/0/1487/coverbig.jpg?v=7a38522e6450a0aade2c32130982f414)
Cuando las pasiones se salen de control
Cuando las pasiones se salen de control
"Papa, ya es hora de que te despiertes, debes ir a la universidad", dijo una joven chica, mientras estaba parada en al puerta de una habitación, y mientras miraba a cierto hombre en una cama, el cual seguía dormido.
"cinco minutos mas", dijo el hombre.
"Ya levantate, mama te esta esperando abajo", dijo la joven, antes de darse la vuelta y caminar.
"Joder", dijo el hombre, antes de levantarse lentamente de la cama.
Este hombre, se llamaba Jacob, y actualmente tenia 42 años de edad, se había casado con su novia de la universidad, Teresa, cuando todavía estaba en sus veinte años, y actualmente tenia dos hijos con ella, un chico llamado Edward y una chica, llamada Selena, la mayor había cumplido veinte años años hacia poco mientras que el chico tenia actualmente 19 años y los tres asistían a la misma universidad.
Jacob era profesor de literatura en la universidad de su ciudad, mientras que su esposa era contadora y economista y gracias a su doble salario y a otros ingresos tenia una vida bastante cómoda.
A pesar de que mas de veinte años de matrimonio habían desgastado un poco la pasión entre los dos, ambos seguían amándose mucho, y tenían una buena familia.
Jacob, con mucho esfuerzo logro levantarse de la cama, y después de arreglarse para ir a la universidad, bajo a comer con su familia, cuando llego allí, vio a su esposa y a sus dos hijos comer mientras veían la televisión.
"Por fin te levantaste, come, ya tienen que salir los tres", dijo Teresa, la esposa de Jacob, mientras veía la televisión desde la mesa de la cocina.
"Claro, ¿Hoy viene Sarah a limpiar?",pregunto Jacob, mientras se sentaba en la mesa de la cocina.
Sarah, era la empleada domestica de la familia de Jacob, y venia tres veces a la semana a limpiar, era una chica joven que solo era un par de años mayor que la hija de Jacob, y era bastante bonita.
"Si, ya debería estar por llegar y...",dijo Teresa, antes de que el ruido del timbre de su casa la interrumpiera.
"Esa debe ser ella", dijo Edward, mientras terminaba su desayuno en el sofá de la sala.
"Que uno de ustedes dos vaya a abrir", dijo Teresa.
"Bien, iré yo", dijo Selena.
"¿Como va tu nuevo trabajo? ¿Ya has pensado en algo?", pregunto Teresa.
"No, aun no, aunque tengo algunos estudiantes nuevos que me están dando nuevas ideas", dijo Jacob.
"¿Nuevos? ¿Quienes son?"
"Son solo un par de chicos, no son importantes, pero me están dando bastante inspiración", dijo Jacob, antes de que una joven mujer con rasgos faciales bastante atractivos llegara a la cocina.
"Buenos días señor Jacob, señora Teresa", saludo Sarah, quien había llegado a la cocina al decir estas palabras.
"Hola Sarah", saludo Jacob.
"Sarah, ¿Trajiste lo que te pedí? Hoy vamos a estar muy ocupadas tú y yo".
"Si lo traje señora, no se preocupe".
"Bien, ya termine, vámonos niños", dijo Jacob, mientras se levantaba e iba a la puerta de su casa.
"Adiós, cuídense, los amo", dijo Teresa, mientras se despedía de su familia.
"Yo también", dijo Jacob, mientras se subía en su auto, y empezaba su camino a la universidad.
Jacob y sus hijos, tras un tiempo en la carretera, finalmente llegaron al campus de su universidad, poco después de llegar allí, los tres se despidieron y cada uno fue a lo que tenia que hacer.
Jacob debía dar una clase de literatura el dia de hoy, pero mientras caminaba hacia allí, no pudo evitar pensar en la tarea que una de sus nuevas alumnas le había entregado.
La semana pasada, Jacob le había dejado como encargo a sus estudiantes de literatura el deber de crear su propia historia corta, recibió algunas quejas al principio pero todos sus estudiantes terminaron por aceptarla al final.
Pero había una estudiante... que había escrito algo que lo sorprendió, Jacob les había dicho que podían escribir cualquier cosa que les llegara a la mente, pero esa estudiante nueva que tenia, termino por escribir... algo que era...
clasificación XXX.
