Romualdo un niño maltratado por su madre y los amantes de la misma, se marcha a la calle la cual se convierte en su casa. En medio de tantos sinsabores, el niño crece a la vez que se convierte en un temible delincuente. Las sustancias psicotrópicas y estupefacientes lo hacen incapaz de exteriorizar algún sentimiento. Se convierte en un feroz delincuente, cuyo placer lo obtiene violentando a víctimas vulnerables, para luego liquidarlas y beber su sangre. A la par, un rico empresario lleva una vida opacada por una terrible enfermedad cardíaca. Su muerte es inevitable si no obtiene un corazón sano para ser trasplantado, en lugar de su delicado órgano. Romualdo se suicida y su corazón le es trasplantado a Gabriel, hombre probo y de sólidos principios religiosos. En virtud de que parte de Romualdo (su corazón) continúa con vida, sintiendo y exteriorizando nobles sentimientos, el diablo rechaza al espíritu de Romualdo y le exige que haga que su antiguo corazón se convierta en lo que era antes. Se da inicio así a una férrea persecución de Romualdo contra Gabriel, a quien quiere hacer caer en pecado, cometiendo hechos fuera de la probidad del mismo. No logrando su cometido, el vil espectro se posesiona del cuerpo de un menesteroso e intenta que Gabriel asesine a su propia esposa. En aquella lucha, es asesinado Gabriel haciendo que aquel corazón no cayera en pecado. El fantasma de Romualdo es rechazado definitivamente por el diablo, quedando perdido en un sitio inespecífico. Con el paso del tiempo el espíritu malévolo regresa para vengarse del rey de las tinieblas y tras lograrlo se apodera del mundo entero como una especie de monarca universal. Acaba con la mayor parte de la población mundial con el fin de crear una raza superior que se rinda a sus pies para eternizar su reinado. Gabriel renace en un cuerpo femenino y es nombrado por la divinidad, la salvadora de la raza humana. Finalmente las fuerzas aliadas de Dios, al mando de Ayla, la salvadora, derrotan a Huzbel, nuevo nombre del espíritu maligno. Se logra de ese modo el triunfo del bien sobre el mal.
Tenía diez años cuando aquella noche, como tantas otras, sentí el estrepitoso rugir de mis tripas que me gritaban con su gañote habitual, que el hambre era atroz. Pero, sin tener ninguna otra alternativa, no les hice el menor caso; puesto que ya era eso una rutina, sentir hambre a toda hora y además, no había otra cosa que hacer más que sobrellevarla. De verdad que no sabría hasta cuando soportaría todo aquello que a mi tierna edad, tanto daño me hacía. Pero eso no era lo que más me inquietaba.
Lo que desparramaba el pánico en mí, en mi escondrijo acostumbrado de la casucha en la que me acurrucaba esperando que ellos llegaran; eran las espeluznantes figuras de mis pesadillas. Lo extraño era que se trataban de unas pesadillas reales.
Sabía cuándo habrían de llegar, porque desde mucho antes de que sonara como un demonio aquella puerta, se escuchaba el jolgorio que ambos traían consigo y que exteriorizaban con horrendos cantos y ridículas risotadas. Al rato, una patada de intensidad avasallante abría la portezuela de hojalata rancia, dejando entrar el frío de la noche, contagiado de aquella pestilencia etílica y de unos dolorosos pasos vacilantes con él. Tras varios andares trastabillantes, penetraba también errante la podredumbre que colmaba aquel arrabal donde reinaba tanto la pobreza, que muchos tenían que cobijarse en las drogas y los licores traslúcidos tratando de soportarla. Cosa que resultaba una verdadera utopía.
