Bella y Felipe dos almas que tuvieron la fortuna de encontrarse y de vivir un amor tan intenso que ni el tiempo pudo borrar, y aunque el pasado separó sus caminos, el destino ahora los volvió a unir para volverlos uno solo.
Bella y Felipe dos almas que tuvieron la fortuna de encontrarse y de vivir un amor tan intenso que ni el tiempo pudo borrar, y aunque el pasado separó sus caminos, el destino ahora los volvió a unir para volverlos uno solo.
A mi alrededor solo se podían escuchar risas, palabras de felicitación y el increíble discurso lleno de orgullo que leían mis padres porque su hija menor, en medio de muchas dificultades al fin se había graduado y podía asistir a uno de los institutos de artes escénicas más importantes ubicado en Londres.
Bernard: Bella ¿Qué tienes hija?, tu deberías estar feliz, pero no has dicho nada [la abraza preocupado] - como si en verdad no supiera lo que me pasa -
Bella: no es eso papá [sonríe] es solo que estoy un poco cansada y tengo que viajar mañana temprano [bosteza] - a ver si así termina todo esto de una buena vez y me dejan en paz -
Alice: hija [sonríe] no te preocupes por eso [la abraza] nosotros ya arreglamos todo para que tú puedas viajar cómoda en la primera clase [sonríe] – otra vez quieren arreglar todo con dinero, no es que me moleste que me compren unos pasajes en primera clase, lo que si me disgusta es que ellos todo lo quieren solucionar con dinero -
Bella: gracias mamá [corresponde al abrazo] así prefiero ir a dormir un poco, esta celebración se prolongó demasiado [bosteza y se retira] - al fin podre irme-
|En Londres - Inglaterra|
De nuevo estábamos cenando todos en familia o mejor dicho discutiendo, no puedo creer que mis padres invirtieron el poco dinero que nos quedaba en la inscripción del instituto de artes escénicas y sin preguntarme.
Roberto: hijo ya deja esa cara, nosotros queremos lo mejor para ti, además tu nos habías dicho que tu sueño era estudiar en ese instituto [sonríe] - claro y de paso nos quedamos más pobres de lo que estamos-
Felipe: si papá pero eso no significa que ustedes tengan que quedarse sin nada por pagarlo, yo podía trabajar un tiempo y empezar a ahorrar dinero para poder entrar al instituto en algunos años – claro ahora este plan está igual de arruinado que nosotros-
Roberto: de ninguna manera Felipe, además primero están tus estudios [serio] - que terco es, no entiende que nos quedamos sin dinero-
Felipe: está bien papá, ahora me voy a descansar porque mañana tengo que mudarme a ese instituto y eso me llevará tiempo [serio y aburrido]
|De vuelta en Brasil|
El olor de panqueques recién horneados y café indica el inicio de un nuevo día, a juzgar por el olor proveniente de la cocina puedo adivinar que es mi padre quien cocina; me adentro al baño y tomo una buena ducha antes de tomar del armario una sudadera para estar cómoda durante el viaje que me espera; por último tomo mi bolsa y mi equipaje.
Bella: los voy a extrañar mucho [triste] - sí que me harán falta los bailes de papa con panqueques en la mano y mama gritando por toda la casa-
Helena: nosotros también hermanita, pero tienes que ir a cumplir tu sueño [sonríe] no olvides escribirme [la abraza] -como siempre preocupada por mí, a veces me pregunto qué haría si en verdad me pasara algo-
Alice: ya es hora de partir hija, cuando llegues llámanos por favor [triste] – esto si fue raro, pensé que estaría gritando por mí-
Bernard: adiós hija mía, te visitaremos muy pronto [sonríe] – mi papa no cambia, solo le faltó ponerse a llorar-
Después de varias horas de viaje y de hacer algunas escalas llegue sana y salva, ahora a buscar el instituto, pero no tengas miedo, deseaste esto por mucho tiempo así que se valiente.
|Mientras tanto en el Instituto de Artes Escénicas|
Felipe: adiós mamá, adiós papá los voy a extrañar cuando me den permiso de salir los iré a visitar [sonríe] - yo no debería estar aquí, pero la terquedad de mis padres es imposible-
Roberto: adiós hijo, nosotros te estaremos esperando para cuando puedas ir a visitarnos [sonríe] – solo espero que no sigan invirtiendo mal el dinero-
Lucia: hijo te voy a extrañar, por favor llámanos seguido [triste] - a ella sí que me duele dejarla sola-
Felipe: lo haré mamá no te preocupes [le da un beso]
Ahora solo tengo que buscar el cuarto número diez y aquí esta; eso sí que fue rápido y raro, aquí dice que me toca compartirlo con dos chicas, Bella Welton y Mia Kuts, pensé que me tocaría con puros hombres, en fin así es el mundo en estos días.
