/0/8451/coverbig.jpg?v=c1f8bae6a31df20302e25428be36bdcf)
Un actor frustrado sueña con protagonizar una película de su padre, aclamado director de cine, con quien no tiene una buena relación. Su padre cede en darle un papel, pero no le da el protagónico, y él se promete a sí mismo hacer lo posible por encarnar el mejor personaje. El rol que le da su padre es justamente el antagonista del héroe: el asesino. Se entrena para lograrlo, da lo mejor de sí, y en el camino conoce a una sexy e inteligente detective que acecha sus pasos, quien al comienzo no logra vincularlo con los homicidios y se enredan en un amorío.
Emil, de pie sobre el escenario, ensayaba las líneas de su personaje en el amplio teatro. Su voz se oía por todo el lugar, proyectándose hasta los palcos del fondo.
Caminaba, y sus pasos resonaban sobre el suelo de madera, y en sus ojos cerúleos se podía ver la emoción que le otorgaba al personaje que había construido.
Detrás de él, su profesora de teatro se acercó con el libreto en la mano. Se acomodó sus cabellos rizados y grises detrás de la oreja y esperó a que terminara su línea.
-Hasta ahí, Emil -dijo, levantando la mano-. Tu interpretación está muy bien, pero debes encarnarte más en el papel y hablar desde la emoción del personaje. No debes pensar como un actor. Recuerda eso. Para la clase que viene quiero ver mejoras, por favor.
La profesora comenzó a recoger las cosas del ensayo y Emil fue detrás de ella, ayudándola.
-Disculpe, profesora... Tiene razón.
-No hay necesidad de disculparse, Emil. Sólo muestra un cambio la semana que viene -contestó ella, bajando del escenario.
-De acuerdo.
Emil salió de allí y se dirigió a su coche, para regresar a su casa. Era sábado y ese día no trabajaba. Caminó hasta su vehículo y suspiró ante la visión de este: era pequeño y económico. Lo había conseguido de segunda mano y tenía una abolladura en una de sus puertas. Buscó las llaves en su bolsillo y abrió.
Se sentó en el asiento del conductor, puso en marcha el motor y encendió la radio. Cambió de estación, hasta sintonizar las noticias y aceleró. En la radio dieron el clima y hablaron de un robo, y luego un periodista habló de cine.
-Sin dudas, la noticia del día es lo que le está sucediendo al famoso director de cine Marco Rossi, que esta mañana fue acusado por una ex amante. La actriz en cuestión es Anastasia Taylor, quien lo acusa de violación y maltrato psicológico -relató uno de los periodistas.
Emil giró el volante en la intersección.
-Estaremos al tanto de lo que suceda -dijo el otro locutor-. En otras noticias...
Chasqueó la lengua, apagó la radio rápidamente, con el ceño fruncido y siguió conduciendo. Se detuvo frente a una gran edificación de puertas de vidrio y bajó del coche.
Caminó hacia las puertas, que se abrieron en cuanto él se acercó y atravesó el hall, blanco y luminoso. Emil atravesó el gentío atareado, bien vestido, que iba y venía por el lugar y pasó de largo el gran escritorio de mármol gris donde se leía "RECEPCIÓN", que combinaba con el color del suelo, donde una joven se hallaba sentada, hablando por teléfono. Ella lo saludó amablemente con un gesto de la mano y él hizo lo mismo.
Continuó caminando hasta llegar a los elevadores, e ingresó a uno de ellos. Oprimió el número cuatro en el panel y las puertas se cerraron. Se encontró sólo, rodeado de su imagen en los espejos del elevador y se observó. Lucía terrible. Llevaba la ropa que había usado para el ensayo y no se había detenido para cambiarse. Peinó un poco su cabello oscuro y acomodó su camisa.
El elevador se detuvo y las puertas se abrieron. Emil salió y se dirigió a la puerta de madera negra que tenía un letrero en el que se leía "Oscar Miller". Golpeó suavemente dos veces y luego abrió la puerta y entró a la oficina, cerrando la puerta detrás de él.
La oficina de Oscar era sumamente ordenada y prolija. Cuadros de diseño colgaban de las paredes y sobre su escritorio sus papeles estaban bien apilados y acomodados. Oscar estaba sentado en su silla de cuero negro y cuando lo vio se levantó, rodeó el escritorio y se acercó a él para abrazarlo.
-Hijo, ¿cómo te fue en tu clase de teatro? -le preguntó con una sonrisa en el rostro y apoyando una mano en el hombro de Emil.
Emil hizo una mueca de disgusto, levantando las cejas y los hombros al mismo tiempo.
-No te preocupes, nadie comprende nada, tú eres mi actor preferido -dijo Oscar, palmeando el hombro de Emil.
Emil se separó de Oscar, para sentarse en la silla frente al escritorio.