Me acurrucaba más en mi rincón tratando de pasar desapercibido, como en efecto creía que sucedía. Estaban allí ellos, los podía mirar gracias a una escuálida luz que penetraba al quedar la puerta abierta por completo. Mi madre, aunque no llegaba a los treinta y cinco años, ya era una piltrafa desarraigada por completo de su otrora belleza pueril, y aquel sujeto al que yo nunca había visto de los tantos que a diario ella llevaba a la casa, se visualizaba no muy viejo, aunque sí, todo un gatillo alegre de barrio y de vulgar banda. El adefesio ese la manoseaba sin ningún vestigio de placer visible y ella, se dejaba tentar, como si aquellas ramplonas manos no la estuviesen tocando; aunque las mismas no dejaban de hurgar aquella marchita anatomía, ni un instante y ningún centímetro. Mientras se tocaban mutuamente, sus bocas se unían y las lenguas comenzaban una danza espeluznante entre ellas, provocando un babeo tan intenso, que se les mojaban los pescuezos con aquella cosa asquerosa que salía de ellos, mientras se besaban hasta quedar casi que sin aliento. Minutos después de aquella asquerosa caricia fugaz, hacían aquello.
Se revolcaban como animales en celo, provocando el estruendo de los resortes vencidos de aquel colchón alcahuete, mientras yo miraba hacia otro rincón de la casucha; ya que un atisbo de moral me impedía ver lo que ella hacía, puesto que al fin y al cabo era mi madre y, aunque yo era apenas un muchachito, sabía que esa barbaridad tenía que hacerse en privado. Y aquellos inmorales locos lo hacían ante un niño y lo más duro, era que ese niño era yo, hijo de aquella desequilibrada mujer. Solo se escuchaban unos quejidos ridículos, como que si de dos animales agonizantes se tratara. Mientras aquella detestable bulla invadía la casa y la escandalosa puerta no paraba de darse trastazos al abrirse y cerrarse debido a la enorme brisa, mi furia prematura no dejaba de crecer. La mezcla de toda aquella porquería que estaba presenciando, hacía que sintiera el hambre aún más endemoniada. Sentí profundo temor de que se escuchara aquel estruendo que producían mis vísceras exigiendo alimentos, ya que me resultaba imposible evitarlo por más que me aprisionaba la panza con aquel trapo andrajoso que encontré a mi entero alcance en aquel rincón. Si aquel mamarracho escuchaba mis tripas, era capaz de querer meterse conmigo.
Me quedé más inmóvil aún de lo que ya estaba. Ella sabía que yo estaba allí, pero no denotaba a ciencia cierta en que rincón me encontraba, ya que de puro miedo, nunca me escudaba en el mismo escondrijo todas las noches. Me percibía ella en la distancia, puesto que alcanzaba a escuchar mi jadeo desesperado e invadido de pavor, como lo hubiese estado cualquier niño cuya madre en lugar de darle amor hacía aquello. También ella, literalmente, miraba una sombra que adivinaba por algún sonido, por más mínimo que fuese. Ese sonido estaba presente a diario como un fantasma, eran mis tripas hambrientas y esa sombra no era nadie más que yo. Además no tenía ninguna duda de que era yo, ya que mi miedo a la noche resultaba congénito a todas luces y nunca salía más allá del día a jugar o a hacer lo que fuere. Me ignoró por completo, puesto que al igual que ella, nadie se daría cuenta de mi presencia, puesto que para ella y para quien resultara su compañía fortuita; yo era como un objeto dejado en un rincón, sin vida y sin importancia alguna.
