/0/11509/coverbig.jpg?v=d73cf3b9708711a39e35cad3a7ada4f2)
En su aniversario número uno, Alice muy ilusionada le da la noticia de su embarazo a su novio, Francesco Rucci, un joven apuesto e inteligente descendiente de una familia italiana importante en la ciudad. Él la rechaza y a raíz de eso sus vidas dan un giro de ciento sesenta grados. Con la madre de Francesco culpándola por un terrible accidente que lo deja en coma por meses, Alice se ve obligada a alejarse y criar sola a su pequeña hija Caroline. Él despierta sin recordar nada de su pasado, así que Alice, desconsolada piensa que Francesco simplemente decidió olvidarla y no buscarla más. ¿Podrá Alice sortear todos los obstáculos como madre soltera? ¿Francesco recuperará la memoria y recordara a su mujer y a su hija?
De algo podía estar segura Alice de su vida, había encontrado al mejor hombre del planeta y su amor crecía con cada día que pasaba como una planta bien cuidada que estaba siendo regada con ternura, comprensión y una pasión descontrolada. Ella no necesitaba nada más en la vida si estaba junto a él, y el último año de su vida, lo habían dedicado para amarse cada día más el uno al otro.
¿Después de una vida llena de miserias al fin podría ser feliz?
Alice siempre creyó que la felicidad no estaba hecha para ella y sus padres se lo hicieron saber cada vez que podían, pero nunca se detuvo y luchó cada día por convertirse en una diseñadora de modas famosa en esta ciudad para así poder decir que ya no era pobre y miserable como ellos siempre le dijeron que sería toda su vida.
A pesar de todo lo que vivió junto a ellos, no podía decir que los odiaba, pero dado que se encargaron de minimizarla cada que podían y desprestigiaron su trabajo, no sentía el amor que debía por ellos.
Del otro lado estaba Francesco, su querido y amado novio que provenía de una familia poderosa en la ciudad, con negocios por doquier, lo que conllevó en un odio irracional de su madre hacia Alice. Siempre la tildó de ramera, para ella la nueva novia de su hijo era una bazofia, que trataría de pegársele a su familia como una sanguijuela para chuparle todo el dinero que pudiera y abandonarlo en cuanto ya no lo necesitará más en su vida.
- Estoy abajo preciosa.- escribió Francesco en un mensaje de texto, esta noche era su primer aniversario y él siempre celebraba las fechas importantes por todo lo alto.
- Ya bajo amor.- respondió ella rápidamente, mientras le daba los últimos toques a su maquillaje, que aunque sencillo, quería que se viera perfecto, hoy sería un día que cambiaría sus vidas para siempre.
- ¡Estás realmente hermosa!.- exclamó Francesco, mientras Alice salía de la casa de sus padres, él estaba recostado del capó de su auto, con un traje casual que lo hacía ver realmente espectacular y en sus manos un ramo de rosas gigante, acompañado de una bolsa de regalo.
- Tu también estás muy guapo mi amor.- respondió Alice ruborizándose.
- Feliz primer aniversario.- continúo diciendo él, estirando una mano con el regalo y luego la otra con el ramo de rosas, estampando un tierno beso en la mejilla de su amada.
- Esto es demasiado Francesco.- expresó Alice al sostener tan majestuosos presentes.- sabes que no me gustan este tipo de cosas extravagantes, con un par de rosas hubiera bastado para mí.
- Sí, me lo has dicho, pero por ti bajaría la luna y la dejaría iluminando tu pasos para siempre.- Alice no podía enojarse con él y menos en un día como este, así que solo se dejó caer en los brazos de su amado para sentirlo cerca nuevamente.- bien, debemos irnos, ya se está haciendo la hora de la reservación, te encantará lo que tengo preparado para ti.
Entraron al auto y él puso el motor en marcha, Francesco se había colocado el perfume la encendía por completo y Alice solo podía pensar en que terminara la cena para poder estar con él toda la noche, que la hiciera suya como solo él sabía hacerlo.
En poco más de veinte minutos llegaron al restaurante, uno de los más exclusivos de la ciudad y Francesco reservó un gran espacio solo para ellos dos, siempre fue muy exagerado en estas cosas, sin terminar de entender que a Alice solo le importaba estar con él sin importarle el lugar.
