/0/17182/coverbig.jpg?v=f267175094d8ced930ff2928b41cccbf)
En la familia de Mateo, ser una de sus "compañías" era como ser una concubina, y yo, Sofía, era una de las doce destinadas a quedar embarazada para casarme con él. En mi vida anterior, fui la primera en quedar embarazada. Pero en lugar de gloria, recibí un infierno sin fin. Mateo, cegado por el dolor tras el supuesto suicidio de su "amor verdadero", Isabella, me torturó hasta que perdí a nuestro hijo, para luego encerrarme hasta morir. Al despertar esta vez, ese sabor amargo de las píldoras anticonceptivas con las que me había obligado a abortar y la imagen de mi hijo muerto vinieron a mi mente. No entendía cómo el chico que una vez juró protegerme se había convertido en mi verdugo. Pero ya no cometería el mismo error: esta vez, haré que Isabella experimente la "alegría" de la cima, solo para verla caer al abismo más profundo.