/0/2016/coverbig.jpg?v=6bef4c53db5e5295231394b90aa68e30)
«¿Té atreves a adentrarte al retorcido juego de los Brycer?»
«¿Té atreves a adentrarte al retorcido juego de los Brycer?»
•El comienzo•
Las pestañas de Madison Mervey revolotearon sobre la sonrisa que comenzó a tirar de sus labios, resaltando sus mejillas redondas y rellenas. Un gesto que hacía a menudo en las últimas tres semanas que conoció a la persona que según ella le confesó a Sarah Kelly un día sentadas en él porche, iba ser su futuro esposo y que pasarían él resto de sus vida juntos.
"-¿Y quién es? -preguntó Sarah, tratando de contener la emoción que surgía de su interior de ver por fin y luego de tanta insistencia, a su mejor amiga enamorada.
-No puedo decírtelo, prometí qué no se lo diría a nadie hasta el baile de Invierno -dijo Madison.
-Pero falta un año para eso -se extrañó Kelly.
-El va a oficializar nuestra relación frente a toda la escuela, todavía no decidí que vestido ponerme.
Sarah no discutió. Lo cierto era que Mervey nunca había estado enamorada o en una relación formal, ante la insistencia de su amiga que no dio frutos hasta ese verano antes de que comenzarán las clases, Sarah estaba feliz de que Madison por fin sea testigo de las grandes sensaciones que un amorío traía. Y sí faltaba un año para saber quién era el, ¿Quién era ella para juzgarla?"
Paxton Brycer dejó un beso húmedo sobre la mandíbula femenina, provocando otra risilla por parte de Madison, que taladro los oídos del rubio. Se aparto de ella mientras la observaba con una encantadora sonrisa.
-Ya basta, Paxton. Recogí las respuestas de la casa de Brey, el dijo que eran para mañana. Deberías comenzar a copiarlas, puedo dictar si quieres.
Paxton soltó un suspiro, poniendo su mentón sobre el hombro de Madison. Su piel se erizo al sentir la respiración contra la delicada piel de su cuello.
-No le dijiste que venías hacía acá, ¿lo hiciste? -cuestiono Paxton con suavidad.
-No, no le dije a nadie. Queríamos que sea especial para el bailé de Invierno, ¿lo recuerdas? -Mervey mordió la punta de su lápiz, fingiendo estar ajena a las caricias proporcionadas sobre su rostro.
-Muy bien, sí sí lo recuerdo. -el sonrió, complacido y apartándose de ella.
Distinta a la razón a la que Mervey creía que lo hacía, para ella, un gesto que lograba enamorarla cada vez más.
¿Para Paxton Brycer? Un gesto que hacía cuándo sabía que su coartada estaba cubierta.
-¿Lo recuerdas tú? ¿Brey no te hizo olvidarlo? -el rubio se separó de Mervey, cruzando sus brazos sobre su pecho y frunciendo los labios.
Madison de pronto se puso en alerta.
-¿A qué te refieres, Paxie? -su voz sonó llena de pánico.
Paxton mordió su lengua para frenar él vomitó que amenazaba con subir por su garganta al escuchar su nombre cuidadosamente elegido por su madre ser modificado por una ingenua chiquilla un grado menor que el.
-Quiero decir, Brey luce como un buen partido. Pasaste mucho tiempo en su casa en la última semana.
Madison abrió mucho sus ojos, sus manos delicadas se agarraron a los bíceps cubiertos de su novio.
-¡Lo hice por ti! ¡Dijiste que tus notas eran demasiado bajas y que no sabías cómo acercarte a Breyson para que el pudiera darte las respuestas! -Madison habló con tanta rapidez que apenas podía respirar. Dándole la respuesta que el rubio esperaba, pero sin haber hecho la verdadera pregunta-. No hicimos nada, solo me dio un vaso de agua y luego las respuestas, después me fui. No quiero que pases las vacaciones de verano en la escuela por reprobar, Pax.
Paxton quería besarse a sí mismo si eso era posible por al igual que siempre armar un plan tan estructurado como sólo él podía hacerlo. Había estado observando a las chicas del grupo de Mervey hace un tiempo, tratando de elegir cuál de ella se adapta a mejor a sus planes.
La vulnerable Madison fue la elegida, inexperta en el amor, por ende fácil de enamorar y manipular. Hacer creer que lo que tenían era especial y que nadie debía enterarse era solo el comienzo.
