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Ana ya no recordaba lo que era dormir en una cama o estar bajo un techo que te cubra del sol o la lluvia. Los restos de basura eran su comida diaria, de allà también vestÃa. Como único podÃa sobrevivir era con la ayuda de algunos hombres que la visitaban algunas noches, en busca de placer. Todo lo que hacÃa era por su pequeño Tom, el niño que se habÃa encontrado abandonado en la basura. Siendo extrajera, sin familiares ni amigos, solo la promesa de un amor que luego se marchó dejándola tirada, no tenÃa cómo sobrevivir. Pero ella y Tom harÃan todo lo posible por mantenerse con vida, en este vil mundo que solo les habÃa traÃdo tristeza y desesperación.
HabÃa dormido exageradamente mal aquella noche, solo pensaba en la cirugÃa que tenÃa esa mañana, quizás estaba un poco nervioso, tal vez algo ansioso. Nada bueno para su trabajo. Pero la pobre mujer habÃa esperado meses para aquella cirugÃa y Jake querÃa que todo saliera bien, de eso dependÃa la vida de aquella mujer. Jake Matthew era un prestigioso cirujano de la parte este del paÃs, a su corta edad contaba con numerosas cirugÃas, tanto simples como complicadas, todas y cada una de ellas terminadas exitosamente. El mejor cirujano cardiovascular.
A sus treinta años, con su cabellera rizada que le llegaba hasta los hombros, con las numerosas pecas que tenÃa en el rostro y con la poca vida social que tenÃa, solo pensaba en una sola cosa, sus pacientes.
- Pare un momento, tengo que tomar aire. - Le dijo a su chofer, Dani. Salió del coche y se recostó a este mientras mirada el pequeño supermercado que tenÃa en frente. Aquella mañana habÃa un cielo de un hermoso azul. Era muy temprano de la mañana, caminó hacia la entrada del súper y tomó un periódico de la estanterÃa que quedaba frente a este.
- Son diez dólares. - Dijo, una suave voz desde detrás de la estanterÃa, quitó los trapos y los cartones que le cubrirÃan completa y se inclinó hacia adelante, dejándose ver la cara por Jake.
- Diez dólares, señor, cuesta el periódico. No vale devolverlo. Ya lo ha tomado.
- ¿No es algo caro? ¿Tan mal está el tema la inflación? - Aunque Jake no tenÃa idea de cuánto costaba un periódico, le parecÃa un poco exagerado el precio para unas cuantas paginas de noticias, cuando él tenÃa todo eso al alcance de las manos solo con entrar al buscador de su móvil. Sin embargo, habÃa sentido curiosidad por aquel periódico y por eso se habÃa acercado.
- No es por la inflación, aunque no se que tan mal va, es por mi trabajo y por el que hacen los repartidores. El papel es caro.
- El de los repartidores lo entiendo, ¿pero que haces tú ? - Señaló con su mano derecha a la chica que permanecÃa tirada en el suelo, llena de polvo y suciedad.
- Cuido de que no se lo roben, lo recibo cada mañana y lo mantengo ordenado para usted.
- ¿Dormida? ¿Haces tu trabajo dormida?
- No lo estaba, tenÃa frÃo y me habÃa tapado, eso es todo.
- ¿Vives aquÃ? - quiso saber, al ver que ella tenÃa algunos bolsos a su alrededor, tal vez su ropa o sus pertenencias.
- ¿A caso es policÃa? - la mujer sacó un poco más la cabeza inspeccionando a Jake, lo miró de arriba hacia abajo con mucho detenimiento. Aquel hombre no le pareció ningún policÃa. - No eres policÃa.
- ¿Como sabes que no? PodrÃa serlo.
- Ya te habrÃas ido con el periódico en las manos y sin pagar. Es lo que hacen.
Jake abrió el periódico y miró algunas páginas, fingiendo interés.
- Me lo llevo. - Metió la mano en el bolsillo del pantalón sacando su cartera. La mujer se puso de pie, se sacudió el polvo y luego caminó un poco más hacia el, cuando Jake abrió la cartera y ella observó que tenÃa dinero dentro, retrocedió un poco y luego tomó impulso y se abalanzó sobre el, tomando la cartera y saliendo corriendo. Jake la observó mientras huÃa, su sucia cabellera ondeaba en su espalda, sus pies descalzo pisaban con firmeza el suelo tras cada pisada. Tomó el periódico y caminó de vuelta al coche. La escena le pareció muy graciosa. En algún momento mientras conversaba con ella, habÃa sentido que ella harÃa eso, sin embargo permaneció allÃ, hasta que sucedió.
- ¿Nos vamos? - Preguntó Dani cuando este habÃa entrado al coche.
- Hoy es una mañana muy emocionante. - Miró el periódico que tenÃa en sus manos. - Me acaban de robar la cartera.
- ¿Quiere que vayamos a la policÃa? - Preguntó algo alarmado su chofer. - Podemos seguir al ladrón. ¿Por donde se ha ido?