-Tío... Hace un momento escuchaba la radio y "la noticia del día" tiene que ver con Marco... ¿Qué está pasando? -consultó, disgustado.
Oscar se sentó frente a Emil en su silla de cuero y se acomodó.
-Sabes cómo es este ambiente, aquí todos buscan su minuto de fama. Esa chica quiso acostarse con tu padre. Pero luego vio que podía sacar provecho de la situación. Tú no te preocupes que nosotros tenemos todo bajo control. Nos encargaremos de esto.
Oscar alargó su mano por encima del escritorio para alcanzar la de Emil y le dio unas palmadas.
-Hoy se abre el casting para la nueva película de tu padre... ¿Qué te parece si te presentas? -sugirió Oscar.
-Estás loco, tío -dijo Emil, y pensó por un momento-. Quiero hacerte una pregunta, ¿por qué sigues siendo amigo de Marco? No eres como él.
-Mira, Emil, tu papá y yo nos conocemos hace mucho tiempo... Tu papá era otro tipo de persona en esa época en la que nos conocimos. Hoy en día tenemos una relación laboral. Cuando éramos jóvenes era un chico solitario, que había escapado de su casa... Ya sabes cómo fue, tu abuelo era alcohólico. Luego se fue convirtiendo en un tipo distinto, pero yo seguí igual y me quedé a su lado... No lo sé, la vida es complicada.
En ese momento se escuchó que alguien llamaba fuertemente a la puerta y entró Ana. Ana era una mujer en sus cincuentas, alta y delgada, muy atractiva, que intentaba seguir luciendo joven y había retocado más de una parte de su cuerpo con cirugía, usaba vestidos llamativos y ceñidos al cuerpo. Le gustaba la atención y nunca pasaba desapercibida.
-Mira quién ha aparecido por aquí -dijo Oscar-. Mi querida Anita, ¿cómo estás?
-Ay, ¿"Anita"? Anita no, ya sabes que es muy vulgar. Lola.
Ana rodeó el escritorio de Oscar y lo abrazó, estrechando todo su cuerpo contra el suyo. Luego miró de arriba abajo a Emil y él se levantó de su silla.
-No puedo creer lo grande que estás. Cada vez más parecido a tu padre. Qué bien que te queda ese corte de cabello, más descontracturado. Siempre lo habías usado super corto y definitivamente te favorece más como lo llevas ahora.
Emil estuvo a punto de irse cuando la oyó mencionar a su padre, pero Ana se acercó a él y le dio un fuerte besó en la mejilla y continuó hablando.
-Les tengo una buena noticia, queridos míos. Esta película va a ser todo un éxito. Ya estuve leyendo el libreto. Y para promocionarla nos vamos de viaje por todos lados con tu padre. ¿Qué les parece?
Emil suspiró y Oscar tomó gentilmente a Ana del brazo y comenzó a dirigirla hacia la puerta. Cuando pasó cerca de Emil le guiñó un ojo.
Oscar abrió la puerta, dejando pasar a Ana.
-Excelentes noticias, linda. Nos vemos pronto.
-Chau, chau -dijo ella, sonriendo.
Oscar cerró la puerta y suspiró.
-Sé que no es tu día laboral, pero te dejé trabajo. Te he dejado unos llamados que hacer y le dejé a tu madre una cosa para ti, porque no te había encontrado en tu oficina -dijo Oscar, dándole una palmada en la espalda a Emil.
Emil asintió con la cabeza y salió.
***
Marco estaba sentado en la silla de director junto a su equipo de casting y buscando al actor ideal para el papel protagónico. Era un hombre elegante, de cabello corto y oscuro y ojos claros, con su barba impecablemente cortada y su camisa bien planchada.
Frente a él, los jóvenes actores desfilaban dando lo mejor de sí. En ese momento, un joven de unos treinta años estaba audicionando con el libreto en la mano. Oscar entró y se sentó en la silla vacía al lado de Marco, y observó al muchacho con los brazos cruzados frente a su pecho.
-¿Cómo puedes pensar que un director como yo podría contratar a un tipo como tú para el protagónico? Actúas horrible, te quiero fuera de mi vista -gritó Marco, haciendo un gesto con la mano, echando al joven del plató.
El joven miró a Marco y se le llenaron los ojos de lágrimas. Agachó la cabeza y salió disparado en dirección a la puerta. Oscar suspiró.
-Esta generación no es talentosa. No como las de antes -dijo.
-WHISKEYYY -gritó Marco.
Un joven asistente se acercó corriendo hacia Marco con un vaso en la mano y una servilleta de papel debajo del vaso. Marco miró el vaso y luego levantó la mirada, observando fijamente al joven.
-No me he pasado toda una vida escribiendo y dirigiendo para que un imbécil como tú me trajera un whiskey sin hielo -le dijo-. Vete.