Cuándo Mervey había mordido el anzuelo, el le aseguró que no podrían verse en las vacaciones de verano nunca más ya qué sus notas eran bajas. Cosa que era mentira. Le dijo a Madison que Breyson Bikerson era el mejor de la materia y él único que podía ayudarlo, pero no sabía cómo hacerse amigo de el.
¿La respuesta de Madison ? Fue acercarse a su compañero todos los días por una semana con la excusa de que las respuestas eran para ella.
Lo que Madison ignoraba era que Paxton era junto con su hermano gemelo él mejor de su clase, con notas impecables y promedios sobre diez. Su esfuerzo fue en vano, por qué lo único que hizo fue arrastrar al pobre Breyson al plan de Paxton.
El sería el último que vería con vida a Mervey, ya que nadie sabía de su relación con el rubio. Iba a ser él sospechoso y culpable por la desaparición de Madison.
Entonces Paxton junto con su hermano Astyrian ni siquiera tendría un ojo sobre ellos. Por qué nadie sabía sobre la relación de Madison y Paxton. Por qué iban a revelarlo a fin de año para que sea especial y frente a todos.
Por eso nadie debía enterarse. Mervey fue fiel a esa única regla.
-Esta bien, Mads, te creo. Solo quería asegurarme de que tú amistad con Brey fuera sana.
-Lo es, lo prometo.
Paxton volvió a sonreír antes de unir sus labios con lo de Madison, ella cerro sus ojos dejándose llevar, sin ver la mano estirada de su novio tirar voluntariamente la jarra de limonada al suelo. Rompiendo el vidrio en mil pedazos.
-Iré a buscar algo para limpiar esto, si mamá ve este desastre estaré castigo hasta fin de año. No te muevas, Mads.
Depositado el ultimó beso que Madison Mervey experimentaría antes de su muerte, Paxton dejo él cobertizo que se encontraba a metros de su casa. Madison estiró su falda. Sonriendo hasta que luz se cortó, dio un pequeño salto.
La luz de la luna se filtró a través del único hueco del cobertizo del techo, él corazón de la adolescente comenzó a latir con rapidez a medida que daba un pequeño grito cuando la luz volvió y Astyrian Brycer estaba apoyado en él marco de la puerta, con los brazos cruzados.
-Astyrian, me asustaste -río nerviosa, evitando la mirada que sin duda a pesar de ser idéntica a la de su novio, era más penetrante e intimidante.
-Yo té...¿Asuste? -Astyrian preguntó, moviendo la paleta de su boca a la esquina de sus labios.
-Si, apareciste de la nada.
Madison de pronto ya no se sentía cómoda, él ambiente cálido y acogedor que su novio había creado para ella ya no estaba.
A menudo se sintió así cuando Astyrian estuvo cerca de ella.
-Estaba aburrido y ustedes chicos parecen tener bastante diversión aquí -dijo Astyrian, dándole una mirada a todo el cobertizo como si nunca lo hubiera visto. A pesar de que era suyo-.¿Estoy en lo cierto?
-Si, bueno, no -las mejillas de la pelinegra se sonrojaron cuando Astyrian sonrió-.¿Has visto a Paxton? Se fue hace un momento.
-Y ahora ha vuelto -dijo Paxton, adentrándose al cobertizo y trayendo alivio a Madison de que por fin no estaba sola con el extrañó gemelo de su novio.
Paxton trajo consigo una caja pequeña, un par de guantes y finalmente un encendedor.
-¿Por qué trajiste... -Madison se inclinó hacia adelante, para ver el contenido de la caja-. ¿La caja de bisturíes de tu padrastro? Solo eran vidrios, Pax.
Astyrian tiro su cuerpo con pereza sobre el sillón en una esquina, dejando una de sus piernas sobre el reposabrazos del sofá y prendiendo un cigarrillo. Mirando a Madison como si fuera él show mas aburrido que encontró en su plasma.
-Tendremos una fiesta hoy -contesto Paxton, tirándose a su lado y pasando su brazo sobre su hombro.
Madison podía sentir un cambió de aire, culpaba la presencia de Astyrian por eso.
Ese fue su último error.
-¿Una fiesta? Nunca dijiste nada sobre una fiesta -su voz decaía cada vez mas, como un globo desinflándose.
-Oh, Paxie, siempre tan olvidadizo -se burló Astyrian, a lo lejos. Aunque la pareja lo ignoro.