- Sé que no puedo igualarte, pero este es mi regalo.- Alice le entregó una bolsa pequeña y en ella estaban varias fotos de sus mejores momentos hasta ahora, Francesco siempre lo tuvo todo así que cualquier cosa material él ya lo poseía y de mejor marca o modelo.- espero te guste.
- Amor, es perfecto, quedarán geniales en mi oficina.- a pesar de todos sus millones y de su excentricismo Alice pudo ver cómo los ojos de su amado brillaban al ver las fotografías.
- Y al finalizar la cena te entrego otro obsequio, está vez no me ganarás, también tengo dos regalos para ti.- esto provocó una pequeña risa de los dos, cuando estaban juntos todo a su alrededor no importaba, se sentían completos el uno con el otro.
- Ohh, entonces no puedo esperar a cenar rápido, camarero estamos listos para ordenar.- Francesco llamó a un joven para que los atendiera mientras miraba a Alice con mucha picardía, haciendo que sus mejillas se encendieran.
Tuvieron una cena espectacular, era increíble como dos almas se conectaban de esa manera, el lugar era espléndido, pero ellos apenas y se quitaron la mirada de encima, se podía decir que era algo mágico lo que ocurría entre ellos.
- Estuvo todo delicioso.- dijo Alice mientras sacaba una pequeña cajita rectangular de su bolso.
- Sabía que este lugar te iba a encantar.- repuso Francesco con una sonrisa en su cara y mientras llevaba la copa de vino a su boca.- lo que no me gustó es que dejaste toda la botella para mí, ¿Enserio no beberás un poco?.- continúo diciendo, él no solía ser muy bebedor y ya se le notaba el alcohol que había bebido en el rostro.
- No quise que bebieras toda la botella, pero no puedo beber alcohol.- dijo Alice mostrando sus dientes al sonreír y deslizó su segundo regalo de la noche hacía él que parecía realmente sorprendido.- te dije que había otro regalo al finalizar la cena.
- Si, pero yo pensaba que hablabas de...- Francesco dejó la copa en la mesa y su semblante cambió completamente al ver lo que había en el interior de la caja.- ¿Esto es, esto es una broma Alice?.
- No es una broma amor, estoy embarazada.- respondió ella para confirmarlo, aunque era obvio el mensaje que le quiso trasmitir dado que en la caja habían unos objetos de bebé.- seremos padres, Francesco.- Alice empezaba a sentir dolor en sus mejillas por la sonrisa que tenía plasmada desde hacía varios segundos.
- Esto no puede ser.- espeto Francesco, al mismo tiempo que se levantaba de la mesa y aflojaba su corbata, al parecer empezaba a respirar con dificultad.
- ¿No estás feliz?- preguntó Alice borrando su sonrisa y levantándose de la mesa también, ella ya no se sentía feliz, pues esta no era la reacción que esperaba.
- ¿Feliz? ¿Cómo voy a estar feliz Alice? Nos estábamos cuidado, en estos momentos no puedo ser padre, tengo muchos asuntos que arreglar antes de eso.- Alice empezaba a sentir un vacío su estómago a pesar de haber terminado de cenar recién.
- Francesco, los métodos anticonceptivos fallan y este es el fruto de nuestro amor.- ella se acercó hasta él para tratar de calmarlo, pero él la rechazo y se alejó.- ¿Acaso no me amas?
- Por supuesto que te amo, pero no estoy listo para tener un bebé, eso sería una distracción muy grande para mi trabajo.- esto último hizo que el pecho de Alice se apretara, ella había imaginado que está noticia alegraría mucho más la noche y al contrario ahora sentía que no podía respirar por la decepción que empezaba a sentir.
- Yo tampoco estoy lista, pero ya no podemos hacer nada Francesco, seremos padres.
- Sí hay algo que podemos hacer.- dijo Francesco, su mirada estaba fija con la de Alice, pero ella podía jurar que no conocía al hombre al que estaba mirando ahora.- deberás abortar Alice, definitivamente este no es el momento de tener un bebé.- Alice sintió que algo en su interior se quebró por completo, su mirada se nubló, mientras todo el lugar giraba ante si por lo que tuvo que sujetarse de la mesa para no perder el equilibrio.
