Me casé enamorada, pensando que mi esposo sentía lo mismo por mí, pero me toco despertar de ese estúpido sueño. Él tiene una amante, mi prima, mi propia sangre y se niega a darme el divorcio, todavía lo amo, no voy a negarlo, pero no voy a seguir esperando como hasta el momento. Decido renunciar a él, por más doloroso que resulte, pero la vida tiene maneras muy extrañas de negarte lo que quieres.
Valeria Evans estaba en la camilla de un hospital, había sufrido un accidente en carretera, estaba lloviendo a cántaros y su auto derrapo, para su suerte, solo eran golpes menores.
Se sentía algo mareada y aturdida.
Su esposo no había llego por ella, ni siquiera se preocupó por llamarla y preguntar como se encontraba, algo que en realidad no le extrañaba.
Daniel Walton, siempre se había comportado como un hombre frío y distante.
Su celular empezó a timbrar, lo tomo rápidamente, podía tratarse de su amado esposo, miro la pantalla y frunció los labios al darse cuenta de que se trataba de Nicolle Evans.
Su querida prima, esa mujer, era un completo dolor de cabeza.
Su mano tembló ligeramente al ver la gran cantidad de fotos que le había enviado, le dio clic a las imágenes, un nudo se formó en su garganta, podía apreciar las fotos de su prima junto a su esposo.
Estaban en hotel pasándola bien, podía ver fotos de ambos besándose, incluso en la piscina con muy poca ropa, no quedaba nada a la imaginación.
Trago grueso, era consciente del amorío qué tenía su esposo con la joven, pero se había hecho de la vista gorda, esperando a que solo fuera un maldito romance pasajero, pero no fue así.
Ellos seguían en contacto, a pesar de tener cuatro años de matrimonio, Daniel nunca la había mirado, como miraba a Nicol, su corazón se estrujó de dolor.
Cuanto más podía soportarlo, decían que todo tenía un límite y ella estaba tocando fondo.
🌼🌼🌼🌼🌼🌼
Valeria ni siquiera sabía cómo había llegado a
casa, estaba realmente perdida en sus pensamientos hasta que escuchó un
ruido procedente de la puerta, su esposo estaba de regreso.
Se mordió los labios con fuerza, al punto de sangrarle, sentía tanta rabia y dolor en ese momento.
Lo observó ingresar tranquilamente, como si nada hubiera sucedido.
-Al parecer la pasaste bien, mientras yo estaba en el hospital -murmuro.
Daniel levantó la mirada, noto los moretones en el cuerpo de su esposa, pero ni siquiera le presto importancia.
-Tu prima me invitó a pasar el fin de semana con ella, no podía negarme -respondió con indiferencia.
Valeria se rio de ella misma, ni siquiera se había preocupado por su bienestar, ni siquiera intento ocultarle qué había estado con su prima, soltó un suspiro pesado.
Su esposo realmente era un descarado, poco le importaba sus sentimientos, eso era estúpidamente doloroso.
-Daniel, si realmente me amas, aléjate de Nicolle y dame mi lugar como tu esposa, ¿dime que todo esto termino? -sollozo amargamente -sé que Nicolle es tu amante y no intentes negarlo.
Ante las palabras de su esposa, el rostro de Daniel cambió drásticamente.
-¿Cómo te enteraste?
-Deberías preguntarle a Nicolle. Me envió las fotos de su fin de semana, es una completa descarada.
Daniel adoptó un rostro lleno de rabia y su
mirada helada, cayó sobre su esposa como una flecha afilada.
Valeria se burló de sí misma al ver la actitud de su esposo, ella nunca ganaría frente a Nicolle.
-No tengo tiempo para tonterías, Valeria, simplemente quiero descansar, fue un fin de semana agotador.
Valeria ya no quería seguir luchando contra corriente, había pasado cuatro años, donde ella había hecho hasta lo imposible por agradarle a su marido.
-¿Cumplirás los votos que dijimos ese día en la iglesia, "hasta que la muerte nos separe"?
Él no le dio una respuesta, simplemente mantuvo un rostro serio y carente de emociones, así que eso significaba que nunca la había amado en realidad, tampoco pensaba cumplir su promesa, eso destrozó su corazón y esperanzas por completo.