Muchas cosas han cambiado en este tiempo que se ha vivido en absoluta paz y tranquilidad. De aquella época de encarnizada y atroz guerra, solo queda el amargo recuerdo del que nadie desea hablar. No imaginan que algo acontecido hace mucho tiempo, cambiará drásticamente la vida de todos; transformando la apacible vida que llevan en la peor de las pesadillas. Por lo que, legionarios y sumerios, tendrán que aliarse nuevamente, con la diferencia de que esta vez tendrán que luchar por su supervivencia. Los reyes de Sumer engendraron a una hermosa princesa, la cual, al igual que otra desconocida guerrera, lleva sangre celeste. Para las dos hermosas pero temibles guerreras, las reglas del género no existen (en la que la mujer es siempre a la que se debe proteger), puesto que sus manos son poderosas e implacables. Sin embargo, al conocer el amor, descubren que también pueden ser tiernas y llenas de amor... Ambas de belleza y actitudes contrastantes, serán determinantes para el curso de los acontecimientos. Al norte, Heracles y sus legionarios han sido advertidos sobre la presencia de extranjeros, los cuales han estado recolectando esclavos y realizando todo tipo de abusos contra los habitantes griegos; por lo que han decidido intervenir. No sospechan la increíble e inesperada sorpresa, que esta aventura les tiene reservada...
El mundo ya nunca más será el mismo desde que aparecieron estos seres. La tiranía debe terminar. Por ello...¡La guerra será más encarnizada y brutal! Atrás ha quedado el que antes fuera aquel "mágico Edén". Hoy... es desolación, donde solo queda el nostálgico recuerdo y ese terrible olor a muerte que aún persiste. Los seres humanos han experimentado en carne propia lo que es enfrentarse a aquellos seres de naturaleza celestial, los cuales han marchado hacia tierras griegas, donde tratarán de continuar sus abusos contra los habitantes de aquellas pacíficas regiones. No obstante, los inocentes griegos no se encuentran del todo desprotegidos, porque los poderosos cazadores van tras los pasos del tirano y sus huestes. La obstinada persecución por dar con los causantes de aquellos infames hechos no tiene fin, puesto que no descansarán hasta eliminarlos a todos o en su defecto, morir en el intento. La juventud e inexperiencia deberán ser compensadas con el temple y el valor que llevan en sus genes, puesto que ante este rival... ¡Retroceder no es una opción! No imaginan que, en medio de todo este conflicto, también les esperan el amor y la inevitable pasión que en el pasado enloqueció a sus padres. En la solitaria isla griega, la extraordinaria y hermosa guerrera continúa a la espera de sus legionarios para unirse en la persecución. La desazón la ha invadido. Ha transcurrido mucho tiempo desde aquel día en que sus compañeros marcharon, dejándola con su pequeño. La soledad y la angustia la están oprimiendo, a tal punto que debe tomar una decisión y debe ser "ya..." No imagina que muy pronto todo su mundo cambiará por completo. La soledad y la tediosa tranquilidad que ahora la agobia, será totalmente transformada, por lo que deberá estar preparada para luchar por su vida, por su hijo y..., también por el amor de su vida... Alfenón mantiene vivo el recuerdo de aquel amor imposible. Todos los días durante más de cinco años, siempre la recordó. También imagina con nostalgia a ese hijo que nunca llegó a conocer. Daría todo su reino por ver a su hijo y a ella, puesto que jamás dejó de amarla. No sospecha que muy pronto el destino le dará la oportunidad de poner a prueba todo lo que es capaz de entregar por ellos...
Casi un millar de seres celestes con poderes sobrenaturales se han levantado contra el Supremo. Han llegado con la intención de destruir el "mágico jardín". Los guardianes del Edén tratarán de impedirlo a costa de lo que sea. En medio de todo este conflicto se ven envueltos Alfenón, Almea y los líderes celestes. La sorprendente Gera demuestra que su impresionante belleza no es su única virtud; sino también, su extraordinaria habilidad para el combate y la nobleza de su corazón. En medio de esta historia llena de luchas y confabulaciones, los seres celestes y los humanos llegan a conocer la pasión y el amor desde otra perspectiva... Desde muy niño, cuando vi mi primera película de este género, me he preguntado cómo y dónde surgieron las fascinantes leyendas mitológicas. Estaba seguro de que debió existir un origen, un hecho transcendental, para que dichas historias se acrecentaran y se difundieran a través de los siglos convirtiéndose en fascinantes fábulas. Ahora surge esta inusual novela la cual se sale de los parámetros convencionales. Para relatarnos aquellos acontecimientos desde una perspectiva más real, aunque no menos deslumbrante y fantástica. No encontrará nada que le sugiera cambiar, de dogma o doctrina religiosa ni nada por el estilo. Al contrario, a través de esta fascinante historia, comprenderá que muchas de las teorías ya sean religiosas, mitológicas y/o históricas, tienen un fundamento auténtico inicial en la cual concuerdan todas. Estoy seguro de que al leer estas páginas obtendrá las respuestas a sus muchas dudas y teorías, que quizás hasta hoy solo le han parecido grandes fábulas.