- ¿Cómo puedes insinuar algo como esto?- preguntó Alice con la voz quebrada, hace unas horas ella jamás hubiese pensando que se podría decepcionar tanto del amor de su vida, pero era todo lo que sentía en este momento.
Ella tomó sus cosas para salir del lugar, necesitaba tomar aire, seguía sintiéndose hiperventilada.
Alice duró varios minutos llorando descontroladamente en la entrada del restaurante, esperaba que Francesco viniera por ella y le dijera que no era cierto lo que había dicho, que solo había sido una reacción equivocada por la impresión que le había causado la noticia que recibió y que la amaba, que vivirían juntos para criar a su hijo, el fruto de un gran amor.
Pero no fue así, él nunca salió y Alice solo se sentía peor con cada segundo que pasaba, ¿Acaso todo el amor que él sentía por mí no era real?
Se preguntó ella, recostada de la pared, había perdido la fuerza de sus piernas y si no se sujetaba de algo, podía caer al suelo. Así que tomó un taxi para irse a casa, si Francesco no quería a su hijo, ya no podían seguir juntos y aunque esto provocaba tanto dolor en su interior, no había nada más que hacer.
La historia de Kloe fue trágica desde su niñez, pero todos sus traumas y sufrimientos no se comparaban con lo que viviría en su vida de casada con el mafioso Geoger Harper. Humillaciones y maltratos eran solo algunas de las cosas que ella sufriría en todos sus años de matrimonio, haciéndola pensar, que su vida nunca tendría otro significado que le diera una pizca de esperanza y ganas por vivir en este mundo lleno de maldad. Todo cambia cuando es interceptada por Tom Blondet, un agente encubierto del FBI, multimillonario, encargado de llevar el caso del señor Harper, pero todo era distinto, desde que el apuesto Tom vio la foto de la esposa de George, una rubia perfecta, con los ojos azules más hermosos que cualquier mortal había visto en la tierra, enamorándose perdidamente como nunca en su vida. Desde su primer encuentro, Kloe y Tom sabían que estaban destinados para otra cosa, no solo ser el policía y la víctima, él la amó desde el día uno, de ella se podría decir lo mismo, aunque su extrema decencia la obligaba a pensar en voz alta lo contrario. Las cosas no serían sencillas para nadie, la extrema belleza de ella la hacía apetecible para muchos y no sería la excepción de sus hijastros, uno enamorado y el otro, dejándose llevar por la lujuria, buscaría el momento de poseerla. Oliver arriesgó su vida por liberar a su madrastra, esperando que ella cambiara de parecer sobre una relación entre ellos, pero Kloe estaba clara de sus sentimientos, dejándole claro que un amorío entre madrastra e hijastro nunca podría ser. Tom, después de conquistar el corazón de Kloe y en vista del primer intento fallido por rescatarla de la mansión Harper, dedicó todo su tiempo ejecutando un plan perfecto para rescatarla.
Belinda pensó que, tras el divorcio, separarían sus caminos para siempre: él podría vivir su vida como quiera, mientras ella podría dedicarse a disfrutar el resto de la suya. Sin embargo, el destino tenía otros planes. "Cariño mío, estaba equivocado. ¿Podrías volver conmigo?". El hombre arrogante, al que una vez ella amó profundamente, bajó humildemente la cabeza. "Te ruego". Belinda apartó con frialdad el ramo de flores que él le había regalado y respondió fríamente: "Es demasiado tarde".
Durante tres arduos años, Emily se esforzó por ser la esposa perfecta de Braiden, pero él todavía se mantenía distante con ella. Cuando él le pidió el divorcio por otra mujer, Emily desapareció. Sin embargo, cuando reapareció más tarde, se convirtió en su última fantasía. Despidiendo a su ex con una sonrisa burlona, ella le desafió: "¿Te interesa una colaboración? ¿Quién te crees que eres?". Los hombres no le servían para nada; Emily prefería la independencia. Mientras Braiden la cortejaba sin descanso, descubrió las identidades secretas de Emily: hacker de alto nivel, chef, médica, talladora de jade, corredora clandestina... Cada descubrimiento aumentaba el desconcierto de Braiden. ¿Por qué los conocimientos de Emily parecían ilimitados? El mensaje de Emily era claro: destacaba en todos los aspectos.
