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A simple vista solemos dejarnos llevar por lo que nos hace sentir un cuerpo hermoso. Para un hombre del común, se le hace tocar el cielo en manos de una sensual mujer que conoce de momento. La atracción es algo inevitable que ocurrirá en una noche de desenfreno. Sin embargo, esa atracción será la mayor de las perdiciones para Andrew, quien inevitablemente resultará enamorado de una vida peligrosa.
Nota: La siguiente historia contiene escenas que para algunos pueden generar disconformidad. Por favor, leer bajo su propio criterio. Muchas gracias por la atención, y no siendo más; espero que sea de su total agrado. Besos y abrazos desde la distancia.
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MANDY
¿Qué puede lograr en la vida una mujer que no posee estudios ni mucho menos cuenta con la experiencia laboral necesaria para buscar empleo en una buena empresa? Quizás muchas logren tener buena suerte y hallar un buen empleo, dónde le brindan tan anhelada oportunidad de salir adelante.
En mi caso, cada oportunidad se ha ido por un barranco al instante que se dan cuenta que no poseo las capacidades suficientes para el puesto de trabajo. El correr de los años me ha hecho dar cuenta cuan importante es una carrera universitaria para la vida del ser humano. Las posibilidades de seguir en un mundo de mierda crecen con cada portazo invisible que me dan en el rostro. Ya perdí la cuenta, de las veces que he salido en búsqueda de un buen trabajo y tener la posibilidad de dejar una vez por todas la vida salvaje y silenciosa de la noche.
Suspiro resignada mientras veo como pasan los segundos en el reloj. Una noche más, un día más, un mes más y un año más dónde sigo siendo presa de mis malas decisiones. Mirando distraídamente por la ventana del pequeño cuarto donde vivo, me doy cuenta que así moriré; sin ninguna oportunidad de ser la mujer que soñé de pequeña. Si mi madre siguiera con vida, no sé cómo seria mi vida en el ahora, quizás hubiese sido algo diferente o tan solo sería una presa más de nuestro destino.
- ¿Ya estás lista? El jefe no quiere errores está noche - asiento dándole una mirada rápida a mi hermano.
- ¿Cuándo no he estado lista, Leo? - sonríe ladeado y coloco un par de guantes negros cubriendo mis manos -. No soy de cometer errores y lo sabes.
- Bueno, has estado muy perdida en las mañanas buscando trabajo, creí que ya te habías cansado de esta vida.
- ¿Tu no lo estás? ¿Te gusta vivir en este basurero de mierda? - se me quedó viendo en completo silencio -. Yo sí, y no encuentro la hora de poder salir de este roto de una vez por todas.
- Dre no te dejará ir tan fácil - asegura y negué.
- Dre no es nadie para detenerme. Si se me da la oportunidad, así se la más mínima; no dudaré ni un segundo para irme de aquí, Leonardo.
- Está conversación no va para ningún lado, mejor vámonos; los demás nos esperan - asiento, mi hermano mayor parece estar en deuda con un hombre que nos salvó de la calle para meternos en mundo de mierda.
No sé porque está tan aferrado a otorgar lealtad a un hombre que puede vender el alma de su madre muerta al diablo.
Salimos en silencio hacia la bodega que se encuentra a un par de calles de nuestro hogar, si es que se le puede llamar así a una sucia ratonera. Al llegar, los chicos ya se encuentran allí, como todas las noches en las que la durmiente noche revive con fuerza.
- Cada uno ya sabe su trabajo, ¿no es así? - todos asentimos con la cabeza -. Perfecto, saben que no me gusta repetir las cosas. Bien, ahora, saldrán en dos grupos. Les voy a pedir encarecidamente que no dejen ningún tipo de rastro, quiero todo limpio en cuanto acaben.
- Sí, señor - contestamos al unisono.
Dre es el jefe de la más poderosa banda criminal de Filadelfia. En su mundo solo puede haber un solo camino, y es seguir cada una de sus reglas sin protesta. La traición es el puñal más grande que él nunca va a tolerar en su vida. El hombre es atractivo y puede tener a cualquier mujer a sus pies, sin embargo se empeña en seguir tras de mí.
- Tú te quedas - me miró fijamente y asentí sin rechistar.
El resto de los chicos se fueron en los autos hacia las cocinas subterráneas de Dre y otros a cumplir el trabajo designado.
