El legado prevalecerá y dominará, con el la guerra vendra. El compromiso del príncipe Robb con la princesa de la nación vecina esta por realizarse, las naciones festejan, los pobladores hacen fiestas, los reyes celebran el tratado de paz. El príncipe de Thiwarll, obstinado y frío, es coronado como rey, su gobierno, comienza a tomar fuerza, dejando a Stontalin como una nación sin poder, quitándole todo el poderío, Thiwarll cegado por el poder, riquezas, tierras, comienza una guerra. Guerra, significa muerte, destrucción, miedo. Annie, solo busca lograr que su madre y hermana menor estén bien, que no falte nada. El compromiso de los príncipes abre las puertas de su seguridad y el de su sufrimiento, la guerra abre la puerta de amar, llorar, y sobre todo sufrir. ¿No darías todo por quienes amas? El amor es un sentimiento tan grande que nos ciega, es una daga que nos apuñala el corazón, pero da la mejor versión de nosotros, quitando ese caparazón de hielo que alguna vez tuvimos.
Annie.
Es totalmente frustrante vivir en una sociedad dónde se estigmatiza a las mujeres, el largo de su vestido, lo corto de este, si es ajustado o no, si es bajita o alta, rellenita o demasiado delgada, si es rubia o pelinegra, morena o blanca. La sociedad está cegada por el hecho de ver al hombre como el jerarca, el que todo lo puede, el fuerte.
Se crucifica a la mujer si ven dando un beso a un hombre ya qué opinan que está perdió la inocencia, la honradez, algo totalmente estúpido, ya que en los burdeles los hombres se besan con unas y otras y a estos no se les dice nada, vivimos en un mundo totalmente absurdo.
Las jerarquías sociales son lo peor estereotipando su poder, el tener todo, los duques, vizcondes, barones, puedo rescatar el hecho que los reyes sean exigentes con su gobierno, pidiendo producción, alimentando el poder de nuestra nación, el príncipe dando la mejor de sí, ahora que este esta comprometido con la princesa de la nación vecina, hace que el enfrentamiento que se ha tenido por cien años, cese, dando fin a la intranquilidad del poblado.
En cambio, la princesa no tiene una muy buena reputación, ya que, en el periódico de noticias de Lady Edwards, con los encabezados total desfavorecedoras, ya que se conoce como una princesa busca problema, prepotente, grosera y soberbia, pero esto lo omitimos, ya que solo tomamos el hecho que con ella traerá la paz, dejando ese enfrentamiento que hizo que perdiéramos mucho, como dinero y familia.
-Annie, andando-dice mi madre.
-Un momento madre.
«Odia que le diga madre»
-Cariño, es tarde, tenemos que ir al campo a la cosecha, los reyes tendrán un festín y hoy vendrán al pueblo, para escoger la mejor cosecha.
-Madre...
-Hija, esto nos puede ayudar, tenemos los impuestos del rey y las deudas en el banco de hierro.
»Si no logramos vender nada esta semana, tendremos que poner en venta el campo para pagar la deuda, sumando que tendremos que dejar la casa ya que los impuestos son excesivos, buscaríamos vivienda en uno de los tantos refugios de Thiwarll dejando de lado nuestra vida en Stontalin, tu padre nos dejo con deudas, todo por comprar un campo de cosecha que es difícil de mantener.
-Puedo dejar de tomar las tutorías, ir al mercado a vender la cosecha, incluso tratar de hablar con los duques para que compren algo de nosotros, incluso Lucrecia después de sus tutorías podría ir conmigo, llevar a un infante aumenta las ventas, madre, no podemos perderla esta casa es lo único que tenemos y queda de él.
-Lo sé.
-Analí, ¿no podrá brindar ayuda?
Analí mi hermana mayor, se casó exactamente hace siete años, con un caballero de la guardia real del rey, el cual ahora es sub caballero líder de la guardia. Analí una vez casada dejó a la familia de un lado concentrándose en su nueva vida de noble, siete años sin saber de ella, solo una carta el día que padre murió que decía:
Sentimos mucho su perdida familia Lewistter, esperemos que tengan pronta resignación, hacemos llegar un ramo de jazmines que la señora y Lady Analí de Montgomery considera apto para ceremonia tan sencilla.
Atte: Fam. Montgomery.