Celia Kane proviene de una familia adinerada, pero perdió a su madre a una edad temprana. Desde entonces, ha vivido una vida difícil. Peor aún, su padre y su madrastra le tendieron una trampa para que ella se casara con Tyson Shaw en lugar de su media hermana. No dispuesta a aceptar su destino, Celia se escapó el día de la boda y, accidentalmente tuvo una aventura con un desconocido. Al día siguiente, ella se fue en secreto y, más tarde, su padre la encontró. Habiendo fracasado en escapar de su destino, se vio obligada a convertirse en la novia sustituta. Inesperadamente, su esposo la trató muy bien después de la boda. Celia también conoció poco a poco que él tenía muchos secretos. ¿Descubriría Celia que el hombre con el que se acostó era en realidad su marido? ¿Tyson sabría que Celia era solo una sustituta de su media hermana? ¿Cuándo iba a descubrir Celia que su anodino marido era en realidad un magnate misterioso? Descúbralos en este libro.
Hayley vivió tranquila rodeada de sus mejores amigos y familia por toda su vida, con una madre que siempre intenta venderla al mejor postor mientras que ella trabaja para mantener a su familia. Todo da un giro inesperado cuando llega un visitante desde Alemania para decirle a su madre que Hayley es la prometida del próximo Rey. Sin esperanza alguna o derecho de replicar, su madre la entrega sin remordimiento alguno. Cuando Hayley llegue a Alemania, se encontrará con el peor ser que haya conocido, un príncipe prepotente, lleno de odio hacia la humanidad que solo quiere convertirse en Rey para tener control y poder sobre los demás. Una larga convivencia, un matrimonio arreglado, dos personas que no se aman y un trono que está en juego. ¿Podrá el Rey sin alma amar a la dulce y fuerte Hayley?
Isabela Arriaga se ve atrapada en un matrimonio de conveniencia con Leonardo Arriaga, un hombre que la ve como una mera obligación, sin amor ni compasión. Casada por contrato, su vida se ve opacada por la presencia de Camila, la mejor amiga de su esposo, quien manipula y se burla de ella a cada paso. Mientras Isabela lucha por encontrar su lugar en una mansión que se siente más una prisión que un hogar, su marido sigue enamorado de la villana que la ha arrebatado no solo su afecto, sino también su dignidad. El tormento emocional de Isabela se ve acentuado cuando se da cuenta de que Leonardo la desprecia y prefiere a Camila. A pesar de su dulzura y sumisión, Isabela no es ajena a la frustración que crece en su corazón, mientras lucha por mantener la calma ante la manipulación constante. En una inesperada muestra de valentía, comienza a desafiar las reglas del juego, buscando ser más que la sombra que Leonardo ha creado a su alrededor. A medida que los celos y la posesividad de Leonardo salen a la luz, Isabela se enfrenta a la difícil decisión de vivir como una prisionera emocional o tomar las riendas de su vida. Pero, ¿es posible que el hombre que la desprecia también pueda amarla algún día? En un enredo de engaños, traiciones y manipulación, Isabela debe encontrar su propia voz antes de que su alma se pierda para siempre.
"Tú no perteneces aquí. Lárgate". Hanna, la hija legítima de Wheeler, regresó sólo para ser expulsada por su familia. Su prometido la engañaba con la hija impostora, sus hermanos la despreciaban y su padre la ignoraba. Entonces, se cruzó con Chris, el formidable líder de la familia Willis y tío de su prometido. "Hagamos como si nunca hubiera pasado", dijo ella. Sin embargo, a pesar de la esperanza de Hanna de separarse, Chris insistió en que fuera responsable. Él amenazó con revelar los verdaderos talentos de Hanna como doctora sobresaliente, guionista brillante y cerebro de un famoso estudio de diseño, obligándola a casarse. Una vez le pidieron a Chris que protegiera a alguien. El destino los reunió en circunstancias delicadas. Él había planeado mantener su promesa y proporcionar un refugio seguro, sólo para descubrir que Hanna estaba lejos de ser la delicada mujer que parecía. Era ingeniosa y astuta...