Muchas bellezas entran al palacio. Todas se suman a la interminable lucha por el poder y amor del rey. Cuando Ezra Azzar entra a formar parte del haren imperial solo imagina una vida tranquila sirviendo al lado del rey. Pero las intrigas acecharán cada rincón de su solitaria vida. Son muchas las bellezas del rey. Flores hermosas al amanecer pero marchitas cuando anochece, ¿cuál de ellas logrará permanecer en el corazón del rey?
Una densa ráfaga de nieve sumergía en grandes capas blancas los tejados de los palacios del harén imperial. El invierno había llegado por primera vez desde la coronación del actual emperador, hace aproximadamente tres años.
Todas las esposas avistaban desde sus palacios la entrada del rey al complejo interior.
Poco había entrado el hombre al harén y dicha actitud fue tomada como perdida de interés del gobernante por las mujeres que lo conformaban, la emperatriz; su esposa principal, la consorte Akil; representante de una de las familias influyentes del imperio y esposa de segunda categoría. Y por último la Señora Cadi; mujer de gran intelecto y primera esposa de tercera categoría.
El rey avanzó por el largo corredor hasta llegar al palacio que se alzaba imponente sobre el resto, se trataba de la morada de la emperatriz Khatri.
Las demás esposas vieron al rey entrar en el palacio de su mortal enemiga. Nadie ayudaba en conjunto, cada una trabajaba de manera individual para conseguir el favor del rey. Pero resultaba casi imposible ganarse su aprobación compitiendo con una personalidad como la emperatriz; embaucadora, conspirativa y celosa. Aunque sabía esconder muy bien sus defectos frente al rey.
-Es primera vez en dos semanas que su majestad ingresa a los palacios y vuelve a reunirse con la emperatriz -habló indignada la consorte Akil.
-Alteza, no debe preocuparse. Su majestad seguro la recuerda -su doncella trató de consolarla.
La mujer ardiendo de la furia tanto por el favoritismo del rey con la emperatriz como por las estúpidas palabras de su doncella, la golpeó
-Lo siento, alteza. Fui descuidada con mis palabras -habló temerosa.
Hacía dos meses que el emperador no la visitaba y eso era algo que la asustaba y molestaba al mismo tiempo. Sin el favor del rey, las esposas eran nada. No era la favorita del rey y tampoco le había dado hijos, si una mujer entraba al palacio y eventualmente esta se ganara el favor del rey y además le diera hijos, eso significaría su destrucción. La consorte no se quedaría de brazos cruzados y algo se inventaría para llamar la atención del rey.
⟦···⟧
El rey caminó por el largo pasillo del palacio de la emperatriz hasta llegar a sus habitaciones. Esta al verlo se levantó para recibirlo.
-Recibo a su majestad -la mujer lo saludó con una reverencia.
-¿Cómo has estado? -preguntó el rey mientras le ofrecía su brazo.
-Muy bien ahora que su majestad está frente a mí.
-He estado ocupado y...
-No tiene que darme explicaciones, majestad. Usted es el jefe del estado y esos asuntos son más importantes que mis caprichos -lo detuvo en su hablar.
La emperatriz Khatri con acciones tan simples como aquellas lograba ganarse poco a poco el corazón del rey.
Ella utilizaba muy bien su arsenal de encantos con tal de ganar el favor del hombre.
-¿Cómo están las niñas?
-Estaban jugando con la niñera mientras yo bordaba un poco.
El hombre asintió con la cabeza y caminó inquieto por la habitación.
-¿Le pasa algo, majestad?
-La reina viuda ha oído los rumores sobre el supuesto desinterés en mis mujeres y está organizando una selección de concubinas.
La mujer mantuvo una expresión neutra ante las palabras, aunque por dentro la sangre le quemara. El simple hecho de saber de la selección hacía que la emperatriz se llenara de celos. En tres años esa sería la tercera vez que se celebraría una selección de concubinas, las primeras dos dieron escasos resultados siendo escogidas solo una mujer en cada una.
