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Un sueño recurrente ataca a Noctis cada noche y lo siente mas vivido cuando se le es anunciada la visita de una comitiva de Niflheim... En él, Noctis ve a un chico que lo salva pero no puede escuchar su nombre. Por otro lado, Gladio decide salvar a un esclavo que viene en la comitiva del otro lugar sin percatarse de que puede llegar a ser el niño al que Noctis no deja de ver en sus sueños... ¿Que pasara cuando ellos logren liberarlo? ¿Que tiene que ver ese chico con Niflheim y sus planes?
Un pequeño Noctis, de unos seis años, corría desesperadamente por un oscuro pasillo, siendo jalado por un niño un poco más alto que tenía cabello castaño y gafas;
-su Alteza, corra más rápido por favor, ya casi estamos a salvo- decía él niño mientras continuaba jalando al otro
- ¿Dónde está papá? - preguntó el pequeño príncipe
-esta más adelante, por favor, corra más rápido
- ¿y Luna?
-nos está esperando- contestó el de gafas, cuando el príncipe trastabillo y cayó de golpe al suelo. Él niño castaño se devolvió y lo levantó de un tirón, cuando una puerta a su izquierda se abrió de golpe. El mayor se colocó enfrente del otro y extendió sus brazos esperando el ataque cuando un pequeño perro negro salto sobre él, -Umbra... ¿que estas?
-por aquí- exclamó una niña rubia haciendo acto de aparición detrás del animalito y siendo seguida por un perrito blanco
- ¡Luna! - soltó el pequeño Noctis siendo abrazado por ella
-Gracias a los Astrales están bien
-hemos logrado burlar a los guardias, pero... ¿para donde corremos ahora? - preguntó el niño de gafas y vio como una mujer de cabello corto salía también por la puerta
-Lady Luna, espéreme por favor- dijo cuando encontró a los otros
-mamá- exclamó él niño que iba con Noctis
-me alegra ver que están a salvo y que cumpliste con salvar a su Alteza, ... - la mujer dijo un nombre, uno inaudible para el príncipe.
En ese momento, escucharon un fuerte grito detrás de ellos, así que, sin más continuaron corriendo a gran velocidad, hasta que divisaron a unos soldados frente a ellos;
- ¡Génica! - gritó uno de los hombres con casco extendiendo su mano, cuando la mujer adulta corrió hacia ellos
- ¡Pollez! - exclamó Génica, cuando se escuchó el sonido de un disparo y de inmediato la mujer cayó de lado haciéndose un enorme charco de sangre debajo de ella
- ¡MADRE! - gritó quien llevaba a Noctis. El soldado se acercó corriendo a los niños escudando otro disparo que le impactó en el brazo;
- ¡niños! - gritó el soldado y llegó junto a ellos mientras se sostenía el brazo -Debes llevar a su Alteza y a la dama Lunafreya lejos, debes salvarlos ¿entendido? - y se dirigió de nuevo al niño. Noctis una vez no pudo escuchar su nombre y eso lo estaba comenzando a molestar
-Padre- dijo el niño asustado
-confió en ti... - el castaño asintió y tomando la mano del más pequeño comenzó a correr de nuevo seguido de los dos animalitos y la princesa.
Cuando se estaban alejando, escucharon un nuevo disparo y varios hombres correr por donde ellos iban.
El mayor guio a los otros por varios pasillos, hasta que llegaron a un pequeño cuarto que daba a la parte de afuera. Él niño cerró la puerta y corrió hacia una esquina de la habitación, donde levantó una alfombra y luego una pequeña trampilla;
-entren. - les indicó a los dos animalitos y luego miró a los más chicos, -Lady Luna, su Alteza, entren por favor y caminen hasta llegar a la próxima puerta, eso da a las afueras de Palacio, ahí estarán a salvo
- ¿tú que harás? - preguntó la niña abrazándolo con fuerza mientras que él se soltaba y la hacía bajar los dos escalones que había en la trampilla
-Yo los distraeré de ustedes, haré que me persigan
- ¿te sacrificaras? Podemos ocultarnos los tres
-mi deber es velar porque ustedes dos estén a salvo
-eres mi amigo, no quiero que te hagan daño ... - contestó Luna y de nuevo, Noctis no alcanzó a escuchar su nombre, ¿Por qué no podía oír el nombre del niño que los estaba salvando?
-estaré bien, por favor huyan
-ven con nosotros- suplicó el pequeño príncipe, cuando el otro sonrió mientras lo metía dentro
-no puedo príncipe Noctis
-entonces toma, - dijo el peligris dándole un diminuto peluche que había estado agarrando con fuerza desde su huida y se lo entregó al más grande -el señor Tomberry te ayudara
-muchas gracias su Alteza- contestó el mayor sonriendo mientras tomaba el juguete con ambas manos y comenzaba a cerrar la trampilla con una enorme sonrisa.
. . .
Noctis despertó de pronto por el sonido de su alarma;
-ese sueño de nuevo- dijo en voz alta mientras se estiraba - ¿Qué demonios significara ese sueño? - se dijo mientras se metía al baño aun pensativo.
Al poco rato, mientras se terminaba de vestir, su puerta se abrió y por ella entró un chico de gran altura con cara de pocos amigos;
-buenos días- dijo el chico bostezando
-días- contestó Noctis mirando al otro - ¿ya han llegado?
-están por llegar. - contestó, mirando al otro terminar de alistarse -Debes comportarte ¿de acuerdo? Sino papá se molestará de nuevo
-soy adolescente, no debería asistir a estas cosas. - dijo el peligris terminando de bajarse su cabello -Preferiría ir a la escuela hoy
-es una lástima que hoy tengas libre entonces- se burló el otro y ambos salieron de la habitación.
Mientras iban caminando, la conversación no se hizo esperar ya que ambos estaban algo irritados por las visitas;
-dime de nuevo porque debemos estar en esa reunión donde estará la comitiva, no bienvenida, ¿de Niflheim? – preguntó el mayor mientras se acomodaba un poco su cabello y la solapa de su traje de soldado
-papá quiere que vaya viendo y aprendiendo todo con respecto al Consejo Real, y como eres mi escudo, no tienes escapatoria- rio el príncipe cuando se topó con otro hombre de camino
-su Alteza- exclamó el hombre que era alto y vestía de manera elegante - ¿listos?
-sí, Clarus- contestó el príncipe entrando de inmediato junto a su escudo y al otro hombre.
Ya dentro, Clarus se posicionó junto al rey mientras que los dos más jóvenes se quedaron atrás pegados a la pared de un lado. Al pasar unos minutos, la puerta del lado contrario se abrió, permitiéndole el paso a tres soldados con el logo del imperio en sus armaduras, a un hombre de mediana estatura, algo gordo y cabello negro que vestía una elegante armadura y muy atrás, a un joven que se veía muy delgado, de cabello castaño, que llevaba un traje que se veía gastado y le quedaba algo grande. Esto impresionó a ambos jóvenes quienes se compartieron una mirada de duda;
-para ser aristócrata viste como sirviente- argumentó Noctis en voz baja mientras que Gladio asentía con la cabeza, aunque su mirada se tornaba preocupada.
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