo lo anterior en cuenta, lo que había entre ella y Jeremy no era una relación seria en lo absoluto.
Cuando Angela recuperó la compostura, con una vaga sonrisa dijo: "El señor Carson es muy generoso".
Su tono era un poco indiferente, lo que tomó a Blaine por sorpresa.
La chica lucía tranquila. Era como si se hubiera esperado que Jeremy la dejara.
Había estado con él durante cuatro años, y ahora estaban separándose. Como compensación, el hombre le dio a Angela tres casas, incluida la villa en la que se encontraba en ese momento, dinero en efectivo y algunas otras cosas. El valor total de todo era como mínimo cien millones.
Desde luego, eso no incluía lo que había recibido a lo largo de los años. Incluso si ya no estaba con él, esa cantidad de dinero sería suficiente para que viviera cómodamente por el resto de su vida.
Como era de esperar, Angela era una persona de carácter fuerte. Incluso Blaine se sorprendió cuando vio todo lo que Jeremy le había dado a la chica.
Si Angela hubiera sido una persona común, se habría desmayado de la emoción cuando recibió la altísima compensación. Sin embargo, ella era diferente. En lugar de alegrarse, se burló de Jeremy para sus adentros.
Angela firmó el documento sin dudarlo.
Luego sacó la carta de renuncia que traía lista en su bolso, y se la entregó a Blaine, al mismo tiempo que cortésmente decía: "Señor Martel, por favor entrégale esto al señor Carson de mi parte".
Teniendo en cuenta la identidad de Angela, era normal que renunciara al Grupo Carson después de haberse separado de Jeremy.
"Cuenta con ello, señorita Wallace", respondió el hombre.
Al escuchar eso, Angela sonrió suavemente, y comentó: "Ya no soy la secretaria del señor Carson, así que de ahora en adelante puedes llamarme por mi nombre".
Poco después Blaine se puso de pie y se fue.
Mientras Angela miraba la espalda del hombre, levantó la mano y acarició suavemente su vientre plano.
Incluso si Jeremy no se hubiera cansado de ella, esta habría buscado la manera de dejarlo.
Después de todo, tenía un gran secreto que le había estado ocultando...
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