-¿No te lo dije? Tu serás la anfitriona y el entretenimiento de esta noche -Paxton se rió, como si hubiera contado un chiste. Al ver la mirada brillosa de Madison, su rostro cayó-. Relajate, Mads. Solo nos estamos divirtiendo. Nada de otro mundo.
-No recordaba saber nada de una fiesta, solo es eso.
-Ty también estará, si eso no te molesta.
-Asuste a Mads, hace un rato. Creó que a ella si le molesta -comento Astyrian, cambiando de posición en el sofá, acostándose y fumando mientras miraba él techo.
-No, no lo haces -mintió Madison, sintiendo sus manos transpirar cada vez más.
Froto la palma de sus manos contra su falda en un intento de encontrar calidez.
-¿Estás mintiendo, bebé? -la voz de Paxton salió mas melosa de lo habitual-. Los mentirosos deberían merecer un castigó cada vez que lo hacen. Pero estas perdonada. ¿Té gustaría escuchar música?
Madison ya no podía seguir disimulando la tensa sonrisa que llevaba en su rostro para disimular su falta de confort. No sabía a quien tenía en frente, pero ese no era su novio. Una suave música rompió la tensión de la noche, la voz de Elvis Presley lleno el cobertizo.
-Yo, creo que debería irme Paxton-trato de mantener firme su voz. Fallando en el intento-. Se está haciendo tarde.
Astyrian giró su cabeza hacía ella, con el cigarrillo entre sus labios y moviendo sus piernas que colgaban del sillón. Paxton se puso de pie, tendió la mano hacía Mervey y la puso de pie. El vestido de la chica se sacudió ligeramente.
-Paxton, el piso -susurro Madison, sintiéndose por primera vez acojonada bajo la mirada de su novio.
Esto no le gustaba, pero era demasiado tarde para arrepentirse de haber venido. Pero algo le decía que no saldría de ahí.
-No te preocupes por eso, Mads. -dijo Paxton, agarrando sus dos manos-. Luces muy tensa. Deberíamos bailar, recuerda que deberíamos estar divirtiéndonos.
A lo lejos, Astyrian puso los ojos en blanco, tal vez era por la impaciencia la irritación y la falta de humor. O una combinación de todos esos factores juntos.
-Creo que debería irme a casa, mamá debe estar esperándome para la cena.
Mervey quería irse, todo comenzaba a ponerse pesado y tan tensó como una cuerda. Cuándo Asytiran se levanto levanto tan sigiloso como una pantera y se puso detrás de ella fue cuando los ojos de Madison se llenaron de agua, por fin, dándose cuenta de que no tenía escapatoria.
-Dijiste que tú madre trabaja está noche, además-Paxton recordo vagamente -. ¿Por qué irte? Recién estamos empezando.
Cuándo Madison abrió la boca, algo atravesó su garganta, perforando piel, músculo, carne y todo lo que estaba en él caminó del trozo de vidrio roto. Trató de gritar pero nada salió, un segundo ataque vino a su cuello.
A través de su último parpadeo, Madison vio sonriendo a la única persona que amó y estuvo segura de amar.
Dayna había adorado a su esposo, pero le robó la herencia de su difunta madre y la dio otra mujer. Tras tres años de miseria, él la descartó, dejándola hecha pedazos... hasta que Kristopher, el hombre al que una vez traicionó, la rescató de las ruinas. Ahora, él estaba en una silla de ruedas, con una mirada fría como hielo. Ella le propuso un trato: sanaría sus piernas si él la ayudaba a destruir a su ex. Él se rio y aceptó. Mientras su alianza se consolidaba, él descubrió sus otras identidades: doctora, hacker, pianista... y su corazón muerto comenzó a latir de nuevo. Pero el ex de la mujer, arrastrándose como un perro, regresó: "Dayna, ¡eres mi esposa! ¿Cómo te atreves a casarte con otro? ¡Vuelve conmigo!".
"Elliana, la ""patita fea"" rechazada por su familia, fue humillada por su hermanastra Paige, la admirada por todos, comprometida con el CEO Cole, era la mujer más arrogante... hasta que él se casó con Elliana el día de la boda. Todos, atónitos, se preguntaron por qué había elegido a la mujer ""fea"". Mientras esperaban que la despreciaran, Elliana dejó a todos boquiabiertos al revelar su verdadera identidad: una sanadora milagrosa, magnate financiera, una experta en valuación y una mente maestra en la IA. Cuando quienes la maltrataron se arrepintieron amargamente y suplicaron perdón, Cole desveló una foto impactante de Elliana sin maquillaje, causando conmoción en los medios: ""Mi esposa no necesita la aprobación de nadie""."
