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Historia

Capítulo 5 Capitulo •4•

Palabras:2417    |    Actualizado en: 27/07/2023

a

embargo, decidimos ir, y por supuesto, llevaremos a Lucía con nosotros. No puedo estar demasiado tiempo lejos de mi niña, y aunque la idea de as

n de elegancia, sino de encajar con el ambiente y proyectar la imagen adecuada. Debemos hallar algo que no solo nos haga ver im

mbo hacia Rumania. Viajaremos en el jet privado de la manada, reservado para este

ro una cosa es segura: una vez que

*

*

u

frente al espejo. Estamos en una de las tiendas de la manada

ro impresionar a nadie, y voy porque no tengo de otra... -baja del

la puerta, dejando su t

Erika desde uno

ada hacia la cortina del v

o en la parte superior. La tela tiene un brillo sutil, casi como si hubiera sido rociada con escarcha, y la falda cae

uena en mi cabeza con frustración. "Se supone que debería en

andíbula, me o

o, inclinándome para besar sus

illa con un matiz que decido ignorar, com

ura-. Voy a cambiarme p

, y la observo desaparecer

oy list

ientos. Cuando volteo, lo veo salir del

yo ahora -dice c

recordando el color del vestido de Er

gro y él asiente con indiferencia antes de camina

.

o a Fabricio mientras

mantiene la armonía con los tonos del vestido de Erika. No es que

io desde el sofá, con los brazos cruz

ando del pequeño pedestal y ca

*

rc

con incredulidad-. Es e

as examina cada detalle del

una noche -intento razonar con ell

ve encogimiento de hombros-. Es una princesa y tiene q

do a Lucía, quien se ríe al se

i pequeña, mirándose en el espejo

una sonrisa-. Ve a camb

era le besa la mejilla antes de alejarse

usurro negando

a del escaparate p

ce con una mezcla de inoc

s ojos e

var con Fabricio -le digo

. Le correspondo, tománd

uego se enoja y me tira el zapat

jada mientras la acomo

mos de la tienda con

, sujetando su parte de las compra

ando los brazos hacia su m

ante la

ncaminamos hacia el auto-. Fabricio dice que

mira y

rando el paso con las

*

ul

a -le digo a mi tío mientra

dome la cintura con sus brazos mient

feliz-. No

or cara de cachorr

unta con una sonrisa, mi

o rápi

-digo, separándome de

mañana, y mientras mi tío duerme en el sofá, yo comienzo a ultima

*

br

edaremos esta noche. Mientras descargamos el equipaje y nos instalamos

rde. Dormí desde el mediodía, y aunque descansé

la máscara antes de salir. Cuanto antes termine esto, antes

pido esto -gruñ

piro-, pero tenemos que est

unto gris de corte entallado, con solapas en satén negro y una camisa blanca

l traje, con detalles circulares en relieve que reflejan la luz de manera sutil. Tiene

edianoche con solapas negras y camisa del mismo color. En su mano lleva una máscara azul oscu

sto? -pregunt

ie

te me ponga esta cosa

r

-dice, levan

tos antes de s

blanco, la tela parece de terciopelo bajo la luz, y su máscara es del mismo c

con una risa traviesa, y detrás de ella vien

ne una caída fluida y elegante, con una cola trasera que apenas roza el suelo, dándole un aire de realeza. En

una abertura lateral que deja entrever una minifalda debajo, permitiendo ver el tono de su piel a través de la tela traslúcida. Su máscara es un espectáculo en sí misma: de co

más pequeña y con plumas sutiles en el

logrando atraparla por la cintura después

isas, finalmente dejándose aco

és de asegurarse de que la

? -pide Marcus, a

e coloca la másc

avor -dice mi padre,

-añado,

asiente, ayudándonos a

omento, mamá e

falda cae al suelo, los tonos oscuros comienzan a degradarse en matices de azul profundo, como si la tela f

ño de filigranas y pequeños detalles de diamantin

, amor -dice m

y le agradec

s. Vamos de camino al c

os y nos diri

mos, un pensamiento

suena tanto

tras nos ponemos en marcha

*

y las máscaras, además de algunos retoques en la narrac

*

ul

Margarita al entrar al

i cada pliegue capturara la luz de la habitación. Lleva una máscara blanca adornada con plumas largas, dispuestas en forma de abanico, con pequeños cristales dorados incrustados en la pa

onrisa-. Estás de infarto... si mi tío tuvi

o antes de ace

ojo en sus mejillas-. Pero term

la observa mi atuend

ás el vestido? -pregu

ue sí -respondo

s. La falda corta, con un diseño asimétrico y delicados pliegues superpuestos, tiene pequeños brillos sutiles que destellan con cada movimiento. En mis pies, unos tacon

ompañado de pequeñas perlas que caen en los bordes, formando una especie de velo sutil. L

termina de acomodar mi máscara-. Vamo

rincipal, donde se encuentra la tarima en la que

ro, una melodía exquisita y familiar se cuela en mi mente, envolvién

o en voz baja,

inexplicable. No puedo hacerle esto

incomodidad, pero no hace preguntas.

*

br

on su piedra antigua bañada por la tenue luz de la luna. Al cruzar las

sa y co

ue siento cómo mi lobo, Matt, se inquieta d

e im

o suyo, la rechazaré sin dudarlo. No

nezco a Paulina.

ez... jamás v

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