La emperatriz había demostrado sus muchas destrezas como la líder del harén del rey y una de esas era su capacidad para mantener reprimidas a las otras dos esposas; una más ambiciosa que la otra.
-Su majestad es aún joven, apenas acaba de cumplir los 30 años. Las esposas que conforman el harén pueden darle todavía herederos.
-No habrá forma de persuadir a mi madre imperial. Debes ayudarla, no olvides tu obligación.
La mujer asintió sin más alternativa mientras una sonrisa fingida aparecía en su rostro.
-Sus majestades, la habitación está lista-. Una doncella entró al lugar.
La pareja se internó en la habitación mientras los criados cerraban las puertas tras ellos. La noche auguraba ser corta para quiénes dormían, pero larga para los que vigilaban los aposentos de los monarcas.
⟦...⟧
Habían pasado muchas horas desde que el rey se había retirado del palacio de la emperatriz. Cuando la presencia de la señora Cadi dañó la mañana de la joven reina. Muy bien era conocido su carácter entre las demás esposas. Pero la señora Cadi parecía no importarle los desplantes y groserías que frecuentemente la reina le cometía.
-Saludos a su majestad, la emperatriz -saludó con cortesía la espigada dama.
-Sabes que somos como hermanas, no debes tener tal formalidad conmigo -expresó Khatri.
-Usted es la líder del harén y está por encima de mí. Le debo respeto -respondió melosa.
-¿Qué te trae a mi palacio?
-Han llegado noticias a mi pabellón de que el rey escogerá nuevas concubinas.
-Si, el rey necesita un heredero y nosotras solo le hemos dado princesas.
-Alteza, las princesas ya cumplieron 7 años. ¿Permitiría llevar a Naya a mi palacio?
La tercera esposa hizo la petición con miedo.
El rey se había casado muy joven. Y tan solo cuando era un principe ya tenía dos esposas, luego al cumplir los 23 años, adquirió otra, esta era la señora Cadi. Fue esa misma mujer quien le dio un primer hijo, aunque para su desgracia, no pudo darle al rey un varón.
-Claro, señora Cadi. Usted sabe cómo es nuestro trato. Si cumple lo que le pido, podrá llevarse a su hija, la princesa Naya.
-Alteza, por favor, se lo ruego -suplicó desesperada mientras caía al suelo con lágrimas en los ojos.
La emperatriz se acomodó en su trono, mientras sostenía en sus manos un hermoso gato persa de color blanco, la mujer acarició el animal mientras con desinterés escuchaba a la señora Cadi. En sus oídos las palabras de la mujer eran un teatrillo barato y sin sentido, pues, era absurdo dejarla ir tan fácil después de todas las cosas que había hecho. No iba a correr riesgos innecesarios.
-Te permití tener un hijo del rey y por eso eres una esposa oficial. Te permití elevarte, pero nunca lo harás por encima de mí.
-Alteza, yo no puedo hacer lo que me pide. Por favor, podría hacer cualquier otra cosa menos manchar mis manos con sangre.
La señora Cadi se arrastró por la hermosa alfombra del palacio hasta llegar a la especie de trono de la reina.
Con la ayuda de la emperatriz, la señora Cadi había logrado ser una esposa oficial logrando acomodar así ricamente a su clan. Para la emperatriz esta mujer era su lacayo de malas acciones, quien cometía todas las conspiraciones en contra de la Consorte.
Haciéndola a un lado con el pie, la emperatriz se levantó y avanzó a la salida de la pequeña cámara. La señora Cadi desde el suelo pudo escuchar el tintineo de los pendientes de ojo de tigre de la emperatriz, un sonido que había llegado a odiar con todas sus fuerzas.
-Debes agradecer que no te estoy apresurando, puedes gastar todo el tiempo que quieras, solo al final quiero el mismo resultado -ultimó la mujer.
La señora Cadi se levantó del suelo con la ayuda de su doncella y limpió sus lágrimas. No importaba cuántas lágrimas derramara ni cuanto suplicara, la emperatriz nunca la dejaría en paz.
Nota: Bienvenidos a esta historia. Hoy publico el primer capítulo de las bellezas del rey y poco a poco iré subiendo el resto.