Valeria se secó las lágrimas, no era necesario sufrir por alguien que ni siquiera sentía cariño por ella.
-¡Divorciémonos! -murmuro con el corazón hecho pedazos.
Ella había insistido durante esos cuatro años, creyendo que su sincera devoción ganaría su amor, pero finalmente se dio cuenta de que solo se estaba
engañando a sí misma.
Era momento de entrar en razón por más que doliera, no se podía tapar el sol con un dedo.
Daniel frunció el ceño y un destello de
impaciencia apareció en sus ojos, acaso estaba tratando de abandonarlo.
-Hablaremos por la mañana, no estoy de humor para esto.
Daniel no podía creer que ella fuera capaz de pedirle el divorcio, su esposa siempre había sido una mujer sumisa.
A pesar de que tenía un amorío, ella nunca le había hecho ni un solo reclamo, nunca le reprochó nada, hasta ese momento.
-Creo que hemos pospuesto demasiado este momento, creo que es lo mejor para ambos, tú ya tomaste una decisión. Le pediré al abogado que redacte el acuerdo de divorcio, y no te preocupes, no me interesa obtener nada de ti.
Daniel miró a su esposa con detenimiento, le mostró una sonrisa burlona, quizás solo estaba molesta, por ese motivo le hacía esa escena, pero él no pensaba alejarse de Nicolle, estaba perdidamente enamorado de ella.
-Valeria, olvidaré que esto pasó, haré como si no escuche esas palabras de tu boca, en algunas ocasiones eres demasiado insensata.
Su esposo subió las escaleras y se perdió de su vista, sentía como si tuviera un puñal atravesado en el pecho.
Ni siquiera le había dado importancia a sus palabras, ignoro por completo todo lo que había dicho.
Cada vez que se peleaban, Daniel hacía lo mismo, la dejaba hablando sola, le aplicaba la ley del hielo, hasta que ella accediera a disculparse y arreglar las cosas.
Pero en ese punto, no estaba dispuesta a disculparse, había dejado de ser la esposa tonta de siempre, que hacía lo que fuera para que su matrimonio funcionará.
🌼🌼🌼🌼🌼🌼
A la mañana siguiente, se dirigió a la oficina de su abogado, quien la atendió en cuanto llego, el hombre se sorprendió al escuchar la petición de la mujer.
"Divorcio" en realidad pocas personas sabían del matrimonio de Daniel y Valeria, él nunca lo hizo público, pero salía con su amante a todo tipo de fiestas y eventos exclusivos, no temía que le tomarán fotografías junto a Nicolle.
-¿Señora Evans está segura de esto? -Pregunto el hombre con curiosidad -piensa irse con las manos vacías, su esposo es millonario, se lo recuerdo.
Una sonrisa amarga asomo en los labios de la joven.
-Me iré a como llegue, sin nada, no estaba con él por su dinero.
-De acuerdo, señora, haré lo que me pide, solo deme un momento.
Después de una hora, el documento estaba listo, el abogado se lo entrego, lo tomo y leyó el contenido, estaba satisfecha, firmo sin pensarlo.
-Envíele el documento a mi esposo en cuanto regrese de su viaje de negocios.
-Sí, mi señora, suerte.
Valeria le mostró una sonrisa triste, regreso a la mansión, sentía algo de nostalgia, debía abandonar el lugar donde había vivido por cuatro largos años.
Quedarse allí sería una pérdida de tiempo, quería continuar con su vida y olvidar a la persona que había amado todo ese tiempo.
Incluso había abandonado sus sueños por complacer a su esposo, se había entregado en cuerpo y alma, pero no había obtenido nada a cambio, solo desprecio.
Empaco lo poco que tenía, bajo las escaleras lentamente, coloco las llaves y la tarjeta exclusiva en la mesita de la sala.
No pensaba volver a ese lugar.
Al salir de la mansión observo el auto de su mejor amigo, él se acercó, le dio un abrazo, luego tomo la maleta.
-¿Estás segura de esto Vale?
-Completamente, él no me ama, lo acepto.
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