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La prostituta y el Ceo

La prostituta y el Ceo

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Derek Ardern estaba luchando por mucho tiempo por un ascenso en el mayor emporio económico del mundo, se había esforzado, pero tenía una limitante, era soltero, por más que se esforzaba por buscar a una mujer para llevar al altar, ninguna era lo suficientemente buena para él, era bastante exigente en materia de pareja. Aunque él a todos les había informado que era casado, el gran día llegó, su jefe le dijo que quería conocer a su pareja. ¿De dónde diablos sacaría una esposa? Necesitaba encontrar una con urgencia, se le ocurrió contratar una por una hora, así su jefe quedaría convencido de su estado civil, el ascenso sería de él. Las circunstancias lo llevan a contratar a una mujer que estaba huyendo de una mafia que se dedicaban a la trata de blancas. Es así como empezará una aventura con ésta chica, quien era muy bella y de cuerpo llamativo para el sexo masculino. Ella lo llevará a vivir una historia de amor apasionante, pero pronto empiezan a llegar personas que harán que Megan huya de nuevo, ¿quién la encontrará primero, Derek o sus enemigos? Ella ama a Derek, pero ¿Triunfará ese amor? ¿Vencerá el miedo de ser localizada nuevamente por la red de trata de blancas?

Capítulo 1 Empieza mi historia

¿Qué le sucedía a su maldita vida? ¿Acaso no había una mujer dispuesta a ayudarlo a obtener el ascenso por el que siempre había luchado?

¡Necesitaba una esposa con urgencia, o perdería todo su esfuerzo. Revisó un número de una agencia de mujeres dispuestas a trabajar por dinero, llamó y prometieron enviar a una chica en una hora.

Decidió salir de una vez al lugar de encuentro, allí también estaría su jefe, pero llegaría un poco más tarde, encendió su auto y se fue a un restaurante cercano, necesitaba respirar, estaba lleno de ansiedad.

Cuando aceptó aquel puesto quiso demostrar que él podía empezar desde cero en cualquier empresa, estaba hastiado de escuchar los regalos de su padre, quería vivir tranquilo, disfrutar de la vida sin la presión de ser un Ardern, surgir por sí mismo, su padre empeñado en que fuera el CEO mayor, solo por ser el hijo.

Quería surgir, pero a su ritmo, moverse por su propio pie, tener una vida propia, por eso habló con su padre y le dijo que viviría aparte, que buscaría un trabajo, tenía un título universitario, sin que nadie le abriera las puertas por ser el hijo de Gregory Ardern.

Afortunadamente su papá sonrió y le dijo:

- Ve muchacho, así te pules mejor para mí.

Habían pasado ya cinco años, ya pronto cumpliría 29, aún no se casaba, ni siquiera tenía una novia, le gustaban las mujeres, pero siempre había sido exigente, se decía que cuando conociera a la que lo acompañara por el resto de su vida, algo se encendería dentro de él y sabría que era la correcta.

Hasta ahora no había sucedido, su jefe creía en él a pie juntillas, todo éste tiempo había dicho que estaba casado, así que todos daban por hecho su estado civil, era serio, no le gustaba la vida nocturna, de naturaleza callada, pero no introvertido,

Era rápido de mente, pero muy meticuloso, observador y analítico.

- ¡Maldita sea! - se dijo- ¡Ésta chica va a llegar tarde!

Estaba sentado mirando en todas direcciones, había informado como estaría vestido y el número de la mesa, para que la chica preguntara al mesonero. De repente vió llegar a una mujer vestida llamativamente, nada que ver con lo que él esperaba.

-¡Hola, soy Caty, la chica que contrataste cariño!

Vestía un vestido ceñido de confección barata, dejaba ver la mitad de su gusto, no llegaba más allá de la mitad de su muslo, dejando ver una abertura vulgar que no dejaba nada a la imaginación.

- ¿Que se supone que eres? ¿Un payaso de circo? ¿O una prostituta barata?

- ¡Cariño, solo vengo a complacerte por una hora! ¡Éste es mi mejor atuendo!

- ¡Ibas a ser mi esposa por una hora! ¡Realmente no me sirves! ¡Te pagaré y vete, no deseo que estés merodeando por acá!

- ¡Ok, pagame y me iré, no hay problemas!

Con el rostro marcado por la frustración, salió a ver que podía hacer, su jefe llegaría en menos de una hora, necesitaba resolver su situación pronto, de repente alguien se estrelló contra él, si no fuera de cuerpo musculoso y dormido, hubiera rodado junto con la otra persona que resultó ser una chica, que se levantó del piso rápidamente con los ojos muy abiertos por la sorpresa y el miedo, lo miraban, y con voz apenas audible dijo:

- ¡Ayúdeme, por favor, necesito huir, ayudeme, se lo suplico.

