profundo. Comenzó a soñar que había retrocedido tres años, que había vuelto al d
toy embara
Sintió miedo y rabia al ver la sangre en el suelo. Podía escuchar el s
or eso no soportas que los demás logre
-dijo el abogado con indiferencia-. El señor Myers tiene pris
o de un sudor frío. De repente se estremeció y se despertó en un sobresalto. Había tenido esos sueños recurrentes en los últimos tres años. Se pasó las manos por el rostro y se incorporó antes de tomar el celular de la mesita de
Cuando llegaron a San Fetillo por primera vez, siempre se mostraba muy entusiasta en el trabajo y terminaba todas sus tare
El barrio era tan antiguo como el tiempo mismo y varias farolas ya no funcionaban. Irene salió de la callejuela con la brújula de su memoria y enseguida divisó
de cigarro en la mano y una expresión sombría, se quedó mirando hacia donde había desaparecido ella. Le costaba d
se en su puesto y encender la computadora. Mientras revisaba la agenda de su jefe para ese día, oyó el sonido de unos pasos que venían de la entrad
sonrisa pícara-. ¡Qué gran esperanza! Prefiero darle mi dinero a una mujer hermosa
da vez que iba a estar cerca de él, vestía con un atuendo conservador y anticuado y no se maquillaba. Además, cuando supo que odiaba a las mujeres que usaban lentes, incluso se compró u
ne se había vuelto inmune y había aprendido a ignorar su sarcasmo. David, por su p
a a comprometer pronto. ¿Qué deberíamo
ó aturdida por un insta