El joven corrió diligentemente a buscar hielo.
-No seas impaciente, hay muchos como estos -dijo Oscar-. Al fin y al cabo, son los novatos los que nos van a ahorrar dinero.
-¡Siguiente! -grito Marco, y miró a Oscar-. ¿Por qué has tardado tanto? Sabes que no puedo controlar estas cosas sin ti.
-Me he quedado hablando con tu hijo y se me hizo tarde.
Marco lo fulminó con la mirada, mientras el siguiente joven se paraba frente a ellos. Tenía buena presencia y era apuesto.
Marco abrió una cajita de madera y se prendió un habano.
-Te convendría no hacerme perder el tiempo, joven -le dijo, con el habano en la mano, soltando una bocanada de humo-. Actúa como si estuvieras matando a la mujer que más daño te haya hecho en la vida.
¿Alguna vez has tenido un sueño tan real que te deja una sensación extraña durante todo el día? Abi lo tiene y se obsesiona con él. Abigail sueña al hombre perfecto. Pero sólo es un sueño, ¿no? Cuando está despierta debe trabajar y ser responsable. Sus amigas creen que es adicta al trabajo y han intentado organizarle citas incontables veces. Su terapeuta cree que necesita tomarse un tiempo sin trabajar y le extiende una licencia, y por esto Abi comienza a pasar más tiempo en su mundo de los sueños y descubre algunas cosas interesantes... Conoce unos seres extraños de enormes alas negras que atraen su atención, y siente que necesita saber más de ellos. Mientras tanto, sigue soñando con Adriano, su hombre ideal. Él hace que quiera estar todo el tiempo en su mundo de sueños. ¿Quiénes son estos seres? ¿Conocerá algún día a Adriano, el amor de sus sueños?
Gwyneviere es una hechicera que vive en las afueras de la Ciudadela en la tranquilidad de su hogar, haciendo trabajos ocasionales para la nobleza, los altos elfos y la gente del cielo. Se le encomendó la tarea de enseñarle magia a Nimh, una joven huérfana, para poder encauzar sus poderes ya presentes, porque aparentemente es la protagonista de una profecía, que dice que una poderosa hechicera será la perdición del reino. Con lo que no contaba Gwyneviere, era con enamorarse perdidamente de Nimh. El Alto Concejo de Hechiceras, sin embargo, no reveló la segunda parte de la profecía, que involucra a un personaje más... ¿Qué les deparará el destino a Gwyneviere y Nimh? ¿Podrán estar juntas, o la profecía se interpondrá? Además, el mejor amigo de Gwyn, Vandrell, siempre estuvo perdidamente enamorado de ella y nunca se lo ha dicho.
Hace mucho tiempo, dos reinos convivían en paz. El reino de Salem y el reino de Mombana ... Todo marchó bien hasta el día en que falleció el rey de Mombana y un nuevo monarca asumió el mando, el Príncipe Cone, quien siempre tenía sed de más poder y más y más. Después de su coronación, atacó a Salem. El ataque fue tan inesperado que Salem nunca se preparó para él. Fueron tomados con la guardia baja. El rey y la reina fueron asesinados, el príncipe fue llevado a la esclavitud. La gente de Salem que sobrevivió a la guerra fue esclavizada, sus tierras les fueron arrebatadas. Sus mujeres fueron convertidas en esclavas sexuales. Lo perdieron todo. El mal aconteció en la tierra de Salem en forma de Prince Cone, y el príncipe de Salem, Lucien, en su esclavitud se llenó de tanta rabia y juró venganza. *** *** Diez años después, Lucien, de treinta años, y su gente asaltaron un golpe y escaparon de la esclavitud. Se escondieron y se recuperaron. Entrenaron día y noche bajo el liderazgo del intrépido y frío Lucien, quien fue impulsado con todo en él para recuperar su tierra y tomar la tierra de Mombana también. Les tomó cinco años antes de que tendieran una emboscada y atacaran a Mombana. Mataron al príncipe Cone y lo reclamaron todo. Mientras gritaban su victoria, los hombres de Lucien encontraron e inmovilizaron a la orgullosa princesa de Mombana, Danika, la hija del príncipe Cone. Mientras Lucien la miraba con los ojos más fríos que alguien pueda poseer, sintió la victoria por primera vez. Caminó hacia la princesa con el collar de esclavo que había fabricado durante diez años y con un movimiento rápido, la sujetó del cuello. Luego, inclinó su barbilla hacia arriba, mirando a los ojos más azules y el rostro más hermoso jamás creado, le dio una sonrisa fría. "Eres mi adquisición. Mi esclava. Mi esclava sexual. Mi propiedad. Te pagaré con creces todo lo que tú y tu padre me hicieron a mí y a mi gente", dijo él secamente. El odio puro, la frialdad y la victoria era la única emoción en su rostro.