La omisión deliberada a las sabias palabras de un anciano, llevó a Irene, una joven pueblerina muy hermosa, decidida y poseedora de un espíritu aventurero y rebelde, tras un disgusto trivial con su hermana Luisa y su amiga Alejandra; a perderse en una selva semi – inhóspita ubicada en las afueras del pueblo "Pozo Azul", sitio paradisíaco hasta donde había viajado a pasar unos días de sano esparcimiento. En medio de la jungla vivió algunas leves vicisitudes y se sumergió en sueños reveladores que la mantuvieron en vilo durante tres días, cuando fue rescatada. Tras un castigo aleccionador impuesto por su madre, Irene sintió truncada su determinación obstinada de conquistar a Diego, su amor idílico, a quien ama en secreto desde hacía cierto tiempo. No se detiene ante nada ni nadie y logra su cometido que creía una quimera, hacerse novia de su gran amor. Luego de cierto tiempo, comprueba que el chico de sus sueños es un ser de carácter débil, inseguro y manipulable por su madre y su hermana, quienes hacen hasta lo inimaginable por romper una relación que, desde sus mezquinos puntos de vistas, no le conviene a su hijo; lo cual ocurre, tras la cobardía de un hombre que no supo valorar el amor verdadero. Tras aquel estrepitoso fracaso Irene no dejó de creer, como la romántica congénita y soñadora que era, en el amor y decidió fluir en una nueva etapa, conocer gente nueva; comenzó a aceptar citas y a salir con chicos. Fueron varios los intentos de encontrar el amor ideal, hasta que finalmente, en un momento fortuito conoció a Cristóbal, sintiéndose flechada desde ese instante por Cupido y, tal como era su personalidad perseverante, decidió conquistar a quien desde ese momento que pasaría a la historia, consideró finalmente su verdadero amor. Logró su cometido Irene, en complicidad con su mejor amiga, Lenny. Fue un amor como pocos, el cual se vislumbraba inmortal, perpetuo. Tras la trágica muerte de Lenny, Irene cae en una profunda depresión, siente que nada ni nadie le importa y que ella no le importa a nadie. Quedó sumergida en el vacío que propician los trastornos depresivos, perdió la noción del tiempo y de los sentimientos. Dejó de sentir y de soñar Irene, se alejó de todo, hasta de su gran amor a quien apartó de su lado de manera inconsciente, atrapada en el fango de la monumental incertidumbre sufrida. Cristóbal decide alejarse y dar por finalizado aquel idílico enlace que se presagiaba rumbo al altar. Ni la ciencia logró sacarla a flote del lodazal donde quedó sumergida por el duelo. No fue sino hasta que apareció su alter ego, quien le hizo ver la realidad de la vida; pero en ese entonces sintió que ya lo había perdido todo, es especial, a su gran amor. Irene finalmente se reencontró consigo misma y el perdón y el deseo de luchar por un sueño, pudo sacar a flote un amor que nunca dejó de existir. El amor pudo superarlo completamente todo. Cuando pensó que todo era feliz, ocurrió un extraño fenómeno. Aquel alter ego se apoderó de su alma por completo y la trasladó hacia otro cuerpo, en otra época y en otro amor.
