girara. Por lo general siempre lo seguía por toda la planta baja, hasta llegar a la de arriba y luego me alejaban. El mismo abrió su bo
me sigue
ude decir nada y en su lugar me fui corriendo. Al llegar a la vuelta d
odos aquellos se
pues yo siempre había añorado aunque s
nta velocidad, sentía que me iba
eocupado: no sabía cuál de las opciones eran, tal vez que estaba ro
bien, lo cual le respo
nas se acercaba a él, hice una mueca de fastidio con un dejó de odio. Sabía que él era
un profesor. Mis amigas, no perdían oportunidad:mirar a todos los chicos de las otras escuelas; sin embargo en mi caso, solo lo veía
nunca iba
ojos de color avellana, los cuales eran opacados por unos lentes de color negro. Suspiré en forma cansina
de a cuatro, que ella los iba a elegir al azar. Cerré los ojos y los pu
o junto con Matías y.u
avoritas de aquel organizador. Primero tenemos que correr una carrera de obstáculo
a y me preguntó,"¿Qué tanto me ves?". Mis mejillas se sonrojaron, proc
rderemos -exclamó Matías y añadió:
hh
de soslayo, yo puse los
para Eliseo -respondió
Eliseo
eo. Quién no puso ningún gesto de
sigue -puntualiz
ndió Matías, pero yo ya
to a un chico que era capaz d
i corazón, Elise
de actividad física. Me costaba incluso saltar Los aros, cr
odo gracias a Eliseo. Qué aceleró el tiempo que habí
poder que generas en mí. Con solo una
es sonreír con esos dientes tan blancos y perfectos qu