Felipe: buenos días, tú debes ser una de mis compañeras de cuarto [sonríe] me da gusto conocerte [descarga su equipaje]
Bella: hola, seguro tú debes ser Felipe, leí tu nombre en el papel de la entrada [sonríe amigablemente] – me gusta, un nuevo amigo para mi lista-
Felipe: hola, soy Felipe Castillo, un gusto en conocerte [sonríe amablemente] – no me puedo quejar es una chica hermosa, parece que mi corazón también se dio cuenta porque acaba de acelerar su ritmo-
Bella: un gusto, soy Bella Welton [sonríe] cualquier cosa que necesites no dudes en decírmelo –no puedo evitar ser amable -
Felipe: - entonces ahora los nombres hacen juego con la persona- tú no eres de acá verdad, tu acento es diferente pero lindo [sonríe nervioso] – me tengo que calmar definitivamente-
Bella: tienes razón, soy de Brasil pero mi sueño era estudiar en este instituto, menos mal mis papás no tuvieron problema en pagarme una escuela lejos de ellos [sonríe] – no es por nada pero pensé que mama se podría a gritar por todos lados-
Que bien, chica linda y con mucho dinero, eso explica que sus papas no tuvieran problemas para pagar la escuela, mejor me alejo antes de perder la dignidad con alguien que jamás se fijaría en un muerto de hambre como yo.
Bella: ¿qué pasó? ¿Porque te quedaste callado tan de repente? [Preocupada] – no sé porque creo que metí la pata-
Bella: perdón, es que estoy algo cansado [sonríe amablemente] – espero que no haya dado cuenta de nada-
Mia: hola a todo el mundo, llego la alegría de este cuarto soy Mia y desde ya pueden considerarme su amiga [sonríe emocionada] – vaya cuanta tensión existe en este lugar-
Bella: hola yo soy Bella y él es Felipe, de verdad que va a ser un placer compartir este cuarto contigo [sonríe] – me encanta esta chica, hace mucho no tenía una buena amiga-
En eso Felipe se quedó mirando como bobo a Bella pues su sonrisa lo tenía cautivado.
Bella: bueno los dejo, tengo que llamar a mi casa [sonríe mientras sale de la habitación] – no sé porque olvide llamar a mis padres-
Mia: deja de mirarla así o se va a dar cuenta que estás loco por ella [sonríe] – chicos, siempre tan tontos-
Felipé: ¿qué? jajaja de que hablas [nervioso] – bien, debo aprender a disimular mejor-
Mia: que deberías dejar de verla como perro de la calle y decirle que te gusta no lo crees [sonríe] – insisto los chicos son muy tontos-
Felipe: no me gusta o bueno si pero hace rato me di cuenta que ella tiene mucho dinero y es obvio que no se va a fijar en un muerto de hambre como yo [triste y desanimado] – a veces la verdad lastima no creen-
Mia: y porque no, el dinero no importa, lo que vale son los detalles, si te gusta no la dejes ir [sonríe amigablemente] – este ocupa el primer lugar en las olimpiadas de tontos-
Después de hablar con Mia, Felipe se quedó pensativo y se dio cuenta que ella tenía razón así que decidió conquistar a su amada y su corazón de una manera muy especial.
¿Qué pasará cuando Isabela se dé cuenta que es parte de una apuesta?, ¿será que lo podrá perdonar? y ¿será que el al final de todo esto Julio aceptará que está mas que enamorado de la linda chica a la que le destrozó el corazón?
Rena se acostó con Waylen una noche cuando estaba borracha. Y como ella necesitaba su ayuda mientras él se sentía atraído por su belleza juvenil, lo que se suponía que sería una aventura de una noche se convirtió en algo más. Todo iba bien hasta que Rena descubrió que el corazón de Waylen pertenecía a otra mujer. Cuando esa mujer regresó, dejó de volver a casa, dejándola sola por muchas noches. Finalmente, un día, la pobre chica recibió un cheque y unas palabras de despedida. Para sorpresa de Waylen, Rena solo sonrió y dijo: "Fue divertido mientras estuvimos juntos, Waylen. Pero espero que no nos volvamos a ver nunca más. Que tengas una buena vida". Sin embargo, por voluntad del destino, los dos se volvieron a encontrar. Al ver que Rena tenía a otro hombre a su lado, los ojos de Waylen ardieron de celos y gritó: "¿Cómo diablos lograste seguir adelante? ¡Pensé que solo me amabas a mí!". "¡Es pasado!", Rena se burló, "hay demasiados hombres en este mundo, Waylen. Además, tú fuiste quien pidió la ruptura. Ahora, si quieres salir conmigo, tendrás que hacer cola". Al día siguiente, Rena recibió un anillo de diamantes y un mensaje del banco de que alguien había transferido miles de millones a su cuenta. Waylen apareció, se arrodilló frente a ella y dijo: "¿Puedo saltarme la fila, Rena? Todavía te quiero".