Jacob no sabia si lo había hecho a propósito o no, desde que esa chica llego a su clase sus días habían estado bastante agitados, esa chica era de la misma edad que su hija, tenia veinte años y era bastante atractiva.
Tenia una piel libre de imperfecciones de algún tipo, su rostro era muy atractivo, su figura era curvilínea y su pecho bastante amplio y desde que llego, atrajo la atención de los muchachos de todo el salón, los cuales no paraban de invitarla a salir.
El nombre de esa chica, era Elizabeth, y ella había sido la estudiante de literatura de Jacob que había escrito para él una historia corta de clasificación XXX, y Jacob no sabia que nota colocarle.
Jacob entre en el salón de clase, y tras una breve inspección, logro encontrar a Elizabeth, la cual al notar la mirada de Jacob, le sonrió pícaramente.
Ella sabia que él iba a dar las notas de los trabajos el dia de hoy, y obviamente estaba esperando ver que nota iba a recibir por parte de Jacob.
"Buenos días clase", saludo Jacob.
"Buenos días profesor", respondieron los alumnos.
"Eh corregido sus trabajos, se los entregare al final de la clase, debo decir que algunos trabajos estuvieron mejor que otros, unos fueron agradables, otros no tanto, y hubieron otros... que me sorprendieron", dijo Jacob, quien no pudo evitar lanzarle una mirada a Elizabeth, la cual estaba sentada en los asientos del medio mientras continuaba sonriéndole a Jacob.
"Bien, empecemos, el dia de hoy veremos un nuevo tema", dijo Jacob, antes de iniciar la lección.
La clase duro poco mas de una hora entera, y después de haber terminado de explicarles el tema de hoy, Jacob despidió a sus estudiantes, y mientra estos se iban, Jacob, les entrego sus trabajos con las notas que habían obtenido.
"¿Cuanto saque profesor?", pregunto Elizabeth, quien se había decidido quedarse hasta el final para recibir su nota de ultimo.
"Sobre eso Elizabeth, tengo que hablar contigo",dijo Jacob.
"¿Sobre que?", pregunto Elizabeth.
"Vamos a mi oficina, allí podremos hablar en privado, debemos hablar sobre lo que hiciste", dijo Jacob.
"¿Sobre lo que hice? ¿No lo entiendo? ¿Que hice yo?",pregunto Elizabeth, mientas le sonreía a Jacob.
"No te hagas la tonta, vamos", dijo Jacob quien procedió a salir del salón de clase con Elizabeth siguiéndolo.
Las horas bañadas por el sol reflejaban su amor brillante, mientras que las noches iluminadas por la luna encendían un deseo ardiente. Pero cuando Brandon se enteró de que su amada solo viviría medio año, le entregó a Millie los papeles del divorcio y le dijo con frialdad: "Esto es solo para guardar las apariencias. Nos casaremos de nuevo una vez que ella se calme". Millie, con la espalda recta y las mejillas secas, sintió que su pulso se desvanecía. La separación fingida se volvió permanente; silenciosamente terminó con su hijo no nacido y dio paso a un nuevo comienzo. Brandon se derrumbó, y condujo a máxima velocidad, incapaz de dejar ir a la mujer que había descartado, suplicando que ella lo volviera a mirar una vez más.
"El amor aparece en los momentos más inesperados". Weldon se convirtió en otro hombre tras la muerte de su esposa. Se olvidó de las aventuras amorosas, y se enfocó en criar a su hijo. Todos pensaban que no le daría otra oportunidad al amor. Un día, su recién contratada médica familiar lo visitó. La doctora intentaba hacer su trabajo mientras Weldon no le quitaba los ojos de encima. Ella terminó con los pelos de punta por esa mirada y terminó huyendo de él. La situación pronto se salió de su control. Dos meses después, la médica familiar se convirtió en la nueva esposa de Weldon. Todos a su alrededor querían saber cómo logró que él superara el dolor y también se casara con ella. "Bueno, es sencillo. Le prometí darle dos hijos más siempre y cuando me pidiera matrimonio." La nueva esposa apareció con dos niños que eran copias exactas de Weldon. Esto causó rumores en el pueblo y generó aún más preguntas. ¿Quién era esta mujer? ¿Y cómo terminó con esos niños?
