del todo clara. El rastro me llevaba treinta kilómetros más lejos de la ubicación actual por lo que temo que
logía me había me
demonios
a de diávolo era notoria, así que terminaría por dormir
casco, la moto desapar
aba encima de mí apretó más duro, por
e que me salvó la vit
ees que le estás h
contestó el tipo que estaba encima
e, tomas mis cosas y mételas en una bolsa para que nada quede compro
bien,
.. y
enredó por lo que supe q
líder, que supe que se ll
ue le colocaron tuvo que haber hecho e
se de los cuerpos y no dejen rastro alguno de que algo ocurrió aquí -ordenó el hombre de la cicatriz-. Ustedes don llévenla directo a
para enfrentarme con el hombre-. Déjenme ir, yo s
mor o alguna veta de c
e la misericordia no es
rte con buena energía, con buen humor o de lo contrario, cuen
tificaciones. Era como haber entrado en el séptimo círculo del infierno a pesar de que no estaban siendo realm
taban ser cada
me en la parte trasera de un automóvil. Me amarraron con cuerdas fuertes, y para colmo de m
l infierno y segura
jo uno de los hombres-. Los que hicieron esto, debieron haber
arnos -contestó el otro-. Solo sigamos órdenes y cerremos la
podamos especular sobre lo que le har
orir ah
uando él es un hombre que no deja ningún testigo, supongo que querrá dis
la forma en la que conversaban muy abiert
ieses tenido esa advertencia, probablemente
o se hicier
ba consumiendo, que la ira me
de manera deportiva, sin importarles un comino lo que me podí
se criaron, por el tipo de situación en la que estaban
efinición suficiente p
entí cuando el auto se detuvo, escuché unas rejas abrirse para dar
ieron girar varias veces a la izquierda hasta dar un último giro a la derecha para luego ingresarme en un lugar q
a a la in
ausó. Era claro tuve que haber tenido lesiones, pero fui incapaz de hacer algo más porque serían capaces de responder de una
me de esta,
, eso me dejó con una vista q
que no tenía nada más que una mesa sobre ella, y una silla que estaba al
na celda!» gritó mi
go, pero si eres colaboradora, podrás pasarla mejor -dij
un rincón y contuve la impotencia, la ira, la rabia reprimida que
rolar mis gan
, si colaboras con nosotros y te abres de pie
espeté c
in darle importancia, pero
ero lo que estaban haciendo, el maltrato, y las insinuaciones fueron lo que
te quedarás a ci
, me apretó y eso no quitó que me volvieron a colocar la venda negra sobre los ojos. La ajustaron muy fuert
me sola en el especio, pero
mí como una bomba poderosa, cargada de todo... Fue como si una vorágine de sentimientos me
bían llegado
ían menguando
cordatorio de cómo podí
pa peligrosa que le coma la carne y llegue hasta las entrañas, que el maldito miserable pague todas las que hizo y p
. ¡Los odio! Espero que termines mal, qu
sancio que me pasó factura o la montaña
gradecí co
no
palabras
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