Rodrigo descubrió algo sorprendente, lo que siempre había soñado y que nunca creyó que existiese. Era ya casi de noche, cuando se asomó a la ventana que daba a la calle y, sin tiempo a pensar siquiera, miró a la mujer más bella del mundo. Aquel ser maravilloso poseía un cuerpo perfecto, que parecía sacado de algún cuento de fantasía divina. Era casi irreal a no ser porque estaba allí, presa fácil de su glotona mirada. Rodrigo acarició con su mirada a ese monumento, a la belleza que se movía con gracia, haciendo unos ademanes transfundidos de coquetería, mientras emitía una suave voz que llegaba presurosa a sus oídos. Fue testigo fiel de aquel episodio colmado de amor, la noche de encantos que había descubierto en una primera mirada, a la armonía del amor que nace, al renacer de la esperanza, a la maravilla de sentirse vivo. El frío abrazó a Rodrigo, quien se durmió de inmediato colmado de la satisfacción que a él llegaba y que tenía cuerpo de mujer. Algo similar le sucedía a Zoraida, ella irremediablemente también se sentía atraída por aquel joven elegante y bien parecido, amén de preparado profesionalmente. Se trastornaba hasta con el pensamiento, ya que bien sabía que no era amor lo que sentía. Le gustaba mucho y, a no ser por un importante detalle, se diría que estaba enamorada de él. Era un detalle sagrado, era un detalle dantesco para Rodrigo y hasta ese momento también para ella; su corazón, su alma y su amor pertenecían a Roberto, a su novio; al hombre a quien amaba con el amor inocente de sus dieciocho años. Con un amor divino, delicioso y perseverante que producía el encanto de mirar hacia el futuro, donde una familia prometía el calor de un hogar en brazos del matrimonio. Rodrigo sabía que ese amor no era suyo, decidió abandonarlo todo. No sería capaz de tomar nada que no fuese suyo. Sentía que ese amor que creyó tener enteramente para él, no era suyo. Era hora de decidir, por lo que, arropado en un gran sacrificio de amor, dos días después de aquella plática consigo mismo, sin despedirse, se marchó de Buenaventura para nunca más volver. Un gran amor merece ese tipo de sacrificio, el sacrificio del amor. Después de aquel sacrificio, el amor le jugó una jugarreta a Rodrigo, tal vez por no haber sido capaz de luchar por él. El sentimiento más noble de todos le jugó una broma macabra. Lo atrapó en las redes del tiempo eterno en una especie de máquina de viaje hacia el pasado. En ella, lo envió a tres épocas distintas, donde el amor era sentido de formas inimaginables, para que de esa forma tan peculiar, contemplara en primera fila, como se entrega hasta la vida misma por el amor de una mujer.
Sinopsis: Amor inmortal ¿Recuerdas tus vidas pasadas? Lía y su familia viven momentos tormentosos. Su padre se ha encargado de hacerlos sufrir durante años, torturando y masacrándolos sin piedad alguna. Alexander D'Angelis aparece en sus vidas sin ningún tipo de intención en particular, él solo quiere vivir y disfrutar. Con su llegada a México jamás creyó enamorarse, pero Lía se apareció en su camino y le mostró otra parte de la vida que él pensaba, era solo una fantasía. Enamorarse de una chica tan hermosa como Lía era un sueño hecho realidad, pero las consecuencias serían lamentables, llevándolo a experimentar el trauma más deplorable de su existencia; obligándolo a huir del país que tanto anhelaba conocer. Sin fuerza, lastimado, humillado y con mucho rencor, se alejó de aquella mujer que él creía sería su primer amor, pero, al contrario, fue su peor error. Pasados algunos años el destino hizo de las suyas, haciendo una maravillosa jugada... Uniendo los caminos de dos personas, en esa ocasión no era Alexander, sino uno de sus "hermanos": Enrique, quien inevitablemente cayó rendido ante los encantos de Lía, y ella de forma forzada fue directo a los brazos de él, sin imaginar lo que la vida estaba por ofrecerle. Alexander, Enrique, Lukas, Selene y Valeri, cinco "hermanos" fuera de lo común, que no pueden dejar de meterse en problemas, llegaron a la vida de Lía y su pequeño hermano, Julián, para mostrarles la parte escondida del mundo y de la historia, donde, a través de sucesos inexplicables, descubrirán que nada es lo que parece, que la vida no es tan buena y que la muerte no es del todo mala. Que el bien es subjetivo y que el mal no tiene fin y tampoco culpables, que el amor suele ser engañoso, que no es del todo genuino.
