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Hace unos meses me enamore perdidamente de mi mejor amiga, Vanessa Clark. Ella por supuesto no lo sabe y tampoco espero que lo sepa, eso arruinaría nuestra amistad por completo. Pero con el fallecimiento de mi abuela y una gran suma de dinero heredado hacia nosotros, todo se volverá un caos completamente inesperado. Soy Marco y esta es mi historia. ... Prohibido copias y adaptaciones. Todos los derechos están reservados. Imagina y crea tu propia historia.
¿Quién diría que me enamoraría de la persona de la que menos pensaba enamorarme? Ella se volvió tan magníficamente hermosa, -más de lo que ya era- que sinceramente no esperaba sentir algo tan fuerte por ella; mi mejor amiga desde los 13 años de edad.
Vanessa y yo nos conocimos comprando helado, fue inesperado, pero dicen que todo lo inesperado es perfecto; hermoso y un gran recuerdo. Bueno, cuando son cosas inesperadamente buenas.
Inicio flashback:
Estaba en la tienda de helados que quedaba cerca de la parada de autobuses, ya tenia mi orden lista y solo tenia que esperar que me entregarán el helado que pedí; de sabor sandia, mi sabor favorito de helado.
Esperé impaciente aproximadamente dos minutos. A decir verdad no soy una persona con una paciencia a la cual admirar, puesto que no soy muy paciente que digamos.
Al ya haber recibido mi helado y pagarlo, iba saliendo tranquilamente de la heladería, hasta que un choque inesperado me hizo cerrar los ojos de forma automática sujetando mi helado con fuerza. No quería que la bola de sabor sandia cayera al piso por una persona equis que no conocía, y me enfurecía pensar que mi helado y dinero se desperdiciarian.
Al abrir los ojos mi enojo se había esfumado al haberme encontrado con una niña de aproximadamente mi edad, de cabello castaño, ojos marrones, tez blanca y un poco baja de estatura.
Era una niña linda a simple vista. Logre captar la mirada de aquella chiquilla con la cual había chocado, sus ojos demostraban vergüenza y en sus mejillas ya estaba un color coral adornandolas.
Arreglo su cabello desordenado rápidamente con un toque de nerviosismo mientras mordía una esquina de su labio inferior con fuerza.
–L-lo lamento muchísimo... –dijo aquella chiquilla con un tono de voz meloso.
Sonreí mostrando mis dientes, aún podía ver un poco de vergüenza en su mirada, hasta que apartó rápidamente sus ojos al notar que no dejaba de mirar fijamente aquellos preciosos ojos marrones.
-No te preocupes, no fue tu culpa. Además, seguro no me habías visto - dije seguro y firme para que así ella dejara su nerviosismo y vergüenza de lado -Me llamó Marcó- digo extendiendo mi mano hacia ella.
Dudo en tomar tomarla, pero al final terminó cediendo estrechando su mano con la mía.
-Yo me llamo Vanessa-dijo emocionada soltando un leve chillido al final, volviendo a posar sus ojos en los míos, con un brillo en ellos y una radiante e hermosa sonrisa adornando su rostro.
Fin del flashback.
Era muy hermosa en ese entonces y todavía sigue siéndolo, jamás dejará de ser una chica hermosa. Eso es completamente seguro.
Su sonrisa es cautivante, al igual que ese brillo que adornan sus ojos. Me agrada demasiado que ese brillo sobre salté cuando ella ve algo que le gusta o agrada. Pero esa sonrisa se borró al igual que ese brillo que siempre estaba en sus ojos adornandolos, nuestras sonrisas se borraron.
El día de hoy; 09 de Junio del 2011, murió mi amada abuelita; Mami Sofí.
El día está de un color grisáceo y las nubes lloran derramando un centenar de gotas mientras que el frío viento arrastra consigo las hojas que caen de los árboles.
Todos lloramos por perder esa gota de felicidad, esa gota que caía cada que alguien estaba triste, que irradiaba humildad y diversión, pero sobre todo amor. Extrañaría a mi amada abuelita, mi hombro para llorar y la persona más importante que tenía aparte de Vanessa y mis padres.
¿No les pasa qué ocurren cosas que nunca pensarían que llegarían, pero aún así saben que en cualquier momento podría pasar, que ocurriría y les haría mucho daño? Bien, eso me pasó a mi.
Lascivia. Lujuria y Deseo Las vacaciones acabaron y Rachel debe volver a su puesto como teniente en el ejército de la FEMF, encontrándose con que la central de Londres no es lo mismo. Llegó un nuevo coronel, soberbio y con una belleza que no parece humana. Hombre que no tiene ojos sino dagas de acero que la ponen entre la espada y la pared al sentirse tentada por su superior. Ella sabe que no es sano, bueno, ni correcto sencillamente porque quien incita deseos impuros es el mejor amigo de su novio; Bratt Lewis. Christopher Morgan no es solo el coronel, verdugo y dictador del ejército más importante del mundo, tambien es el terror de la mafia italiana y a futuro el arma que dañara al que predica ser su hermano. Él tenía claro a lo que iba, pero Rachel despertó tentaciones sexuales regidas por aquel pecado desconocido llamado lascivia, demostrando que en cuestiones de pasión no hay amigos, alianzas ni compromisos. Él esta casado y ella sueña con lo mismo, pero la tentación desencadenará entre ellos un torbellino de pasiones, lujurias y deseos que solo viven aquellos que se hacen llamar amantes. "Sus actitudes son las de un desalmado sin sentimientos, pero su físico... Joder, su físico me humedece las bragas." Mafias, ejércitos secretos, infieles, adicciones y engaños. ¿Complicado? No, complicado es convivir con la tentación hecha hombre.
