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Dafne creía qué heredaría la empresa de su padre y su vida mejoraría de ahora en más después de años de sometimiento a manos de su padre misógino. Pero, su oscuro pasado regresa en forma de un hombre atractivo que dejó atrás hace mucho años.
Dafne creía qué heredaría la empresa de su padre y su vida mejoraría de ahora en más después de años de sometimiento a manos de su padre misógino. Pero, su oscuro pasado regresa en forma de un hombre atractivo que dejó atrás hace mucho años.
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. inicio...
Dicen que los vestigios del pasado siempre regresan cuando menos te lo esperas...
Sé que busca venganza contra mí por lo que le hice en el pasado..
Varios años han pasado desde la última vez que lo tuve en frente. Recuerdo que éramos pareja cuando éramos más jóvenes, nuestras familias competían entre sí y se defenestraban todo el tiempo para ascender por sobre del otro en la industria de la moda.
A pesar de ésto, nuestro amor emergió, como un río en espacios vacíos, floreció como las flores en primavera, y resplandeció como el sol de la mañana.
Nosotros éramos figuras muy reconocidas a pesar de ser sólo unos niños, teníamos la misma fama que los hijos de celebridades, por la enorme fortuna de nuestros padres. Estábamos destinados a heredar la empresa de nuestras familias, por la siguiente línea de sucesión.
Al principio fue insoportable, tener que competir uno contra el otro todo el tiempo para descalificarnos entre nosotros y mostrarnos más aptos.
Pero me enamoré de su enorme intelecto, y su hermoso cabello castaño que formaban ondas en su frente, sus hermosos ojos verde aqua, eran la luz de mi vida, eran capaces de darle un aire fresco a los dias amargos de mi juventud, siendo la hija despreciada por un padre misógino. Su actitud dominante y tierna, lo volvían el hombre ideal. Frente a los demás era implacable y severo, pero conmigo era un algodón de azúcar, y también, fuerte y protector, como un alpha.
La avaricia de mi familia me puso en un lugar desfavorable y fui movida como una pieza de ajedrez, que me terminó alejando de sus brazos, de su calor, de su amor...Mi padre obtuvo a través de mí información de la que nunca podría obtener a simple vista de su competencia, al enterarse de que nos veíamos a escondidas me impuso una tarea. En conclusión, terminé traicionándolo, filtrando archivos secretos de su empresa que se preparaban para instalar nuevas bombas de petróleo en Arabia Saudi, su familia era dueña de la petrolera " Robinson", una de las mas grandes en el mundo.
Con esto la petrolera de mi padre, se le adelantó y obtuvo la ubicación de los pozos a extraer, desde ahi los Echevarria, nuestra empresa petrolera Argentina, se volvió una de las mas importantes, terminando por perder los Robinson, millones de dólares.
Para ése tiempo nuestra relación había terminado, me fui de Inglaterra para que Tayler no me encontrará...
Mi corazón estaba hecho añicos, no podía conciliar lo que le había hecho.
Era imposible que volviera a mostrar mi rostro frente a él.
Después de dos largos años, reapareció, justamente en el momento en que heredaría la empresa de mi padre en Argentina...
Ahora a quien tengo delante mío, con un papel en la mesa, moviendo un bolígrafo entre sus dedos, mirándome con una mirada perspicaz como si pensará en hacerme muchas cosas, es él , Tayler Robinson.
Su mirada me dice que no me hará la vida nada fácil, ahora que me encontró.
En cuánto llegó a esta ciudad, puso de rodillas a mis padres, apoderándose de nuestras deudas, y al mismo tiempo de la empresa que supuestamente heredaría, prometió que nos rescataría del pozo en que nos hundió sus demandas, si firmaba un convenio en que nos uniría como marido y mujer.
Pero lo que él me pide es inconcebible....
Sólo busca vengarse de mí, tomándome como una prisionera de guerra.
El silencio hace parecer la gigantesca oficina donde estoy vacía, la tensión entre mi padre y él era notable, creo que ya tiene una idea suya lo que sucedió en el pasado.
Casi puedo oír los autos de las avenidas a cientos de kilómetros fuera de la oficina. En medio de tanta incomodidad, Tayron se apoya sobre la mesa.
- ¿Qué pasa?, ¿No firmarás Dafne?.
Me cuestiona y mi mirada se levanta hacia la suya, mis ojos se llenan de odio, mi seño se frunce a la par que intentó contener las ganas de arrojarle el papel por toda la cara, sé que su plan es humillarme, puedo verlo en sus ojos verdes, hay un plan perverso en el fondo de ellos.
Los ojos son el reflejo del alma... dicen por ahí.
