La vida de nuestra protagonista, Martha, es
adre desde el piso de abajo -El desayuno está lis
ó en los jeans caro, unos converse,
rtha. pero como ya lo dijimos, nuestra protagonista no era alguien común. Al llegar a la cocina supo que algo no andaba bien, y en efecto, junto al p
ente en la silla blanca de madera, el mantel con volaldos celestes repos
iarle que ha sido aceptada en la facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Virgi
oraz
tarse de aquella forma, por lo que solo dijo las siguientes palabras: "Papá, mamá, me voy al finalizar el verano" Su madre, muy feliz, se levantó en d
cía la botella que su padre trajo del supermercado de todo por un dólar), las ventanas tenían cortinas también celeste con alguna que otra mancha de grasa típica de cuando su madre pretendía hacer pollo para no gastar dinero en KFC, y estaba la heladera, llena de fotos de Martha de c
an así, simples, con la observación d
asa a estudiar, hacía esgrima los sábados y acompañaba a s
ión en contra de Martha y hacía todo lo posible por romper cosas para que ella fuese reprendida, lloraba inc
us propósitos. Un día, Martha se daría cuenta que tanto los gatos, como la canasta, y los panecillos de vainilla
, decidió escuchar un poco de jazz en el tocadiscos
por allá en los años '20, con mujeres revestidas en perlas brillantes, labios rojos, mejillas muy rosadas, acom
o de ir a la universidad, en el fondo, muy en el fondo siempr