Rena se acostó con Waylen una noche cuando estaba borracha. Y como ella necesitaba su ayuda mientras él se sentía atraído por su belleza juvenil, lo que se suponía que sería una aventura de una noche se convirtió en algo más. Todo iba bien hasta que Rena descubrió que el corazón de Waylen pertenecía a otra mujer. Cuando esa mujer regresó, dejó de volver a casa, dejándola sola por muchas noches. Finalmente, un día, la pobre chica recibió un cheque y unas palabras de despedida. Para sorpresa de Waylen, Rena solo sonrió y dijo: "Fue divertido mientras estuvimos juntos, Waylen. Pero espero que no nos volvamos a ver nunca más. Que tengas una buena vida". Sin embargo, por voluntad del destino, los dos se volvieron a encontrar. Al ver que Rena tenía a otro hombre a su lado, los ojos de Waylen ardieron de celos y gritó: "¿Cómo diablos lograste seguir adelante? ¡Pensé que solo me amabas a mí!". "¡Es pasado!", Rena se burló, "hay demasiados hombres en este mundo, Waylen. Además, tú fuiste quien pidió la ruptura. Ahora, si quieres salir conmigo, tendrás que hacer cola". Al día siguiente, Rena recibió un anillo de diamantes y un mensaje del banco de que alguien había transferido miles de millones a su cuenta. Waylen apareció, se arrodilló frente a ella y dijo: "¿Puedo saltarme la fila, Rena? Todavía te quiero".
La vida era un lecho de rosas para Debra, la hija del Alfa, hasta que tuvo una aventura de una noche con Caleb. Estaba segura de que él era su pareja designada por la Diosa de la Luna. Pero este hombre odioso se negó a aceptarla. Pasaron semanas antes de que Debra descubriera que estaba embarazada. Su embarazo fue una vergüenza para ella y para todos los que amaba. No sólo ella fue expulsada, sino que su padre también fue perseguido por los usurpadores. Afortunadamente, sobrevivió con la ayuda de la misteriosa Manada Espina. Pasaron cinco años y Debra no supo nada de Caleb. Un día sus caminos se volvieron a cruzar. Ambos estaban en la misma misión: llevar a cabo investigaciones secretas en el peligroso pueblo de Roz por la seguridad y la posteridad de sus respectivas manadas. Caleb todavía se mostraba frío con ella. Pero con el paso del tiempo, se enamoró perdidamente de ella. Intentó compensar el abandono de Debra, pero la chica ya no lo quería. Estaba empeñada en ocultarle que tenían una hija y también en hacer una ruptura limpia. ¿Qué les deparaba el futuro a los dos mientras viajaban por el pueblo de Roz? ¿Qué tipo de secretos encontrarían? ¿Caleb se ganaría el corazón de Debra y conocería a su adorable hija? ¡Descúbralo!
Después de dos años de matrimonio, Kristian soltó una bomba. "Ella ha vuelto. Vamos a divorciarnos. Dame un precio". Freya no discutió. Sonrió y expuso sus condiciones. "Quiero tu auto deportivo más caro". "Está bien". "La villa en las afueras". "Sin problema". "Y la mitad de los miles de millones que ganamos juntos". Kristian se quedó helado. "¿Qué dijiste?". Él pensaba que ella era una mujer común, pero en realidad Freya era la mente maestra detrás de su fortuna. Y ahora que se había ido, él haría cualquier cosa para recuperarla.
Evelina, una chica muda, se casó con Andreas creyendo que él sería el único capaz de protegerla de un mundo lleno de sufrimiento. Tres años después, había sufrido incontables heridas invisibles: un hijo que no nació, una amante burlona que la humillaba en público y un esposo que la manejaba como una marioneta. El amor ya no representaba nada para ella, ni tampoco tenía ganas de darle otra oportunidad. Él pensaba que su esposa nunca lo dejaría, pero cuando ella se marchó sin mirar atrás, el pánico lo invadió. "Andreas, enfrenta la verdad. Lo nuestro se acabó", declaró Evelina con firmeza. "No puedo dejarte ir", respondió su esposo, luchando por contener las lágrimas. Por primera vez, ella se eligió a sí misma y dejó que su corazón la guiara.
© 2018-now CHANGDU (HK) TECHNOLOGY LIMITED
6/F MANULIFE PLACE 348 KWUN TONG ROAD KL
TOP