Para la mayoría, Verena era una doctora de clínica rural, pero la realidad era que prácticamente hacía milagros. Tres años después de que Isaac se enamorara perdidamente de ella y pasara noches en vela de soledad, un accidente lo dejó en silla de ruedas y le arrebató la memoria. Para mantenerlo con vida, Verena se casó con él, solo para escuchar: "Jamás podré amarte". Ella simplemente sonrió y respondió: "Eso está bien, yo tampoco estoy enamorada de ti". Atrapado en la duda, él se alejó de la esperanza, pero ella mantuvo la paciencia y arrodillándolo para mirarlo a los ojos, le acarició la cabeza hasta que lo tranquilizó. Luego, le dedicó una sonrisa resplandeciente avivó sentimientos que Isaac creía perdidos para siempre.
Rena se acostó con Waylen una noche cuando estaba borracha. Y como ella necesitaba su ayuda mientras él se sentía atraído por su belleza juvenil, lo que se suponía que sería una aventura de una noche se convirtió en algo más. Todo iba bien hasta que Rena descubrió que el corazón de Waylen pertenecía a otra mujer. Cuando esa mujer regresó, dejó de volver a casa, dejándola sola por muchas noches. Finalmente, un día, la pobre chica recibió un cheque y unas palabras de despedida. Para sorpresa de Waylen, Rena solo sonrió y dijo: "Fue divertido mientras estuvimos juntos, Waylen. Pero espero que no nos volvamos a ver nunca más. Que tengas una buena vida". Sin embargo, por voluntad del destino, los dos se volvieron a encontrar. Al ver que Rena tenía a otro hombre a su lado, los ojos de Waylen ardieron de celos y gritó: "¿Cómo diablos lograste seguir adelante? ¡Pensé que solo me amabas a mí!". "¡Es pasado!", Rena se burló, "hay demasiados hombres en este mundo, Waylen. Además, tú fuiste quien pidió la ruptura. Ahora, si quieres salir conmigo, tendrás que hacer cola". Al día siguiente, Rena recibió un anillo de diamantes y un mensaje del banco de que alguien había transferido miles de millones a su cuenta. Waylen apareció, se arrodilló frente a ella y dijo: "¿Puedo saltarme la fila, Rena? Todavía te quiero".
La felicidad era como un espejismo para Rocío Ouyang, cuando más se acercaba a la felicidad, más se alejaba. Ella acababa de casarse con Edward Mu, pero en su noche de boda todo se derrumbó. Dejando a Rocío embarazada, Edward la abandonó en su noche de boda. Pasados unos años, Rocío renació por completo, cambiando totalmente su personalidad, convertiéndose en la única coronel del ejército. En este momento Rocío comenzó a reflexionar varias preguntas que eran misterios para ella: ¿Por qué los padres de Edward estaban actuando de manera tan extraña? ¿Por qué su padre la odiaba? ¿Y quién estaba tratando de dañar su reputación en el ejército que ella había trabajado tan duro para construir? ¿Y por qué sigues leyendo la sinopsis? ¿Por qué no abres el libro y descúbrelo tú mismo?
Ania Jones había conseguido todo lo que siempre soñó, una vida perfecta, por lo que, ella era completa y absolutamente feliz. Primero y principal, estaba casada con Liam Carter, un hombre atractivo y rico a quien amaba, y que la amaba a ella. Segundo, finalmente los problemas con su familia y con su hermana, Alicia, habían quedado en el pasado, logrando una relación fraternal normal. Y tercero, Ania y su esposo, se habían enterado de que, pronto, recibirían la visita de la cigüeña, pues venía un amado y muy deseado bebé en camino. Pero cuando las buenas noticias llegan juntas, abundan. Pues recientemente, la madre de Liam, había avisado que los visitaría para felicitarlos por la noticia del bebé, próximo heredero de su dinastía, y les daría su bendición Porque hasta ese momento, la millonaria familia Carter no había aceptado el matrimonio de Liam con Ania, una mujer de procedencia inferior. Así pues, todo, finalmente, todo era absolutamente perfecto, hasta que, todo el mundo de Ania se desmoronó... Cuando, sin saber cómo sucedió, la madre de Liam, muere frente a los ojos de Ania y ella es acusada como la única culpable.
© 2018-now CHANGDU (HK) TECHNOLOGY LIMITED
6/F MANULIFE PLACE 348 KWUN TONG ROAD KL
TOP