Quien diría que los amores prohibidos son los mejores, que desear a la persona que no debías se volvería una obsesión. Hay un secreto que he descubierto y prometo que aprovechare este secreto al máximo a mi favor, solo espero que las cosas no se me salgan de las manos y termine enamorándome.
Zen Luo, un joven y prodigioso patrón del clan Luo, perdió todo lo que apreciaba durante una pelea interna de la familia provocada por la codicia. Y después de eso fue esclavizado, pero al mismo tiempo, los impulsos de la venganza se calentaron a fuego lento. Nació una leyenda cuando, gracias al trabajo duro y la determinación, se convirtió en un arma poderosa. ¿Finalmente tendría éxito en vengar a su padre? ¿Llegaría al destino de la inmortalidad? ¿Qué pasaría con los que tratan de matarlo? ¡Lea esta historia y descúbralo!
Se suponía que mi matrimonio con Mathias me haría la mujer más feliz del mundo. Aunque sabía que él no me amaba, pensé que se enamoraría de mí una vez que lo colmara de amor. Ya pasaron cinco años y Mathias me trataba como a una cualquiera. Para colmo, conoció a su verdadero amor y cortó todos los lazos conmigo por culpa de ella. Él la presentó a todo el mundo; algo que nunca hizo por mí. Su infidelidad me llevó a la depresión. Me sentía totalmente destrozada. Tristemente, incluso en mi lecho de muerte, mi supuesto marido nunca apareció. Cuando volví a abrir los ojos, sabía que el destino me había dado una segunda oportunidad. Yo todavía era la esposa de Mathias y pasamos dos meses antes de que conociera a su verdadero amor. En esta vida, me negué a que él volviera a lastimarme. Consciente del gran error de mi antigua yo, le pedí el divorcio. Mathias rompió los papeles del divorcio una y otra vez y al mismo tiempo me encerró. "¡Rylie, deja de hacer estupideces! ¡Hacerte la difícil no me funciona!". Para demostrarle que hablaba muy en serio, seguí adelante y solicité a la justicia. Finalmente entró en pánico. Abandonó a la "mujer de sus sueños" y se arrastró a mi lado. "Por favor, dame una segunda oportunidad, Rylie. Te prometo amarte con todo mi corazón. Serás la única mujer en mi corazón de ahora en adelante. No me dejes, ¿de acuerdo?". Una guerra estalló en mi mente. Por un lado, no quería que me hicieran daño otra vez. Pero, por otro lado, no quería dejar ir al hombre que amaba tanto. ¡¿Qué debo hacer?!
