arla en su misión de olvidar a Steve Montgomery, aunque en verdad no era un objetivo tan difícil, especialmente po
y desde hace algunos años se dio cuenta de la manera en la que la chica lo miraba, sabía que estaba enamorada de él, pero por más que quisiera no podí
e mucho y era una chica linda, claro que sí, sin embargo, él no podía amarla de la m
lamaba mejor amiga, y lo mejor sería tomar distancia, así podría apro
segundos volver a la realidad, sin darse cuenta su mirada estaba fija en la mesa donde s
mano de su novia - Kate, cariño, eres la única chica que existe p
re ti, va a tu casa, pasas tiempo con ella, además, no es fe
le gusta alguien más - mintió con una punzada en el pecho, creyendo que er
uién le gusta?
e que Reagan tenía un enamoramiento secreto por Steve, y honestamente no le preocupaba, su novio era un chico atractivo
go que quiere algo de privacidad - Steve no tenía idea
lidad cuando vio una sonr
ire detrás suyo. Y todo rastro de tranquilidad abandonó su rostro al igual que su sonrisa tras
arse de esa manera a Reagan? Era su Reagan, nadie tenía derecho a coquetearle o intentar tener algo con ella... Se detuvo en medio de ese pe
o es que tenía que irse ante
uales, y se arrepentía de no hablar más a menudo con ellos, eran realmente personas muy agradables, en especial Maia, la castaña tampoco sabía que esa chica era tan
ivamente un estudiante nuevo, jugaba baloncesto con Steve, y no había conversado nunca con él, Steve no se sen
le informó el rubio entregando un pequeñ
castaña ladeando su
no estaba acostumbrada a obtener ese tipo de atención por parte de los chicos, y meno
respuesta pasó rápidamente la lengua a sus labios para humedecerlos an
r la mano de Grace, quien estaba a su lado atenta a la conversación de su amiga, y le devolvió el ap
on Steve tenía miedo de que ningún chico la tome en serio, o que la historia vuelva a repetirse, aunque otra parte la al
Reagan alzando una ceja. Wil
qué d
ó devolviendo el coqueteo, el rubio sonrió
rle un bolígrafo para que Reagan apunte su número. La campana sonó informando que la hora d
razo con emoción - Mi mamá tenía r
ta - se burló
er California te ayude a olvidar a don idiota - dijo caminando
mbular por los pasillos hasta que terminen las clases de Grace para irse juntas, cuando de pronto unos brazos
ese idiota, Reagan? - preguntó evidentemente eno
ó - le reclamó e intentó salir, pero fue detenida por el castaño, quien la
ndo sus labios con los de la chica, quien poco a poco dejó de queja
voz baja debido a la cercanía - Aho
queteo? ¿Acaso te gusta? - in
os estamos solteros, en cambió tú... Mejor suéltame an
la castaña, y acariciaba sus piernas por encima de la falda que traía - Dios, cómo me p
eagan tratando de
Voy a terminar con ella ahora, porque no quiero que nadie se te vuelva a acercar más, tú
jadeó al sentir la erección del
estar contigo, no Preston, ni nadie más, sólo yo - ordenó antes de alz
, Steve,
o y despreocupado, donde sólo importaban sus cuerpos y obtener aquella liberación que tanto anhelaba, no les tomó mucho tiemp
la escena de William haya influenciado en Steve? Quizá era el empujón que necesitaba p
l ve
na sola mirada del chico le bastó para obtener la respuesta, otra vez había actuado como una estúpida, enojada y sintiéndose
guna excusa para Grace porque no podía esperarla, en lo único que pensaba era en ir a casa, pero S
s en paz - advirtió
s que hablar, necesito que
én me entiende a mí? Nadie,
r amiga, por favor
a, Steve, sólo soy la idiota a la que acudes cua
o es c
ella dispuesta a caminar, pe
sta que hablemos.
iota, lo aca
aga
un poco mayor que Reagan, y más alto que ella. Su cabello era rizado y oscuro,
erte, Moore, no te metas en
el brazo de la castaña e ingresar nuevamente a la escuela - ¿Estás bien? - la castaña asintió, aunque el rizado no parecía conforme con
otase la tristeza en su rostro, pero era prácticamente
o era el tipo de persona atenta con todo el mundo, especialmente con su
ó una pequeña sonrisa, era apenas un mínimo acto de amabi