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Historia

Capítulo 5 La bestia.

Palabras:2296    |    Actualizado en: 19/06/2023

las cosas que usaba, como su alma, negra, y se dirigió sin escalas al convento que tanto odiaba, sus pensami

e perra, siempre

ientes, LA BESTIA quería salir y destruir

de la monja dejaron de salir al tiempo que LA BESTIA la tomaba del cuello y lo

a perra. - cuando la boca de la hermana María comenzó a ponerse

egunto mientras trataba

e a ella? - los nudillos del hombre estaban blancos de

ocación y que no causara problemas al momento de desh

reces tu odio te ciega mientras tu Dios te ignora. -

s. - Simón no pudo evitar mostr

to esa novicia y cuál es su nombre. - solo debía confirmar

su vocación era verdadera... creí que

o que creíste. - dijo tomándola del habi

tes que terminara de hablar la arrojo lo más lej

destino, iremos a los infiernos juntos... madre. - la hermana María miro a s

alabra y al poco tiempo se marchó de Italia, María nunca volvió a saber de ella, se dedicó a vivir en las calles, a conseguir dinero de su cuerpo e intentar abortar en más de una ocasión sin éxito alguno, fue así que un día llego al hospital más muerte que viva, uno de sus clientes la había golpeado sin piedad, provocando que el parto se adelantara, con solo 6 meses de gestación nació un niño, Simón Rossi lo llamo, en esos días las monjas visitaban el hospital y María se refugió en la religión, creyó encontrar la penitencia que le correspondía por ser una hija desconsiderada, pero cometió un error gigante, al abandonar a su hijo. Las posibilidades de vida para el recién nacido eran pocas y no estaba dispuesta a quedarse a saber si lo lograría o no, debía culpar a alguien más de to

os le suplicaban y su padre amenazaba con no volver a si sea a dirigirle la palabra si ingresaba a ese lugar, pero ella lo hizo, dejo a su familia y comodidades que de lejos se veía que

oni como el empleado a moldear como mano derecha de su hijo Dante, estaba más que frustrado, se le había encomendado encontrar a una mujer de conducta intachable, sin ningún vicio, de vida tranquila y lo más importante que esté dispuesta a llevar un bebé que no er

hijo a como diera lugar, sin darse cuenta de que lo único que buscaba la B

ó mirándola con b

la podrían consagrar como santa. - dijo con cierto des

tara a alquilar su vientre. - Simón estaba a punto de marcharse e informar a s

Simón dejo de caminar y giro a ver

a razón él deseaba que no di

n niño arruine su deseo de servir a Dios. - la parte de Simón que aún le tenía un poco de aprecio a su madre murió esa tarde, escucharla hablar de esa forma era confirmar que para ella el signifi

todo, solo dime a que horario, día y

entencia a muerte

timo día de vida que tendría, a la vez que llegaba a l

s estaba en tu vientre, pero

? - Simón giro sobre sus

e era fría y llena de desprecio, pero para esta jov

nos quería era oír su voz chillona, por lo q

tras sus ojos se oscurecían, si iba a morir al

había comenzado a caminar y acto seguido ella lo obedeció, apoyo rodillas y manos en

o la rubia al l

s desabrochaba su pantalón y lo bajaba dejando su

ió con su legua, para lubricarlo y luego metió todo lo que su boca pudiera recibir, pero para la BESTIA no era suficiente, la tomo del cabello s

endo mi puta, traga y

, y ese parecía ser Simón Rossi, mano derecha de Dante Berlusconi, pero después de dos meses no sabía absolutamente nada de la mafia Toscana, este hombre desequilibrado, que disfrutaba del

do la vagina al descubierto, deleitándose con lo húmeda que estaba, pero ese no era su objetivo, no ahora, tomo con su mano un poco de la espesa saliva que

que me encanta. - dijo

ando al retirar sus dedos ingreso su p

encanta. - respo

in poder evitarlo Alondra comenzó a gemir de placer, no sabía en qué m

os s

basura de la más apestosa, Alondra lo observo confundida, mientra

n el revés de la mano, rompiendo una

malas a no nombras a

a cuenta, mientras ella suplicaba que se detuviera, aun así, la BESTIA no lo hizo, cuando casi todo el cuerpo blanquecino estaba marcado, tiro el cintu

ra comenzar a gemir nuevamente, Simón supo que estaba

món, si,

ue si existía un Dios lo estuviera viendo en ese momento, así por lo menos tendría por seguro que

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