- ¿Vas a seguir haciéndote la difícil conmigo? - sus ojos cafés no muestran ninguna emoción -. Sabes que te haría mi reina si así me lo pidieras, mamacita.
Sonreí ladeado sin dejar de mirarlo.
- ¿No te han dicho lo peligroso que es decirle esas palabras a una mujer? - la torcida sonrisa que mostró no me agrada para nada -. Además, que no sería justo con todas esas mujeres bellas, que escojas a una simple mujer como yo para que sea tu reina.
- ¿Estás celosa de mis mujeres? - se acercó y reí -. Ya sabía yo que dentro de ese corazoncito estaba metido.
- No me hagas reír, Dre - sonrió y por alguna razón esa sonrisa me generó algún tipo de cosquilleo en mi estómago -. Ahí nunca estarás, solo porque me digas que me harás tu reina.
- Bueno, quizás no en tu corazón pero si puedo meterme en otros lugares - nunca se había atrevido a ir tan lejos como hoy. Su cercanía me desestabiliza un poco.
- ¿Quieres dejar las estúpidas bromas para otro día? Ahora bien, ¿para qué me has hecho quedar? ¿Qué es lo que tengo que hacer? - se me quedó viendo y sonrió malicioso.
- Tenemos que hacer, mi reina. Nuestro trabajo es muy sencillo. Bueno, más que todo el tuyo.
- Habla y no le des tanta vuelta al asunto, ¿a quien debo pasar a mejor vida? - sonrió.
- Me gustas cuando sacas tu lado más perverso. Cómo me gustaría saber si en la cama eres igual.
- Te quedarás con las ganas de saberlo, Dre - sonreí y me hizo entrega de una tableta.
- Ese es el muñequito que debes cocer - asentí viendo a un hombre mayor iluminando la pantalla -. Te daré el mejor de los tratos si me traes su cabeza en dos días.
- Hecho, pero ya sabes en dónde puedes meterte tu dichoso trato.
- Entre más brava más me gustas, mi reina - envolvió su gran mano en mi nuca y me haló hacia sí -. Enciendes el fuego de cualquier hombre con solo una mirada llena de veneno.
- Ahora eres poeta - rozó nuestros labios y de nuevo apareció el cosquilleo junto a un calor soportable -. De razón las traes a tus pies, jefecito.
- Mejor dime; papi, mi amor o mi vida - susurró lamiendo mis labios -. Tarde que temprano te haré mi mujer, mi reina.
- ¿Cuántas pepas te has metido? - aprovecha que he hablado para meter su lengua en mi boca y besarme apasionadamente. Sus labios son suaves y saben muy bien.
- Ninguna, por ahora. Pero sería una ricura ponerlas en tu cuerpo y probarlas con tu sabor - mordió mi labio inferior y solté un quejido -. Sí, mi reina, así mismo te voy a escuchar cuando estés pidiendo por más.
- Déjale los sueños a los niños, tu ya estás muy viejo para eso - me solté de su agarre y frunció el ceño -. Me pondré manos a la obra. Adiós.
Giré y salí de la bodega dejándolo con una expresión de molestia en el rostro. Al parecer no le ha gustado mi comentario. Un muerto más y mi conciencia empieza a pesarme por todo lo que he hecho durante cinco años que he trabajado para Dre.
En lugar de ir a la ratonera que tengo como casa, me desvío al club nocturno; nada mejor que ponerme a volar antes de seguir manchando mis manos, y que este mundo de piedra siga consumiendo mi sucia alma.
Las calles como siempre de frías, y sin embargo el calor se va apoderando de mi sangre. De lejos veo a Mario quien aspira profundamente de la poderosa química. Sonríe, más no dice nada El diablo se atraviesa como puñales por mis huesos. Mis labios resecos empiezan a ser mojados pausadamente por mi lengua. Al llegar a él; estira la bolsa a mi dirección y con una sola aspirada mi nariz queda cubierta por la blanca cristalina. El veneno está en mi cuerpo mientras siento como la sangre arde en cada una de mis venas y mi corazón empieza a martillar como loco dentro de mi pecho. El duro viaje que se avecina me recuerda que la coca es uno de mis más grandes tropiezos en mi lucha de salir del infierno.