Cuando era joven me imaginé, qué cuando me propusiese matrimonio, sería de una manera distinta, habría una especie de fiesta y nuestros allegados más cercanos estarían para nosotros, me ví a mi misma, con un vestido de ensueño, con el arrodillado frente a mí, sosteniendo una pequeña caja de Tiffany's entre sus manos. Cuando finalmente abriera la pequeña caja, mis ojos se iluminarían y daría el sí llena de emoción, como una de esas escenas que sueles ver en las películas o en un drama de telenovela. Me elevaría en sus brazos y diría cuan feliz lo acabé de hacer, nos besaríamos con los gritos de nuestros amigos de fondo y el día terminaría con nosotros abrazados.
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Tomé la lapicera que tenía enfrente, mirando cómo se le dibujaba una sonrisa perversa en el rostro, sabia perfectamente que firmaría, no tenía otra alternativa si quería salvar mi patrimonio, entendí ya no sería Dafne Echevarria, pasaría a ser desde hoy, la señora Robinson de Tayler.
El me tiene atrapada, con grilletes en los pies, ahora me tiene en su poder.
Firmé esa porquería con despreció, teniendo ganas de tirarle los papeles en la cara, la única razón por la que lo hacía , era por qué en el fondo tenía las esperanzas de algún día recuperar lo que es mío.
- Gracias hija...
Me dijo mí padre a mí lado, queriendo dar unas palmadas a mi hombro que evité de inmediato, levantándome de aquella silla con indignación. Me acababa de entregar al mismo hombre que traicioné por sus ambiciones, y ahora quería ser amable conmigo, cuando siempre me tuvo relegada a ser un estorbo por no nacer varón.
Me salí de aquella oficina siguiéndome la mirada penetrante de Tayler a cada movimiento. Sabe que ahora puede hacer lo que desee conmigo.
Al dejar el lugar de inmediato, caminé tan rápido como me lo permitieron mis tacones negros, pero a la par, la asistente personal de mí "marido ", caminó a mí lado siguiéndome el ritmo, apretando una agenda electrónica en su pecho.
- Como le va señora Robinson me llamó Ivet, y seré su nueva asistente, fui contratada por su esposo para guiarla en cuestiones del contrato que acaba de firmar.
Tayler, me impuso una mujer para obligarme a cumplir las cláusulas de su contrato infernal, no tiene escrúpulos, pudo haberme preguntado antes.
- Tomé le daré mi número.
Me entregó una tarjeta que por inercia tomé, ese ofrecimiento me dio rabia, ¡Estaba completamente ofendida!, ¡¿Cómo se atrevía a hacerme esto?!, ¿Ahora tenía que soportar a una mujer persiguiéndome por todos lados?. La miré a mí costado con hastío, y ella me devolvió una mueca soberbia, mirándome de arriba abajo con desdén.
Parece que su asistente sentía algo por él, me miraba como poco cosa para estar a su lado.
- Si te mantienes alejada de mí, te lo agradecería mucho.
Le pedí, despectiva a ésta imposición y seguí mi camino librándome de su asechanza. Ella se me quedó viéndome con rabia tras sus enormes lentes de visión corta.
No quería tenerla cerca, ni a ella ni a su jefe, me fui de Inglaterra por esa razón, para librarme de él, y solo Dios sabe cuánto me ha costado dejarlo ir, para que ahora tenga que venir nuevamente a mí...
Solo puedo preguntarme. ¿Hasta dónde podría llegar?.
Ya no sé asemeja en nada al hombre que una vez amé. El Tayler que conocí jamás me obligaría a hacer algo que no quisiera.
Respiré profundo mientras miraba cuántos pisos bajaba el ascensor, éste edificio se desplomaba muy rápido, parece que no hicieron mantenimiento desde que la construyeron, quería llegar a mí departamento lo más pronto posible, tomar una ducha y tirarme a la cama para olvidar éste desastre.
Pero en cuanto llegué hasta la tan ansiada salida, sus hombres aparecieron de la nada.
- Señora Robinson, su esposo, nos mandó a recogerla para llevarla al avion que la dejara en los Angeles, desde ahora vivirá con él, como lo específica el contrato que usted firmó.
Me comunicó un hombre, alto y robusto, que tapaba la poca luz de la tarde que me iluminaba en ese momento.
- ¿Por qué su guardaespaldas tiene que ser tan grande?, ¿Acaso el maldito Tayler necesita compensar algo que le hace falta?.- dije molesta sin medirme con mis palabras, pero no podía contener mis ganas de insultarlo.
Sus guardaespaldas se miraron entre ellos algo incomodos por mis palabras, y detrás de estos divisé un auto gris , seguro que ése era él transporte que me llevaría al aeropuerto.
- Lo siento señorita, debe venir con nosotros.
Me dijo el mas grande, tomándome de un brazo, para seguirle el otro que tomó el que me quedaba libre, arrastrándome hasta al auto...
_ ¡Suéltenme!, ¡Esto es un atropello!
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