-¿Tu Hermana? Primero se corta un dedo antes de venir a vernos, desde que se caso con el caballero de la guardia real, desparecimos de su vida, ella tiene una familia nueva, tiene una reputación, el venir y vernos, la dejaría en mal, eso lo dejó en claro el día que se casó y no dejó que tu padre la llevara al altar, siete años de ese matrimonio-su voz comienza a cortarse y sus ojos se empañan. Mira hacia arriba y respira, Analí perdió lo más bello que nos toca como hijos, a nuestra madre.
-Mamá...
-Soy abuela y ella no me dio la oportunidad de conocerlo, ¿sabes como se siente mi corazón respecto a eso?
-Mamá, tranquila, lo siento por tocar ese tema.
-Mi corazón se siente destrozado, humillado y pisoteado-Suspira y toma aire- que un hijo te desprecie es el peor de los hechos que puede pasarte como madre, que tenga odio, vergüenza y rencor, es algo que duele, por eso Annie, no quiero perderte, quiero vender esa cosecha, mi corazón no soportará verte sufrir por no darte lo que mereces y quieres, y no se diga a Lucrecia, esa niña que es nuestra luz.
Lucrecia, mi hermana menor solo tiene trece años y es un tanto extrovertida, no se diga inteligente y pelea por el derecho a usar pantalón ya que opina que no solo los hombres pueden usarlo ya que, si es en ese caso, pues ello también tiene que usar vestido ya que ambos sexos tenemos dos piernas que lucirían bien en pantalón o vestido. Filosofía de Lucrecia un tanto descabellada como acertada.
-Alto, lo poco que nos das está bien, lo que consigues y traes me llena de orgullo, ya que no te rindes, buscas por debajo de rocas el encontrar algo y ponerlo en mesa, así que, si terminamos en la calle mendigando, será juntas, porque pase lo que pase nunca te dejaré y mucho menos a lucrecia.
-Te amo cariño-dice con lágrimas en los ojos mientras me abraza.
-Te amo, mamá.
-Andando que esa cosecha no se cosechará sola.
-Andando mujer-río mientras tomo el canasto dirigiéndome a la salida. Todo saldrá bien, esta cosecha tendrá buenos frutos y retoños que traerá cosas positivas, lo intuyo.
Un equipo posee habilidades, cualidades, conocimientos, retos y destrezas. El FBI alemán se considera el mejor en su rama, cada uno de sus casos intactos, pero también se conoce como el más frio, crudo y cruel para el que caiga en sus manos. Las mafias rezan, los capos huyen y los agentes gritan para ser seleccionados. Anya Meyer agente especial del FBI perfiladora conductual, estratega y agente de campo, llega Alemania, los hombres la desean, las mujeres la repudian y su familia le aplaude. No todo es tranquilidad, encontrará secretos, peligro y el mejor orgasmo de su vida.
SOY LA PERVERSIÓN DEL JEFE *PARTE 2* Él creía que ella siempre estaría a sus pies, que toleraría su crueldad con tal de no perder lo que tenían. Después de todo, estaba seguro de que nadie podría darle lo que conseguía con él. Sin embargo, ella se cansó y aquella noche desapareció de su vida. Sebastián no imaginó que aquella inexperta en el sexo podría ser capaz de mover el mundo bajo sus pies y, aunque hizo de todo por negar sus sentimientos y destruirla por completo, terminó siendo quien se arrodillara ante ella y suplique el perdón, pero para cuando él la localizó, ya había alguien que tenía puesto sus ojos en ella. Ariana estaba dispuesta a ponerle fin al capítulo más doloroso de su vida. Y es que su enfermiza obsesión por el Licenciado Vega terminó con sus sueños de ser una gran abogada y con una amistad de años. O era así como ella consideraba la relación que tenía con Ana, porque tan pronto abandonó la ciudad, ninguna de las dos se interesó en saber de la otra. Un año había pasado y en ese tiempo sus vidas habían dado un giro de 180°. Por un lado, él no había perdido sus manías y ya tenía a otra mujer que cumplía a la perfección con sus exigencias. Por el otro estaba ella, que llevaba meses en una relación con un hombre casado que, además de ser un excelente amante, era su jefe. Cuando Ariana debe regresar a Buenos Aires, se entera de que Sebastián tiene una favorita y descubre que no es otra que Ana, su ex mejor amiga. El resentimiento resurge y lejos de escapar por segunda vez, decide hacer hasta lo imposible para cobrarse lo que le hicieron, aunque eso signifique introducirse en ese mundo perverso del que se juró, no regresar jamás. ¿Será capaz de destruir la vida de las dos personas que más ama o dejará que una vez más Sebastián la manipule y la arrodille a sus pies? Una traición, muchas mentiras y un deseo de venganza que crece.
