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Martha y Martín no saben lo que les espera. Su vida va a cambiar al entrar a la Universidad de Virginia. Martha, de un pueblo humilde, le cuesta adaptarse la vida en ciudad ya lo más difícil encontrar el amor y ser una maravillosa profesional. En el camino se encuentra su decubrimiento y autocnocimiento sexual en medio de personas que amenazan su verdadero amor. Una historia de intriga, romance y erotismo.
Quiero decir que no es una historia común. La vida de nuestra protagonista, Martha, está llena de una apacible intriga y estupor.
Eran las 5am cuando Martha escucha la voz de su madre desde el piso de abajo -El desayuno está listo, Martha, baja ahora que no llegas a la escuela-
Martha se apresuró de un salto, entró en los jeans caro, unos converse, los auriculares, el cel y la mochila.
Al llegar apresurada a la cocina, ya su padre y su madre estaban desayunando -¿Quieres un poco más de café, cariño?- preguntaba azarosa la mamá de Martha. pero como ya lo dijimos, nuestra protagonista no era alguien común. Al llegar a la cocina supo que algo no andaba bien, y en efecto, junto al plato con waffles que su madre le servía cada mañana, estaba un sobre blanco, y en la esquina derecha un membrete conocido; La Universidad de Virginia.
Martha estaba maravillada, sabía lo que significaba. Se sentó cuidadosamente en la silla blanca de madera, el mantel con volaldos celestes reposaba en sus rodillas mientras rasgaba el sobre con dulzura y determinación.
Ahí estaba, esa frase que sin saber cambiaría su vida por completo: "Nos complace en anunciarle que ha sido aceptada en la facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Virginia, con una acreditación honorífica de una beca del 100% de la inscripción y matriculas".
Su corazón...
Sentía que su corazón iba a salir del pecho y gritar a los cuatro vientos "Siii, lo logré maldita sea!!!!", sin embargo, no estaba acostumbrada a exaltarse de aquella forma, por lo que solo dijo las siguientes palabras: "Papá, mamá, me voy al finalizar el verano" Su madre, muy feliz, se levantó en dirección al teléfono que reposa en la pared de la cocina, con total seguridad iría a llamar a la Sra. George, la vecina, para contar las buenas nuevas.
Aún así, Martha, mientras su padre devolvía la vista al periódico, repasaba cada detalle de aquella cocina, las sartenes sucias de teflón que su madre se negaba a botar a pesar de ser un material cancerígeno, había una jarra con zumo de naranja recién exprimido (o por lo menos eso decía la botella que su padre trajo del supermercado de todo por un dólar), las ventanas tenían cortinas también celeste con alguna que otra mancha de grasa típica de cuando su madre pretendía hacer pollo para no gastar dinero en KFC, y estaba la heladera, llena de fotos de Martha de cuando era niña, había todo tipo de imágenes, sin dientes, con trenzas, en bici, en el campamento de verano y aquel Halloween que se disfrazó de E.T. tantos recuerdos que se llevaba, y sin embargo, nada dolía, en el fondo de su corazón sabía, que la mejor historia estaba por comenzar.
A veces las mejores historias comienzan así, simples, con la observación de una vida que no termina de llegar.
Martha, a su corta edad, solo iba a la escuela, volvía a casa a estudiar, hacía esgrima los sábados y acompañaba a su madre a los juegos de canasta en casa de la Sra. George.
En la casa de su vecina todo parecía siempre pulcro, a excepción del gato "Felpita"que tenía una extra aversión en contra de Martha y hacía todo lo posible por romper cosas para que ella fuese reprendida, lloraba inconsolable en su presencia y cuando nadie lo veía se escondía bajo los sillones intentando arañar sus tobillos.
Los gatos son extraños pensaba para si Marta. No buscan mimos y solo les interesa que los humanos les sirvan a sus propósitos. Un día, Martha se daría cuenta que tanto los gatos, como la canasta, y los panecillos de vainilla, formarían parte de una maravillosa historia que se asomaba resoplando en su nuca sin que ella se diera cuenta.
Ya pronto se alzaba la noche, en ese anteúltimo día, decidió escuchar un poco de jazz en el tocadiscos en forma de maleta roja que tenía junto a su cama.
El jazz siempre le devolvía sonrisas, se imaginaba siempre personas en un bar, envueltas en el humo de tabaco, por allá en los años '20, con mujeres revestidas en perlas brillantes, labios rojos, mejillas muy rosadas, acompañadas de hombres galantes que sostienen en una mano una copa de brandi y en la otra un tabaco a medio empezar.
Así eran sus sueños, siendo una chica de preparatoria, a punto de ir a la universidad, en el fondo, muy en el fondo siempre va a preferir ser aquella chica de perlas en un bar de jazz.
Durante tres años, Jessica soportó un matrimonio sin amor mientras su marido fingía impotencia. Sus mentiras se desvelaron cuando apareció una amante embarazada. Tras seis meses recopilando pruebas en secreto, Jessica se deshizo de él y construyó su propio imperio multimillonario. Tras el divorcio, se transformó en una figura irresistible, atrayendo admiradores. Un día, al salir de su oficina, se encontró con Kevan, el hermano de su exesposo. Él intervino, enfrentándose a ella: "¿Acaso era solo una herramienta para ti?". Los labios de Jessica se curvaron en una sonrisa tranquila mientras respondía: "¿Cuánta compensación quieres?". La voz de Kevan se suavizó. "Todo lo que quiero eres tú".
Después de ser incriminada por su novio y su mejor amiga, Nicole terminó pasando la noche con un misterioso extraño. Ella disfrutó mucho de la cita inesperada, pero cuando se despertó a la mañana siguiente, no pudo evitar sentirse mal por lo que había hecho. Sin embargo, toda la culpa que sentía se le pasó al ver el rostro del hombre que yacía a su lado. "Es realmente... hermoso", susurró, asombrada por lo que estaba viendo. La culpa se convirtió rápidamente en vergüenza, y eso le hizo dejarle al hombre un poco de dinero antes de irse. Kerr estaba asombrado. "¿Esa mujer trató de pagarme? ¿Como un prostituto?', pensó ofendido. "Pide al gerente del hotel el video de vigilancia", le ordenó a su asistente con tono autoritario. Tenía una expresión decidida en el rostro. "Quiero saber quién estuvo en mi habitación anoche, y cuando encuentre a esa mujer, ¡voy a enseñarle una lección!" ¿En qué terminará esta historia? ¡Averígüelo en El CEO Y SU ENCANTADOR HIJO en Manobook!
"Tú no perteneces aquí. Lárgate". Hanna, la hija legítima de Wheeler, regresó sólo para ser expulsada por su familia. Su prometido la engañaba con la hija impostora, sus hermanos la despreciaban y su padre la ignoraba. Entonces, se cruzó con Chris, el formidable líder de la familia Willis y tío de su prometido. "Hagamos como si nunca hubiera pasado", dijo ella. Sin embargo, a pesar de la esperanza de Hanna de separarse, Chris insistió en que fuera responsable. Él amenazó con revelar los verdaderos talentos de Hanna como doctora sobresaliente, guionista brillante y cerebro de un famoso estudio de diseño, obligándola a casarse. Una vez le pidieron a Chris que protegiera a alguien. El destino los reunió en circunstancias delicadas. Él había planeado mantener su promesa y proporcionar un refugio seguro, sólo para descubrir que Hanna estaba lejos de ser la delicada mujer que parecía. Era ingeniosa y astuta...
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