En el reino de Ravenshaw la vida de Arabella de Ravenshaw se tejió entre las sombras de la soledad y las alianzas forzadas. Nació en la opulencia de una familia noble, cuyo destino estaba entrelazado con el poder y la riqueza, siendo odiada y a envidiada por todos. Su boda con el rey Alaric de Darkhaven un hombre con mala fama, frío y cruel, fue una fusión de dos familias poderosas. Este matrimonio, forjado por un acuerdo entre ambos reinos para mantener el estatus social y consolidar la posición real, los convirtió en socios con iguales deberes y derechos. A ojos del país, eran una unión entre las familias más influyentes. Pero tras el resplandor de la sociedad, su existencia se asemejaba a la de dos desconocidos apenas tolerándose mutuamente. Él la odiaba, la veía como el problema que arruinó su vida. Pese a sus obligaciones, apenas cruzaban palabras. Vivían una farsa de matrimonio de cuatro meses, que parecía tratarse de largos años. Después de asegurarse en el trono, el rey Alaric ya no tenía uso para ella. La corte la miraba con desprecio, considerándola la infame reina de Darkhaven. Y como si fuera poco, él también ansiaba un divorcio. No obstante, en medio de la desesperación, un acontecimiento inesperado tuvo lugar; la reina quedó embarazada. Al extenderse aquel rumor, las miradas inquisitivas seguían a la reina. Su embarazo no solo desafiaba las percepciones arraigadas, sino que también sembraba la semilla de la duda sobre su relación con el rey.
¿Prefiere morir antes que casarse con el príncipe lisiado? Prefiero morir mil veces… Desde niño, Tuva Eke fue despreciado por su padre y sus hermanos mayores. Siendo un niño, no comprendió la razón por la que su madre fue ejecutada por traición, mucho menos entendió por qué su padre lo exilió en una torre inhóspita durante trece años. Cojo, ciego y además loco, prometió buscar justicia. Los débiles despiertan, y los genios se postran ante él. En tiempos convulsos y de cambios, el más audaz es el vencedor… Nadie podrá interponerse en sus planes, ni siquiera esa señorita malévola y prejuiciosa con la que su padre le obligó a casarse. Sin embargo, entre ellos emergerá de la profundidad, una alianza sin igual que dejará a mas de uno sin aliento... Una nueva era está por comenzar: las estepas se preparan para escoger a su nuevo líder.
Era una doctora talentosa de fama mundial, CEO de una empresa que cotiza en bolsa, la mercenaria más formidable y un genio de la tecnología de primer nivel. Marissa, una magnate con una plétora de identidades secretas, había ocultado su verdadera identidad para casarse con un joven aparentemente empobrecido. Sin embargo, en vísperas de su boda, su prometido, que en realidad era el heredero perdido de una familia adinerada, canceló el compromiso, incluso la humilló y se burló de ella. Cuando las identidades ocultas de la chica salieron a la luz, su exprometido se quedó atónito y le suplicó desesperadamente que lo perdonara. De pie, protector ante Marissa, un magnate increíblemente influyente y temible declaró: "Esta es mi esposa. ¿Quién se atrevería a quitármela?".
Sólo hace falta un segundo para que el mundo de una persona se derrumbe. Este fue el caso de Hannah. Durante cuatro años le entregó todo su amor a su marido, pero un día él le dijo fríamente: "Divorciémonos". Hasta ahora se dio cuenta de que todos sus esfuerzos de los últimos años fueron en vano. Su marido no la amó. Mientras ella procesaba la noticia, la voz indiferente continuó: "Deja de fingir que estás sorprendida. Nunca dije que te amaba. Mi corazón siempre ha pertenecido a Eliana. Sólo me casé contigo para apaciguar a mis padres". El corazón de Hannah se rompió en un millón de pedazos cuando firmó los papeles del divorcio, marcando el final de su reinado como esposa devota. La mujer fuerte que tenía dentro rápidamente se manifestó. En ese momento, juró no volver a depender de un hombre nunca más. Su aura era extraordinaria cuando se embarcó en el viaje por encontrarse a sí misma y dominar su propio destino. Cuando regresó, había madurado mucho y era completamente diferente de la esposa dócil que todos conocieron. "¿Qué estás haciendo aquí, Hannah? ¿Es tu truco para llamar mi atención?", preguntó su arrogante exmarido. Antes de que pudiera responder, un CEO autoritario apareció de la nada y la tomó en sus brazos. Él le sonrió y, en tono de amenaza, dijo: "Sólo para advertirle, señor, ella es mi amada esposa. ¡Aléjese de ella!". El exmarido no podía creer lo que oía. Él pensó que ningún hombre se casaría jamás con Hannah, pero ella le demostró que estaba equivocado. Pensó que ella nunca lograría nada. No sabía que habría aún más sorpresas por venir...