Traicionada por su pareja y su hermanastra en la víspera de su boda, Makenna fue entregada a los despiadados príncipes licántropos como amante, pero su propio padre ignoró su difícil situación. Decidida, ella intentó escapar y buscar venganza, pero, sin darse cuenta, captó el interés de los tres príncipes licántropos, que la deseaban en exclusiva entre muchas admiradoras. Esto complicó sus planes, atrapándola y convirtiéndola en rival de la futura reina licántropa. Enredada en deseo y celos, ¿podría Makenna lograr su venganza en el intrincado baile con los tres príncipes?
Katie se vio obligada a casarse con Dillan, un conocido rufián. Su hermana menor se burló de ella: "No eres más que una hija adoptiva. Deberías sentirte afortunada por casarte con él". Todo el mundo preveía las tribulaciones posibles de Katie, pero su vida matrimonial se desarrolló con inesperada serenidad. Todos sus enemigos quedaron destruidos y ella incluso consiguió una lujosa mansión en una rifa. Katie saltó a los brazos de Dillan, acreditándolo como su amuleto de la suerte. "No, Katie, eres tú quien me trae toda esta suerte", replicó Dillan. Sin embargo, un fatídico día, la amiga de infancia de Dillan se le acercó y le dijo: "No eres digna de él. Toma estos 50 millones y déjalo". Katie conoció por fin la verdadera identidad de Dillan: el hombre más rico del planeta. Por eso, esa noche, temblando de miedo, ella abordó el tema del divorcio con Dillan. Pero, inesperadamente, el hombre la abrazó con fuerza y le dijo: "Te daría todo lo que tengo, excepto el divorcio".
Tras una noche apasionada, Verena dejó algo de dinero y quiso marcharse, pero fue retenida por su acompañante: "¿No te toca a ti hacerme feliz?". Verena, siempre disfrazada de fea, se acostó con el tío de su prometido, Darren, para escapar de su compromiso con su infiel prometido. Darren gozaba de respeto y admiración, todos creía que era frío y temible. Corría el rumor de que lo habían visto besando a una dama contra la pared, pero muchos no lo creyeron. Después de todo, ¿quién podría conquistar el corazón de Darren? Entonces, sorprendentemente, Darren fue sorprendido agachándose para ayudar a Verena con sus zapatos, ¡todo para conseguir un beso de ella!
Él, con una actitud arrogante que cree que ha nacido para que complazcan todas sus exigencias. Que no le importa pisotear la dignidad de ninguna otra persona con tal de obtener lo que desea y pretende que lo traten como un Dios, se encuentra con la horma de su zapato. Ella, estudiante de abogacía y que odia a los hombres con una personalidad como la de él, tiene la mala suerte de caer en su estudio para realizar sus pasantías y desde el primer minuto se odiaron. Pero dicen que del odio al amor hay un solo paso y estos dos, dieron mucho más que uno. Ana, sin saberlo, se convertirá en su objeto de deseo y se verá envuelta en su apariencia depredadora que logrará obnubilarla y poner a disposición su voluntad logrando arrodillarse a sus pies. “Deseo, pido y obtengo” una frase que define a este hombre.
Después de haber sido obligada a casarse con un hombre que aborrece, del cual escapa, con la ayuda de su abuelo. Tiene una loca experiencia de una noche con un desconocido que le dejará un bello e inesperado regalo. Lo cual hará que se vea obligada a crecer y mirar la vida de otro modo. Es contratada como asistente del apuesto CEO, que le pide el favor de que lo ayude por la falta de memoria que padece debido a un aparatoso accidente que tuvo, que lo dejó en coma un año y sin memoria de su vida al despertar. Sus vidas se verán envueltas de una manera que ninguno de los dos podía imaginar cuando se embarcaron en un Matrimonio por contrato.