Allison se enamoró de Ethan Iversen, el futuro alfa de la Manada Moonlight Crown. Siempre quiso que él se fijara en ella. Sin embargo, Ethan era un alfa arrogante que pensaba que una débil omega no podía ser su pareja. El primo de Ethan, Ryan Iversen, que había vuelto del extranjero y era el verdadero heredero de la manada, nunca intentó conseguir el puesto ni mostró ningún interés por él. Era todo un alfa playboy, pero cuando regresó a la manada, una cosa cautivó sus ojos y fue Allison.
Hace tres años, la familia Moore se opuso a la decisión de Charles Moore de casarse con su amada mujer y seleccionó a Scarlett Evans como su novia. Pero Charles no la amaba. De hecho, la odiaba. Poco después de la boda, Scarlett recibió una oferta de la universidad de sus sueños y se lanzó sobre ella. Tres años más tarde, la amada mujer de Charles cayó terriblemente enferma. Para cumplir su último deseo, él llamó a Scarlett y le presentó un acuerdo de divorcio. La joven estaba profundamente herida por la abrupta decisión de su esposo, pero ella decidió dejarlo libre y aceptó firmar los papeles. Sin embargo, Charles pareció retrasar el proceso deliberadamente, dejando a Scarlett confundida y frustrada. Ahora, Scarlett estaba atrapada en las consecuencias de la indecisión de Charles. ¿Sería capaz de liberarse de él? ¿Charles eventualmente entraría en razón y enfrentaría sus verdaderos sentimientos?
Tras quedar ciego en un accidente, Cary fue rechazado por todas mujeres de alta sociedad… excepto por Evelina, quien se casó con él sin dudarlo. Tres años después, él recuperó la vista y pidió el divorcio: “Ya perdimos demasiado tiempo. No dejaré que desperdicie ni un año más conmigo”. Evelina firmó los papeles en silencio. Todos se burlaron de su "fracaso"... hasta que descubrieron que la doctora milagrosa, la magnate de joyas, la genio de las acciones, la hacker legendaria y la verdadera hija del presidente… ¡era ella! Cuando Cary volvió a pedir perdón, un hombre despiadado lo corrió: “Ahora es mi esposa. Lárgate”.
Se suponía que era un matrimonio de conveniencia, pero Carrie cometió el error de enamorarse de Kristopher. Cuando llegó el momento en que más lo necesitaba, su marido estaba en compañía de otra mujer. Carrie ya estaba harta. Decidió divorciarse de Kristopher y seguir adelante con su vida. Sin embargo, solo cuando ella se marchó, Kristopher se dio cuenta de lo importante que era ella para él. Ante los innumerables admiradores de su exesposa, Kristopher le ofreció 20 millones de dólares y le propuso de nuevo: "Casémonos de nuevo".
Lucia Meller es mi vida, me enseño amar, me enseñó a adorarla, me mostró el mundo de forma diferente, le di todo lo que la vida me ofrecía, y se ha ido; se llevó mi vida, mi amor, dejándome el corazón y el alma hecha pedazos. Ahora me duele respirar, me duele amar, me duele la vida. La quiero, jamás podré volver amar a alguien como la ame a ella; la quiero de vuelta, la quiero conmigo, a mi lado donde pertenece; pero por más que la busco no la encuentro, es como si la vida me la hubiera arrebatado y eso me duele, ella me enseñó que se puede matar a un hombre, aunque se conserve la vida, sin embargo, me canse, no puedo llorar por alguien que no me quiere amar y aunque duele, hoy después de casi dos años le digo adiós a mi sirena; después de todo soy Gabriel Ziegermman. Un año desde que me aparte de Gabriel y mi vida dio un giro de ciento ochenta grados, amar a ese hombre es lo mejor que me ha pasado en la vida, a él le debo el hecho que hoy esté viva y tener a mi lado a mi mayor tesoro, él me enseñó que lo que se desea con el alma se obtiene, pero también me enseñó que amar duele, que su amor duele, a él le debo el dolor más grande, porque dejo de amarme, no fui suficiente para él, me enseñó que su madre, su exnovia y su destino no están conmigo, y aun así lo quiero de vuelta, sé que sus prioridades cambiaron; yo solo pedía una verdad sin embargo él prefirió engañarme y dejarme.Lo quiero olvidar y lo quiero conmigo, aunque no se lo merezca, pero como hago si amar ese hombre es mi arte. Ahora estoy de vuelta y lo único que quiero es tenerlo a kilómetros de distancia, porque me enseñó que yo también tengo derecho a cambiar mis prioridades. Novela registrada N ISBN 978-958-49-7259-0 Está prohibida su adaptación o distribución sin autorización de su autor. Todos los derechos reservados all rights reserved