Jolie creyó que huir era la solución correcta ante el desliz que cometió al casarse en una noche loca desenfrenada, pero cinco años después debe volver al lugar al que juró nunca más regresar y enfrentarse a las consecuencias de sus actos. Solo que Darius no es el mismo hombre caballeroso y tierno que ella creía conocer. Él la odia por haberle roto el corazón y abandonarlo cuando le dijo que intentaría llevar una vida de casados. Ella aún sigue sintiendo los mismos deseos que en el pasado, pero esta vez son más intensos e inexplicables que antes. Entre el amor y el odio hay una delgada línea que los separa y desatará una pasión que ninguno de los dos podrá contener.
Todo en mi vida era perfecto; una buena salud, un buen trabajo, y se podría decir que, era la mujer más afortunada en el amor. Pero nadie me había dicho que la perfección y tanta felicidad junta no era tan buen y real. Para mí, una mujer que creía tenerlo todo a sus pies y en sus manos, no fue fácil asimilar esa vida que tanto me ocultó la persona que más he amado en el mundo.
La vida en muchas ocasiones nos despliega diferentes caminos, llevándonos a un destino totalmente opuesto al que nos habíamos idealizado. Margot estaba en la mejor etapa de su vida, era feliz junto a su novio y futuro esposo, pero en un solo instante perdió toda su vida en un trágico accidente que además le dejó grandes secuelas en su cuerpo. La soledad, la desesperanza y el vacío es algo que no se puede ocultar detrás de una sonrisa fingida, y ella ha sabido ocultar su dolor muy bien. Pero en ese pozo de soledad y tristeza, llega un hombre que la hace vibrar no solo con un beso, sino con esa chispa de añoranza que perdió tiempo atrás. ¿Podrá Margot volver a empezar, dejando su sufrimiento atrás y permitiéndose ser feliz?
El amor no es lo más importante para June, primero, porque no cree en que los sentimientos de las personas sean del todo sinceros, segundo, porque aquel suceso que vivió en su niñez y la marcó de por vida la sigue rodando por más que quiera huir de esa pesadilla. Pero el amor llega cuando menos se lo esperaba, del hombre que jamás imaginó sentir tanto y nada a la vez. ¿Podría ella olvidar su dolor en manos de aquel amor puro y cristalino que nació en medio de su adolescencia y se fortaleció en su adultez? ¿Podría permitirse aprender una lección de amor y otra de lujuria en manos de su primer y único amor?
El deseo de poder someterte es mucho más fuerte de lo que estoy dispuesto a soportar. Si tan solo me dejaras mostrarte todo lo que por mi mente cruza, estoy seguro de que crearíamos un juego de lujuria inimaginable.
Ser prácticamente obligada a casarse con un perfecto desconocido por su padre, Cora Walker decide huir de su casa, pero en el intento de ser libre y elegir su propio destino, aquel hombre le pone sobre la mesa un trato que considera justo. ¿Podrá Jacob Bardot enamorar a la jovencita que lo cautivó desde el primer instante en que la conoció? ¿Podrá Cora dejar sus miedos e inseguridades atrás y amar, aunque sea por una vez en su vida? ¿Trescientos sesenta y cinco días serán suficientes para que dos corazones se amen con extrema fuerza y pasión?
Kallie era una muda. Su marido la ignoró durante cinco años desde su boda, no solo esto, ella hasta sufrió un aborto por culpa de su cruel suegra. Tras el divorcio, Kallie se enteró de que su exmarido se había prometido rápidamente con la mujer que realmente amaba. Sujetando su vientre ligeramente redondeado, se dio cuenta de que él nunca se había preocupado realmente por ella. Decidida, ella lo dejó atrás, tratándolo como a un extraño. Sin embargo, tras su marcha, ese hombre recorrió el mundo para buscarla. Cuando sus caminos volvieron a cruzarse, Kallie ya había encontrado una nueva felicidad. Por primera vez, él se humilló ante ella y le suplicó: "Por favor, no me dejes...". Pero la respuesta de Kallie fue firme y despectiva, cortando cualquier vínculo entre ellos: "¡Lárgate!".