Yo solía ser una campesina que residía en una vieja cabaña en Bristol, antes de que aquel hombre me llevara consigo para convertirme en su esposa. No entendía por qué me había elegido, una simple campesina sin conocimientos de lectura o escritura, pero me sentía afortunada, aunque mi mayor error fue confiar en él debido a mi ignorancia, incluso llegué a enamorarme de Benjamín Worsley, lo cual resultó ser mi sentencia de muerte, literalmente. Lo más extraño de todo fue que después de la boda, ese cariño que él me demostraba desapareció. El verdadero Benjamín mostró su lado más frío, ni siquiera me tocó en nuestra primera noche juntos, ni en las siguientes. Poco después, comenzó mi verdadero tormento. Benjamín trajo a una mujer al castillo Worsley, y supe por las sirvientas, que me odiaban, que era su ex prometida. Para empeorar las cosas, ella afirmaba estar embarazada de él, y Benjamín no lo negó. Viví bajo el mismo techo que su amante, pero a diferencia de ella, yo no tenía libertad. El castillo era como una prisión, y casarme con ese monstruo resultó ser un infierno. Cosas extrañas empezaron a suceder; mi esposo y su familia eran personas extrañas, y nunca debí haber descubierto el secreto que guardaba esa familia, ni por qué se casó conmigo en primer lugar. El propósito era espeluznante, al igual que él. Sobre todo: NUNCA DEBÍ CASARME CON EL MONSTRUO.
El día de su boda, Khloe fue inculpada de un delito que no había cometido por su hermana y su novio. Fue condenada a tres años de prisión, donde soportó mucho sufrimiento. Cuando finalmente liberaron a Khloe, su malvada hermana utilizó a su madre para obligarla a mantener una relación indecente con un anciano. El destino quiso que Khloe se cruzara en su camino con Henrik, un elegante y despiadado mafioso, así cambió el curso de su vida. A pesar de su frialdad, Henrik quería a Khloe como nadie. La ayudó a vengarse de sus enemigos y evitó que volviera a sufrir acoso.
En su borrachera, Miranda se acercó audazmente a Leland, sólo para encontrarse con su mirada fría. La inmovilizó contra la pared y le advirtió: "No me provoques. Dudo que puedas soportarlo". Poco después, su compromiso se canceló, dejándola en la indigencia. Sin otras opciones, Miranda buscó refugio con Leland. Con el tiempo, asumió el papel de madrastra, cuidando a su hijo. Llegó a comprender que la decisión de Leland de casarse con ella no se debía solo a que ella era obediente y fácilmente controlada, sino también porque se parecía a alguien que él apreciaba. Ante la solicitud de divorcio de Miranda, Leland respondió con un abrazo desesperado y una súplica para que reconsiderara su decisión. Miranda, impasible, respondió con una sonrisa de complicidad, insinuando un cambio en su dinámica. El señor Adams, que siempre fue el controlador, ahora parecía ser el atrapado.
El marido de Vivianna se casó con ella por su herencia, y después de quitarle todo lo que tenía, la mandó a la cama de un acompañante y le tomó fotos. La amenazó con divorciarse con esas fotos y la obligó a salir de su casa sin un centavo. Dejó su país de origen en desgracia. Cuatro años más tarde, regresó a casa como Jefa de Diseño de Joyas y tuvo un hijo de tres años. Su niño genio le dijo después de bajarse del avión: "¡Conseguiré que el hombre más rico del mundo sea mi papá y te respalde!" Ella lo tomó como una broma, pero dos días después, su asistente le dijo que el hombre más poderoso del mundo se había robado a su hijo y la invitó a cenar. Al encontrarse, ese hombre sostuvo a su hijito y le dijo dominantemente: "Es mi hijo!".
La vida era un lecho de rosas para Debra, la hija del Alfa, hasta que tuvo una aventura de una noche con Caleb. Estaba segura de que él era su pareja designada por la Diosa de la Luna. Pero este hombre odioso se negó a aceptarla. Pasaron semanas antes de que Debra descubriera que estaba embarazada. Su embarazo fue una vergüenza para ella y para todos los que amaba. No sólo ella fue expulsada, sino que su padre también fue perseguido por los usurpadores. Afortunadamente, sobrevivió con la ayuda de la misteriosa Manada Espina. Pasaron cinco años y Debra no supo nada de Caleb. Un día sus caminos se volvieron a cruzar. Ambos estaban en la misma misión: llevar a cabo investigaciones secretas en el peligroso pueblo de Roz por la seguridad y la posteridad de sus respectivas manadas. Caleb todavía se mostraba frío con ella. Pero con el paso del tiempo, se enamoró perdidamente de ella. Intentó compensar el abandono de Debra, pero la chica ya no lo quería. Estaba empeñada en ocultarle que tenían una hija y también en hacer una ruptura limpia. ¿Qué les deparaba el futuro a los dos mientras viajaban por el pueblo de Roz? ¿Qué tipo de secretos encontrarían? ¿Caleb se ganaría el corazón de Debra y conocería a su adorable hija? ¡Descúbralo!