Natalie creía que podía derretir el gélido corazón de Connor, pero estaba muy equivocada. Cuando por fin decidió marcharse, descubrió que estaba embarazada. Aun así, decidió abandonar la ciudad en silencio, lo que llevó a Connor a movilizar todos sus recursos y ampliar su negocio a escala mundial, todo en un intento por encontrarla. Pero no había rastro de su mujer. Connor se sumió poco a poco en la locura, poniendo la ciudad patas arriba y dejando el caos a su paso. Natalie apareció años más tarde, adinerada y poderosa, solo para encontrarse de nuevo enredada con ese hombre.
Lucero creía vivir el sueño de una heredera protegida por su marido, Julián Real, hasta que el silencio de la mansión se convirtió en el eco de una traición despiadada. Ella pensaba que su matrimonio era un refugio para salvar el legado de su padre, sin imaginar que dormía con el hombre que planeaba su ruina. De la noche a la mañana, el velo se rasgó: descubrió que Julián no solo esperaba un hijo con su amante, la estrella Serena Filo, sino que su unión fue una maniobra calculada para saquear la empresa familiar y dejarla en la calle. Su vida perfecta se desmoronó cuando se dio cuenta de que cada beso y cada promesa habían sido parte de una estafa corporativa. La caída fue brutal; Lucero pasó de ser la respetada esposa a una paria humillada, despojada de su hogar y acusada públicamente de extorsión. Mientras sufría el dolor de una quemadura física y el abandono de Julián ante las cámaras, la sociedad le dio la espalda, convirtiéndola en el blanco de una turba que pedía su cabeza. En medio de su desesperación, una pregunta comenzó a torturarla: ¿realmente sus padres murieron en un accidente o fue un asesinato orquestado por la familia Real? La aparición de un documento con una firma comprometedora sembró la duda sobre quién era el verdadero monstruo detrás de su tragedia. ¿Fue Damián, el gélido y poderoso hermano mayor de Julián, quien autorizó la caída de su familia, o es él la única pieza que no encaja en este rompecabezas de mentiras? La confusión se mezcló con una atracción peligrosa hacia el hombre que parece ser su único aliado y, al mismo tiempo, su mayor sospecha. Bajo la identidad secreta de "Iris", la compositora fantasma que mueve los hilos de la industria, Lucero decide dejar de huir para empezar a cazar. Una firma húmeda en un papel prohibido, un pacto oscuro con el enemigo de su enemigo y una melodía cargada de venganza marcarán el inicio de su contraataque. Esta vez, Lucero no será la víctima, sino el incendio que consumirá el imperio de los Real hasta que no queden ni las cenizas.
La frialdad de Alexander se reveló ante Florrie; incluso le pidió que comprara anticonceptivos de emergencia para otra mujer. Soportar el dolor se convirtió en su rutina, todo porque Alexander era un reemplazo de Alec, su amor perdido. Pero un día lo engañó para que firmara los papeles del divorcio y le dijo: "Nunca te amé". La devastación se aferró a él y su mirada se nubló por la preocupación. "No puedes irte. No firmaré". Entonces Alec regresó como heredero de un conglomerado. Ella buscó amor en su rostro y no encontró nada, hasta que se dio la vuelta. Él se derrumbó, y con lágrimas recorriendo por sus ojos, murmuró: "Lo siento. Te amo".
Después de dos años de matrimonio, Kristian soltó una bomba. "Ella ha vuelto. Vamos a divorciarnos. Dame un precio". Freya no discutió. Sonrió y expuso sus condiciones. "Quiero tu auto deportivo más caro". "Está bien". "La villa en las afueras". "Sin problema". "Y la mitad de los miles de millones que ganamos juntos". Kristian se quedó helado. "¿Qué dijiste?". Él pensaba que ella era una mujer común, pero en realidad Freya era la mente maestra detrás de su fortuna. Y ahora que se había ido, él haría cualquier cosa para recuperarla.
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