En su vida anterior, Maeve amaba incondicionalmente a un hombre indigno, pero desafortunadamente tuvo un final trágico al ahogarse en el mar. Accidentalmente, obtuvo la segunda oportunidad. Decidió vivir una vida completamente diferente, alegre y libre de todo compromiso. Resulta que la vil mujer que fue su rival amorosa en su vida anterior lanzó una canción con la esperanza de convertirse en una estrella del pop. Desafortunadamente para ella, su deseo nunca se hará realidad. Tan pronto como Maeve lanzó su primera canción, rápidamente ganó popularidad y encabezó regularmente las listas. Cada vez que la vil mujer parecía lastimera y fingía ser la víctima, Maeve le seguía el juego antes de abofetearla con una bofetada punzante. En definitiva, las habilidades y talentos de Maeve son incomparables. Aprendiendo de los errores cometidos en su vida anterior, poco a poco fue ascendiendo a la cima. Decidida y despiadada, reservó su ternura y su dulzura para el hombre que amaba... "¡Cariño, estoy lista! ¡Ven y únete conmigo!". Era seductora y atractiva. El hombre, incapaz de resistirse a su encanto, le susurró: "¡Será mejor que pidas permiso mañana, porque no podrás levantarte de la cama!".
"¡Vete al carajo, Grace!", gritó Maeve Wright, con las venas de la frente palpitándole de rabia.
Deseaba estrangular a la mujer que tenía delante y arrojarla a la condenación. Sin embargo, sus esfuerzos fueron inútiles, pues dos hombres fornidos ya la habían atado y la mantenían firmemente sujeta.
Grace Wright se echó el cabello hacia atrás con arrogancia y se cruzó de brazos. Con expresión desdeñosa, espetó: "Grita todo lo que quieras, zorra. Nadie vendrá a rescatarte. ¿Por qué? Porque la única persona que te quería está muerta, ¡y todo por tu culpa!".
Estas palabras atravesaron el corazón de Maeve, que sintió la punzada como si le hubieran clavado mil cuchillos en el pecho.
Tiempo atrás, había sido obligada a casarse con Dominic Mason por el bien de su familia. Ya que no lo amaba, no podía soportar la idea de que la tocara o estuviera cerca de ella, por lo que hizo todo lo posible para hacerle daño.
Cuando él murió intentando salvarla de una casa en llamas, ella creyó que se merecía su destino.
Pero, todo cambió en aquel momento. Ahora, Maeve por fin se daba cuenta de que Dominic, quien siempre parecía frío y despiadado, había estado enamorado de ella.
El arrepentimiento la consumía por dentro. Lamentó las terribles acciones que había tomado y su incapacidad para ver la bondad de Dominic.
"¡Imposible! ¡No puede estar muerto!", respondió Maeve aferrándose a la esperanza, a pesar de haber visto cómo él se lanzaba al fuego con sus propios ojos.
Estaba convencida de que había escapado de forma milagrosa y que llegaría a tiempo para salvarla una vez más.
"¿Dominic es tu Superman? ¿De verdad piensas que sobrevivió después de meterse en semejante incendio?".
Los ojos de Grace se entrecerraron y una sonrisa siniestra se dibujó en su rostro. "Bueno, odio decírtelo, pero él logró sobrevivir al incendio. Cuando lo sacaron de la casa, tenía todo el cuerpo quemado y su vida colgaba de un hilo. Quizás te interese saber que aún en ese estado, estaba preocupado por ti. Es una pena que el hombre más guapo de Morhurst se rebajara por una mujer que nunca lo amó".
Los ojos de Maeve se abrieron de par en par, horrorizados. En su mente, vio las llamas devorando a Dominic, desfigurando su hermoso rostro y quemándole la piel. ¿Y todo para qué? ¡Solo para salvarla!
Sintió un dolor en el corazón como nunca antes.
De poder volver atrás en el tiempo, se disculparía con él. Ni siquiera le importaría que él fuera uno de los mejores criminales del mundo.
"De todos modos, ahora se ha ido. ¿Pero sabes qué? No fueron solamente las quemaduras de cuarto grado las que mataron a Dominic, ¡fuiste tú!".
"¡No puede ser! ¡Es imposible!". Maeve sacudió la cabeza repetidas veces. "Dominic no puede estar muerto. ¡Sigue vivo! ¡Tiene que estarlo!".
Grace se echó a reír y señaló a Maeve como si fuera la mayor idiota que hubiera visto hasta entonces.
"Dominic tiene un tipo de sangre muy raro con el rasgo Rh negativo. Vació su propio banco de sangre para salvarte".
"¿No me crees? Piénsalo. ¿Cómo consideras que pudiste sobrevivir a ese accidente?".
En efecto, la verdad era amarga.
Maeve se quedó atónita ante tal revelación. Ella también tenía el rasgo sanguíneo Rh negativo.
Recordó haber necesitado sangre con urgencia tras un reciente accidente automovilístico. El doctor se había quejado de que en el almacén no había sangre compatible con la suya. No obstante, extrañamente, poco tiempo después recibió una transfusión.
Hasta ese momento Maeve no se percató de lo que había sucedido: Dominic le dio acceso al médico a su propio banco de sangre.
"Así que, como ves, Dominic está muerto", continuó burlándose Grace, haciendo que la otra casi enloqueciera. Sus rodillas se debilitaron, y se habría caído si no fuera por los hombres que la sujetaban.
"¡Y ahora te toca a ti! Cuando te vayas, heredaré todo lo que le pertenece a Dominic y me convertiré en la persona más respetada de Morhurst. La gente se inclinará ante mí, ¡y solo ante mí!". Maeve se encontraba tan herida y desesperada que no prestó atención a las palabras de Grace.
Los recuerdos de todo lo que Dominic hizo por ella inundaron su mente. A pesar de ser frío por naturaleza y tener dificultades para expresarse, le había demostrado su cariño a través de incontables acciones llenas de amabilidad. Por desgracia, ella estaba demasiado enamorada de otra persona como para darse cuenta. Había estado tan ciega que pagó su gentileza con hostilidad.
Ahora se daba cuenta de lo tonta que había sido. La única persona que la amaba de verdad estuvo a su lado todo el tiempo, pero ella se dedicó a perseguir a un desgraciado igual que Grace.
Maeve estaba destrozada. Se arrepentía de todo. De ser posible, renunciaría a su propia vida con tal de traer de vuelta a Dominic. ¡No merecía morir!
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