- Era una ladrona. - miró su mano izquierda que sostenÃa el periódico y la derecha donde habÃa sentido el roce de la mano de la desconocida. - Dejémoslo asÃ, el periódico me ha salido por trescientos dólares, es el más caro que he comprado hasta la fecha. Sin mencionar el precio de mi cartera. Espero que contenga alguna información interesante.
Dani y él se echaron a reÃr.
- Supongo que es la primera vez que le roban. - ¡Lo es! Ha sido emocionante, por un segundo sentà el impulso de perseguirla, pero cuando la miré correr, solo pude quedarme parado observando.
- DebÃa de ser muy buena corredora.
- Si que lo era.
Cuando llegaron al hospital, todos recibieron a Jake de forma formal en la entrada. HabÃan algunas cadenas de televisión que querÃan grabarlo antes de empezar la cirugÃa, sus guardaespaldas les prohibieron el paso.
La señora Charles ya estaba lista.
- Buenos dÃas, doctor Matthew. ¿Ha descansado bien? - preguntó una de sus compañeras que le asistirÃa en la operación. SolÃa ser muy recurrente con él y ya se tenÃan un grado mÃnimo de confianza.
- Para nada, solo he pensando en este dÃa. Cuando todo haya terminado y la señora Charles se encuentre bien, entonces podré descansar. Hasta el momento solo quiero empezar y que las cosas salgan bien.
- Todo saldrá bien, siempre lo hace.
- ¿Te tomas esto como un juego?- intervino alguien desde detrás de ellos. - ¿Como es que no has descansado bien? De tu desempeño depende el resultado de esta cirugÃa.
- Buenos dÃas, director Tyler. - Siempre pasaba por alto el mal humor de aquel director, aquel dÃa no serÃa la excepción.
- ¿Por qué no has aceptado una breve entrevista con los periodistas ?
- ¿Cual es la necesidad de presumir? - Jake bajó el ritmo de sus pasos para hablarle mejor. Miró por la ventana la claridad que ya iba entrando de la mañana, serÃan casi las ocho.
- El caso de la señora Charles es uno complicado, ¡ningún otro doctor lo aceptó, más que tú! le dará más prestigio a nuestro hospital si se hace público.
- Entonces vaya y ofrezca usted esa breve rueda de prensa, no desperdiciaré ni un segundo de mi tiempo con ese tipo de persona, hasta luego.- Siguió caminando junto a su compañera hacia la sala de preparaciones, dejando atrás al director Tyler, quien lo miraba con el ceño fruncido.
- Usted es el único que puede hablarle de esa manera al director, si hubiese sido otro se habrÃa visto en la obligación de dar la rueda de prensa. - Te equivocas, cualquier otro doctor se podrÃa haber negado, no es parte de nuestro trabajo hablar con los periodistas a menos que asà lo decidamos. Y yo he decidido que no. - Sonrió sintiéndose victorioso. Abrió la puerta de la sala, se recogió los rizos en una coleta baja, se puso los lentes y entró a la siguiente sala de preparación. A través del cristal podÃa ver el cuerpo de la señora Charles ya anestesiado, esperando por el.
Irina Bykov tiene veinte años, desde los dieciocho años sabe que es un ser especial, que muchos temen, y otros desean, antes de saber lo que era, vivÃa muy feliz como la hija de la beta de la manada Krasnaya Luna, todos esperaban que ella fuera, la futura Luna, si la diosa asà lo decidÃa. Fue por eso por lo que la noche anterior a su dieciocho cumpleaños, toda la manada estaba felices, esperaba que el futuro de la manada estuviera asegurado. Pero nada fue como ellos esperaban, ya que la verdadera naturaleza de Irina salió a la luz, en forma de una loba diferente, la más atractiva de todas las lobas que existÃan, pero también la más peligrosa, y poderosa. Bella, que era como se llamaba la loba de Irina, era una Gamma. El tipo de lobo más raro, y deseable, para cualquier Alfa de una manada. Ese fue el miedo, que el Alfa de la manada Krasnaya Luna, y la expulso de la manada Asà que es por eso llevaba dos años pasando de mano en mano de cada Alfa. Ahora mismo se haya bajo el control de Malcon McDonald, el Alfa de la manada Green Mountains, que pretende hacerla su luna, para asà poder controlarla, Asà que mientras el castillo McDonald era saltado por varias manadas, la hermana maltratada del alfa la ayudó a escapar, para Pero en su huida, fue a caer en brazos de ese ser oscuro, del Alfa más poderoso, y peligroso de todos, el llamado Rey oscuro, Desmond Darkness, el Alfa del Clan de la manada más grande de todas, Blue Moon, que resultó ser su compañero elegido. provocado que entre ellos se iniciara una guerra sin cuartel, donde el Alfa la querÃa reclamar como suya, e Irina intentará luchar, incluso contra sus propios deseos y los de Bella, y en contra de esa atracción de mate, para poder alejarse de todos, y evitar asà que las guerras por ella continúen. ¿Quién de los dos conseguirá lo que desea? ¿Cuantos más morirán por intentar tenerla? ¿Podrá el rey oscuro protegerla, y hacerla suya al fin?