Se me ocurrió casarme por contrato falso, con un hombre que está comprometido con su trabajo. Ese hombre también es mi jefe Albert pensó que sería divertido ir a Europa y casarse. Todo fue diversión y juegos hasta que estuvimos caminando la mano por las calles Europa. Solo éramos nosotros dos, pero Albert rompió la única regla que nos impedía estar juntos. Me dejó EMBARAZADA. ¡Albert nunca amaría este hijo nunca! Él está centrado en su trabajo y no quiere complicaciones. Ahora, tengo dos opciones. Decírselo y arriesgarme a perderlo. O mantener mi en secreto y aun así perderlo. Con cualquiera de las opciones, terminaré con el corazón roto. ¡A menos que un milagro salve nuestro matrimonio y nuestro futuro del colapso!
Isabela Arriaga se ve atrapada en un matrimonio de conveniencia con Leonardo Arriaga, un hombre que la ve como una mera obligación, sin amor ni compasión. Casada por contrato, su vida se ve opacada por la presencia de Camila, la mejor amiga de su esposo, quien manipula y se burla de ella a cada paso. Mientras Isabela lucha por encontrar su lugar en una mansión que se siente más una prisión que un hogar, su marido sigue enamorado de la villana que la ha arrebatado no solo su afecto, sino también su dignidad. El tormento emocional de Isabela se ve acentuado cuando se da cuenta de que Leonardo la desprecia y prefiere a Camila. A pesar de su dulzura y sumisión, Isabela no es ajena a la frustración que crece en su corazón, mientras lucha por mantener la calma ante la manipulación constante. En una inesperada muestra de valentía, comienza a desafiar las reglas del juego, buscando ser más que la sombra que Leonardo ha creado a su alrededor. A medida que los celos y la posesividad de Leonardo salen a la luz, Isabela se enfrenta a la difícil decisión de vivir como una prisionera emocional o tomar las riendas de su vida. Pero, ¿es posible que el hombre que la desprecia también pueda amarla algún día? En un enredo de engaños, traiciones y manipulación, Isabela debe encontrar su propia voz antes de que su alma se pierda para siempre.
Durante tres arduos años, Emily se esforzó por ser la esposa perfecta de Braiden, pero él todavía se mantenía distante con ella. Cuando él le pidió el divorcio por otra mujer, Emily desapareció. Sin embargo, cuando reapareció más tarde, se convirtió en su última fantasía. Despidiendo a su ex con una sonrisa burlona, ella le desafió: "¿Te interesa una colaboración? ¿Quién te crees que eres?". Los hombres no le servían para nada; Emily prefería la independencia. Mientras Braiden la cortejaba sin descanso, descubrió las identidades secretas de Emily: hacker de alto nivel, chef, médica, talladora de jade, corredora clandestina... Cada descubrimiento aumentaba el desconcierto de Braiden. ¿Por qué los conocimientos de Emily parecían ilimitados? El mensaje de Emily era claro: destacaba en todos los aspectos.
Después de tres años de matrimonio, Becky finalmente se divorció de su esposo, Rory Casper, quien nunca la había amado. Solo tenía ojos para una mujer, y esa mujer no era otra que su cuñada, Babette. Un día, ocurrió un accidente y Becky fue acusada de ser la culpable del aborto de Babette. Toda la familia se negó a escuchar su explicación. Rory incluso la obligó a elegir entre arrodillarse frente a Babette para disculparse y divorciarse. Para sorpresa de todos, Becky optó por lo último. Después del divorcio, los Casper descubrieron que la mujer que consideraban viciosa y materialista era en realidad la heredera de una familia súper rica. Rory, mientras tanto, se dio cuenta de que su exesposa era realmente encantadora, hermosa y confiada, en una palabra, se enamoró perdidamente de ella. Pero ya era demasiado tarde, ella ya no lo amaba... Frente a la apasionada conquista de su exmarido, ¿lo aceptaría Becky? ¿O habría otro hombre que se adelantaría a ganarse el corazón de Becky?
Fernando Laureti es la oveja negra de la familia; un joven alegre, creído y seductor que está acostumbrado a llevar a las mujeres que les gusta a su cama. Su padre, Demetrio Laureti cansado de su promiscuidad, decide poner a su cargo la empresa que tiene en París, con el simple propósito de alejarlos de sus mujeres y de el BDSM, pero no será nada fácil, conoce a Samantha Mercier, una mujer de carácter fuerte, hermosa y decidida que no se la pondrá nada fácil, logrando con eso que el CEO se obsesione con llevarla a su cama y convertirla en su sumisa, acto que ella no cederá, porque le gritara en la cara cuántas veces se necesario: ¡No seré tu sumisa!