Eden McBride pasó toda su vida siguiendo las pautas de la sociedad. Pero cuando su prometido la dejó un mes antes de su boda, Eden deja de seguir las reglas. Una furia insaciable es justo lo que recomienda el médico para su corazón roto. No, en realidad no era así. Sin embargo, era lo que necesitaba Eden. Liam Anderson, el heredero de la empresa de logística más grande de Rock Union, era el tipo perfecto. Apodado el Príncipe de los Tres Meses porque nunca estaba con la misma chica por más de tres meses, Liam había tenido una buena cantidad de aventuras de una noche y no espera que Eden sea nada más que eso. Cuando se despertó y la encontró con su camisa de mezclilla favorita, Liam comenzó a estar irritado, pero extrañamente intrigado. Ninguna mujer había abandonado su cama voluntariamente ni le había robado. Eden había hecho ambas cosas. Necesitaba encontrarla y arreglar las cuentas. Pero en una ciudad de más de cinco millones de habitantes, encontrar a una persona era como buscar una aguja en un paja. No se vieron hasta que el destino los volvió a reunir dos años después. Eden ya no era la chica ingenua que era cuando saltó a la cama de Liam; en ese momento tenía un secreto que proteger a toda costa. Liam estaba decidido a conseguir todo lo que Eden le robó, y no fue solo su camisa.
Mackenzie O 'Sullivan es la heredera de Holding O 'Sullivan Park, ha tenido que luchar mucho para convertirse en el CEO. Ya que su tío, Rónan O 'Sullivan, siempre había creído que sus dos hijos, Shane y Murphy, serían los verdaderos herederos de su hermano, ya que ella es mujer, y más joven que sus hijos. Así que sólo desea que fracase. Cuando sonó la alarma de incendio, en el hotel donde estaba reunida, para firmar un multimillonario contrato, tras indicar a su asistente que guie a todas las personas de la sala hacia las salidas de emergencias, Mackenzie se quedó para recoger los documentos. Solo cuando un enorme y aguerrido bombero, tan grande como un coloso, entró en la sala donde estaba, fue cuando se sorprendió al no percatarse del peligro que corría. En un principio el bombero intentó indicarle que lo acompañara a una salida, pero la CEO no le obedeció, sus prioridades eran otras, incluso cuando empezó a toser por el humo, no lo hizo. Sin pensarlo, el bombero levantó a su reticente víctima sobre su hombro, para salir de allí y la CEO, furiosa ya que habían perdido todos sus contratos, decidió enterarse de quién había sido el responsable. A partir de este momento la guerra entre estos dos será total, complicada con una atracción innegable, y nada pedida en especial por el atractivo bombero, todo ello regado por una historia llena de humor, atracción, sexualidad, emociones extremas, peligros, y grandes enfrentamientos.
Adamaris Campabell, sufre un accidente automovilístico, dónde su estado mental debido al golpe en la cabeza, pasa a ser el de una niña, aunque es consciente de algunas cosas, sus incoherencias avergüenzan a la familia Campabell, en especial a su padre. Quién ocultó aquella tragedia para que la empresa y la familia no se viera afectada siendo ella la heredera de la gran fortuna que dejó su difunta madre. La traición azota el corazón de Adamaris, quien al recuperar su estado mental se percata de los más vil, su hermana y ex prometido tiene un romance que ha sido aceptado por su propio padre, solamente por él beneficio social entre familias. Humillación, enojo y venganza, sentimientos que se despiertan en el corazón de la hermosa e inteligente Ada, por aquel falso amor de su prometido, por la cruel envidia de su hermana. Adamaris aprovecha la oportunidad que le ofrece la vida, cuando el destino coloca en su camino al hombre multimillonario y cruel que necesita una esposa que le dé un heredero. Adams Grey es prepotente, pero cauteloso en cada paso que da y Adamaris fue su ficha clave para contraer matrimonio y así, no permitir que su tío y primo tomarán posesión de la industria METALGREY. La cual deja grandes sumas de dinero y ha incrementado, gracias a él. Adamaris Campabell y Adams Grey se unieron por beneficio, él juró ayudarla a vengarse de los que le hicieron daño y ella, darle un heredero. Sin embargo el fingir amor complica la situación, el caos se desencadena cuando los que los rodean no quieren perder y aquel beneficio matrimonial se torna confuso y más para Adamaris. Su ex infiel la quiere recuperar ¿Será que Ada lo perdonará? ¿O Adams Grey se robó el corazón de Ada?