ta estaba ocupado en la camilla. Se llamaba VÃctor Vladimirovich y a Lilya le encantaba. Se dio cuenta de lo que sentÃa cuando lo vio por primera vez.
oñaba con estar en sus brazos. Pensaba en eso cada vez que se acostaba en la c
con una sonrisa amabl
cio, mirándolo con ojo
to, ¿cómo está s
vÃa me
lla. Puso una mano en su costad
lados. InclÃnate un poco. ¿Le duele aquÃ?
estaba completamente absorta en la sensa
mbre le arrancara la ropa
de forma vulgar en esta sala.
un poco la actividad del aparato
tese, SofÃa vendrá ahora,
esto,
te los botones. Estaba un poco molesta
sentir su presencia, su olor, e
r se acostó con el estómago hacia abajo en la camilla. Después de un par
ivos para el tratamiento. Lilya miró a la extraña c
era hermosa. Su cabello rubio claro y espeso estaba trenzado y caÃa sobre su hombro. Sus grandes y fir
la follaba" - pen
fermerÃa. Lilya la miró con envidia. Su figura estaba mucho peor, y los años ya no eran los mismos. De
le quitarÃa la bata y expondrÃa la elast
s. Pero ella, esta zorra de SofÃa, querrÃa lo suyo. Ella lo empuj
, enrollando su trenza alrededor de su mano, presionarÃa su cabeza más cerca
e se acuestan los pacientes. GirarÃa su culo ha
do se frotaban contra esta camilla y sintió asco.
vo. TenÃa una taza
r? ¿Se siente bien? ¿Algo le mo
- respondió Lilya lo m
onrió y
finge ser tan inoc
lla, y la perra joven está sentada encima de él. Su polla está en su apretado ano, y ella sub
os, introduce su polla en ella hasta la base. Ella grita y se retuerce. Él te
és de todo, no habÃa razones para pensar siquiera que ella estaba acodta
timientos dentro de sà misma. HabÃa algo más secreto en ellos. No se daba c
e superioridad sobre esta chica. Ella misma querÃa ser como ella. QuerÃa estar en su piel, o más bien, en su cuerpo. Atraer
se vistió y al instante siguiente entró VÃctor Vladimiróvich. Los pensamientos que rondaban en
preguntó él con la
respondió Lilyana,
s le esper
. Ad
siado peso y camine más - le dij
ndida y avergonzada por sus propios pensamientos. No pens
ntes d
iente p
ba mal arreglado y su aspecto general indicaba una mala noche. Se acercó al escritorio detrás del cual estaba sentado el doctor, un hombre de unos
jo Lilya ape
hacia la mujer y luego la dirigió rápidam
e - dijo frÃamente-
abló con un tono i
. Me duele c
e cuánto tie
ses exac
o una rad
médico la radiografÃa en blanco y n
siciones sie
que cuando me inclino... y cuando
do sin levantar la vista hacia Li
.. no
rido algu
z en la infancia, p
años tiene
enta y
eron una reson
se una. Le d
Lilya observaba su mano un poco confundida, inc
ué le estaba pasando, pero su cercanÃa era difÃcil de soportar. ParecÃa que todas las
pantalla. DesvÃsta
dijo Lilya, abriendo
le pido que no pierda ti
a cortina y se quitó l
viéndose de un lado a otro. Él entró y mur
so no era
no lo escu
. Enderece. InclÃnese a la izquierda. Ahora a la d
ntemente la espalda de Lilya en diferentes lugares con sus d
a abajo, – dijo el médico. Li
pantalones hacia abajo. Abajo. No se
ue parte de sus nalgas quedaron expue
cuclillas en
us pechos, aún conservados en e
óblese ha
rojas de vergüenza, pero por alguna razón sus p
hacia arriba.
egresó a su escritorio con una expr
or para este examen, y miró con placer sus hermosos senos. Ahora su polla se
scribiré una cita solo hasta fin de mes, no hay posibilidad antes. Mientras tanto, necesita inyecciones y masajes. Si lo desea, podemos asignar a uno de nu