Él la miró sin comprender y vio a todas direcciones, no se veía a nadie corriendo para alcanzarla o que mostrará que la mujer que casi lo derriba a tierra estaba en peligro, la tomó por un brazo y dijo:

- ¡Yo te ayudo a escapar, si eres mi esposa por una hora!

- ¿De qué hablas? - preguntó ella- solo necesito que me escondas

Por respuesta dijo:

- ¡Y yo necesito una esposa, ven conmigo!

- ¿A dónde?

-¡Ya verás! - dijo él.

La chica era cabello rubio claro natural, que caían en su espalda en completo desorden, ojos color ámbar, muy bellos.

- Entraron en un salón de belleza y él se acercó a una de las chicas y dijo:

- Esta chica necesita maquillaje, corte de cabello, pero debe ser en menos de una hora.

- Hay dos personas esperando.

- ¡Te pagaré él triple de lo que cobran por esto, es urgente! ¿Hacemos él trato?

- ¡Hecho, ven en cuarenta minutos y estará lista, pago por adelantado, cariño!

- No te muevas de aquí, si de verdad deseas que te ayude- dijo él.

Él realizó el pago y salió, hizo una llamada a su jefe y siguió hasta una tienda de ropa femenina cercana.

Media hora más tarde entró con varios paquetes y se sentó tranquilamente a esperar por la chica. Veía él reloj insistentemente, no quería fallos a éstas alturas.

Vió la transformación y le gustó, la mujer profesional de la belleza había hecho un buen trabajo, solo había cortado puntas, alisado perfecto, no necesitó realzar él color del cabello, lucía radiante.

- Perfecto, ¿puede prestar un lugar para que ella se cambie de ropa?- preguntó a la mujer.

-¡Eso te va a costar un pago extra!- dijo la peluquera.

- No hay problema.

-¡Ven por aquí querida!- habló alegremente.

Después de verla con lo que él le había comprado, él cambio era notorio, dijo:

- ¡Todo listo, vamos!

Salieron del lugar, ella lo seguía sin saber qué pasaría dijo:

-¿Quién diablos eres tú? ¿Y por qué debo hacerme pasar por tu esposa?

- ¡Soy Derek Ardern, tengo una reunión con mi jefe en quince minutos, él cree que soy casado, pero obviamente no lo estoy, me gané un ascenso- dijo él- ¡Te voy a pagar muy bien! Ahora dime, ¿de quién o de qué estás huyendo?

- Me llamo Megan Carpenter, soy prostituta, pero me escapé y sé que tarde o temprano me encontrarán.

Derek no podía creerlo, había despachado a una, para toparse con otra, pero ésta era diferente, no tenía un rostro vulgar, era una chica muy bella, vestida como estaba ahora, nadie diría que era una trabajadora del sexo.

- ¿Estabas trabajando de prostituta y te estás escapando?- preguntó él- ¿Cómo te metiste en éso?

Tendría a lo mucho unos 21 años, se veía bastante joven. Él dijo"¿Querías una esposa? ¿Un ascenso merecido? Empieza a pensar; ¿ahora que harás con esta muchacha prostituta? Ya no había marcha atrás, vió venir a su jefe y no le quedó más remedio qué ir y saludarlo e invitarlo a venir a su mesa

- ¡Hola señor Porter, bienvenido! Ella es mi esposa Megan, quien me hizo retrasar quince minutos.

- Hola Derek, gracias por estar acá, a las mujeres se les perdona todo, y más si son tan bellas como la tuya, es un placer señora Ardern.

- Mu... mucho gusto señor- dijo ella con timidez.

-¡ Ahora entiendo porque en cinco años no conocíamos a tu mujer, no deseas que la miremos!- dijo bromeando- disculpa Derek, veo que tu esposa es tímida, no se preocupe señora, aunque se ve bastante joven para llamarla así.

Ella levantó el mentón para decir con orgullo:

- Tengo 23.

-¡Ah, entonces se casaron muy jóvenes, ¿tienen hijos?

-¡Oh no! - dijeron los dos al mismo tiempo.

- ¡Jajajaja!- rió el hombre- al parecer no desean hijos por los momentos, respondieron muy temerosos, por eso conserva esa figura tan bella aún.

Anthony se sentía bastante incómodo, pero lo disimuló bastante bien.

-Derek Ardern, te cité acá porque quería decirte delante de tu bella esposa que el ascenso por el que has venido trabajando arduamente es todo tuyo, tus estrategias de negocio me han convencido gratamente, desde este lunes, tu oficina estará en el piso ocho.

- ¡Gracias señor Porter!

- Llámame Ronald, te has ganado éste ascenso muchacho, ordenemos el almuerzo, yo invito mi bella señora.

Ya Derek se sentía hastiado de que su jefe a cada instante alabara la belleza de la muchacha, apretó los labios con fastidio, gesto que no pasó inadvertido para Ronald Porter, quien terminó diciendo:

- No te enojes muchacho, vamos a comer en paz, es más creo que debemos tener la próxima comida en tu casa, así veo si tu mujer además de bella es buena en la cocina.

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