Todos se sorprendieron cuando estalló la noticia del compromiso de Rupert Benton. Fue sorprendente porque se decía que la novia afortunada era una chica normal, que creció en el campo y no tenía nada a su nombre. Una noche, ella apareció en un banquete, lo cual causó una sensación a todos los presentes. "¡Cielos, ella es tan hermosa!". Todos los hombres babeaban y las mujeres se pusieron celosas. Lo que no sabían era que esta supuesta pueblerina era en realidad una heredera de una fortuna de mil millones de dólares. No pasó mucho tiempo antes de que sus secretos salieran a la luz uno tras otro. Las élites no podían dejar de hablar de ella. "¡Dios mío! Entonces, ¿su padre es el hombre más rico del mundo?". "¡También es esa excelente pero misteriosa diseñadora que mucha gente adora! ¿Quién lo hubiera adivinado?". Sin embargo, un montón de gente no creía que Rupert pudiera enamorarse de ella. Pero les cayó otra bomba. Rupert silenció a todos los detractores emitiendo un comunicado. "Estoy muy enamorado de mi hermosa prometida. Nos casaremos pronto". Dos preguntas estaban en la mente de todos: "¿Por qué la chica ha ocultado su identidad? Y ¿por qué Rupert estaba enamorado de ella de repente?".
Charles tenía novias diferentes cada día del año, nunca salía con la misma chica. Su nombre había sido vinculado a innumerables mujeres. Autumn, por su parte, se vio obligada a casarse con Charles sustituyendo a su hermana, quien se había escapado. Su único deseo era divorciarse después de un año. Ninguno de los dos había esperado que se enamoraran el uno del otro. Tampoco esperaban que el mundo entero los desafiara. Una ex novia quien causa problemas cada dos por tres. Una hermana fugitiva quien regresa con la intención de recuperar a Charles. Una suegra que siempre se entromete en sus momentos íntimos. ¿Te gustaría leer más? ¡No dudes! ¡Vamos allá!
"¡Nunca dejes que nadie te trate así!". Lo aprendí de la manera difícil. Durante tres años, viví con mis suegros. No me trataron como a su yerno, sino como a un esclavo. Aguanté todo gracias a mi esposa, Yolanda Lambert. Ella fue la luz de mi vida. Desafortunadamente, mi mundo se vino abajo el día que la sorprendí engañándome. Nunca he estado tan roto. Revelé mi verdadera identidad para poder vengarme de ellos. Yo no era otro que Liam Hoffman, ¡el heredero de una familia con billones de dólares en activos! Los Lambert estaban completamente conmocionados después de la gran revelación. Se dieron cuenta de que habían sido tontos al tratarme como basura. Mi esposa incluso se arrodilló y me rogó que la perdonara. ¿Qué crees que hice? ¿La perdonaré o la castigaré? ¡Descúbrelo en el libro!
Todo el mundo esperaba con impaciencia que Rhett se divorciara de Jillian para poder estar con su amor de la infancia. Pero cuando él por fin convocó una rueda de prensa, no fue para anunciar su divorcio, sino para presentar con orgullo al público a su hijo recién nacido. "Ha habido rumores de que mi mujer y yo nos estamos separando. Estoy aquí para aclarar las cosas de una vez por todas. Estamos felices y enamorados, y recientemente hemos sido bendecidos con nuestro angelito".