Tras ser expulsada de su casa, Harlee se enteró de que no era hija biológica de su familia. Se rumoreaba que su empobrecida familia biológica favorecÃa a los hijos varones y planeaba sacar provecho de su regreso. Inesperadamente, su verdadero padre era multimillonario, lo que la catapultó a una inmensa riqueza y la convirtió en el miembro más apreciado de la familia. Mientras esperaban su desgracia, Harlee poseÃa en secreto patentes de diseño valoradas en miles de millones. Por su brillantez, fue invitada como mentora a un grupo nacional de aviación, atrajo el interés de varios pretendientes adinerados y llamó la atención de un misterioso personaje, ascendiendo a la cima del mundo.
El marido de Vivianna se casó con ella por su herencia, y después de quitarle todo lo que tenÃa, la mandó a la cama de un acompañante y le tomó fotos. La amenazó con divorciarse con esas fotos y la obligó a salir de su casa sin un centavo. Dejó su paÃs de origen en desgracia. Cuatro años más tarde, regresó a casa como Jefa de Diseño de Joyas y tuvo un hijo de tres años. Su niño genio le dijo después de bajarse del avión: "¡Conseguiré que el hombre más rico del mundo sea mi papá y te respalde!" Ella lo tomó como una broma, pero dos dÃas después, su asistente le dijo que el hombre más poderoso del mundo se habÃa robado a su hijo y la invitó a cenar. Al encontrarse, ese hombre sostuvo a su hijito y le dijo dominantemente: "Es mi hijo!".
En opinión de todos, William se habÃa casado con Renee bajo la presión. Ahora que su verdadero amor habÃa vuelto embarazada, no podÃan esperar a que abandonara a Renee. Sorprendentemente, Renee fue sincera sobre la situación: "Para ser franca, soy yo la que pide el divorcio todos los dÃas. Lo deseo incluso más que cualquiera de ustedes". Pero ellos ignoraron su comentario como un mÃsero intento de salvar las apariencias. Hasta que William hizo una declaración: "El divorcio está fuera de discusión. Cualquiera que difunda falsos rumores se enfrentará a consecuencias legales". Renee estaba confundida. ¿Qué planeaba hacer ahora este loco?
Lucia Meller es mi vida, me enseño amar, me enseñó a adorarla, me mostró el mundo de forma diferente, le di todo lo que la vida me ofrecÃa, y se ha ido; se llevó mi vida, mi amor, dejándome el corazón y el alma hecha pedazos. Ahora me duele respirar, me duele amar, me duele la vida. La quiero, jamás podré volver amar a alguien como la ame a ella; la quiero de vuelta, la quiero conmigo, a mi lado donde pertenece; pero por más que la busco no la encuentro, es como si la vida me la hubiera arrebatado y eso me duele, ella me enseñó que se puede matar a un hombre, aunque se conserve la vida, sin embargo, me canse, no puedo llorar por alguien que no me quiere amar y aunque duele, hoy después de casi dos años le digo adiós a mi sirena; después de todo soy Gabriel Ziegermman. Un año desde que me aparte de Gabriel y mi vida dio un giro de ciento ochenta grados, amar a ese hombre es lo mejor que me ha pasado en la vida, a él le debo el hecho que hoy esté viva y tener a mi lado a mi mayor tesoro, él me enseñó que lo que se desea con el alma se obtiene, pero también me enseñó que amar duele, que su amor duele, a él le debo el dolor más grande, porque dejo de amarme, no fui suficiente para él, me enseñó que su madre, su exnovia y su destino no están conmigo, y aun asà lo quiero de vuelta, sé que sus prioridades cambiaron; yo solo pedÃa una verdad sin embargo él prefirió engañarme y dejarme.Lo quiero olvidar y lo quiero conmigo, aunque no se lo merezca, pero como hago si amar ese hombre es mi arte. Ahora estoy de vuelta y lo único que quiero es tenerlo a kilómetros de distancia, porque me enseñó que yo también tengo derecho a cambiar mis prioridades. Novela registrada N ISBN 978-958-49-7259-0 Está prohibida su adaptación o distribución sin autorización de su autor. Todos los derechos reservados all rights reserved
Belinda pensó que, tras el divorcio, separarÃan sus caminos para siempre: él podrÃa vivir su vida como quiera, mientras ella podrÃa dedicarse a disfrutar el resto de la suya. Sin embargo, el destino tenÃa otros planes. "Cariño mÃo, estaba equivocado. ¿PodrÃas volver conmigo?". El hombre arrogante, al que una vez ella amó profundamente, bajó humildemente la cabeza. "Te ruego". Belinda apartó con frialdad el ramo de flores que él le habÃa regalado y respondió frÃamente: "Es demasiado tarde".