. Aunque tengo joyas, lujos, carros y una casa, como mujer de clas
ir todos los gastos, especialmente cuando debo ayudar a mi abuela con medicamentos costosos. Mi vida d
cama si tiene a una mujer hermosa a su lado con la que planea casarse. ¿Qué soy exactamente para él? No puedo entenderlo, y su forma fría de tratarme me confunde. Parece utilizar mi cuerpo según su necesidad. Aunque lo amo, no pu
pieza mi
mes
mbio importante. Llevo dos años como secretaria del Sr. Bladimir Tyler, un jefe exigente que
r. El Sr. Tyler, ya anciano, necesitaba un descanso, y su puesto estaba en juego. Nadie esperaba esta noticia,
blemas de cáncer, y los costosos analgésicos añadían presión financiera. Cada día me esforzaba
presarios más reconocidos en la ciudad. Que esa compañía pasara a ser suya era como quitarle un pelo a un gato; su familia era extremadamente adinerada, y eran tema frecuente en revistas y peri
as personas, tanto mujeres como hombres. Su atractivo y elegancia eran innegables, y nunca pensé
verencia, excepto yo. Estaba en shock al verlo por primera vez en persona; mis piernas temblaban, mi corazón latía inquieto, y me sentía torpe
brazo, y fue entonces cuando reaccioné y re
cial, pero antes, me miró. En ese instante, no sabía qué hacer. Pensé que podía ser porque no hice la reverencia al principio, una falta de respeto haci
n decir "te compadezco". La verdad es que ya todos podían percibir su aura helada, y tam
́, rogando a Dios por conservar mi empleo. No me importaba si me llama
o, acomodó unos papeles sobre la mesa y luego me miró, pero lo hizo de pies a cabeza. Me
no mostré nerviosismo; mantuve la compostura. Él me miraba directo a los ojos, y yo le devolvía la mirada, dec
?-rompió el incómodo silencio. Fue un alivio que empez
ondí de inmediat
-preguntó mientras h
Sandra Sta
Ed
ondí ráp
no creo que la edad fuera necesaria, a
rascándose una ceja. ¿Ese c
mucha exp
ación de empresas durante 5 años y también cursé una tecnicatura en a
rsé la tecnicatura en asistencia a la dirección durante ese tiempo. Ni siquiera dormía; me esforcé mucho. Luego de eso, a los 23 años, envié hojas de vida a empre
onales, etc. Pero eso sí, te advierto de una vez que soy exigente. Me gusta la puntualidad, que hagan un buen trabajo y que me sienta satisfecho. Tienes que estar disponible cuando te necesite.
- respondí sin mostrar emoc
eso que traes puesto? No
a blanca sencilla. En todo el tiempo que he trabajado aquí, nunca había recibido un comentario sobre mi ropa. Es lo último a lo que le d
que necesita de mi rendimiento y experiencia, no de mi forma de vestir. No me pare
puesto de su asistente personal. ¿Cómo pude ser tan insolente de cuestionarlo? De verdad, no sé de dónde saqué el valor pa
o, metió sus manos en los bolsillos y suspiró pesado. En serio lo h
para mí. Tienes otro punto por eso, pero... hablaba en serio sobre tu vestimenta. Serás mi asistente personal, lo cual demanda que asistas a eventos importantes conmigo, galas, reuniones, entre otros. No
Eh
iero que pases un mal rato. Si esa es tu manera de vestir, está bien y se respeta, pero... en este caso, serás mi asistente pers
de vestir, pero tengo razones para cambiar a algo más elegante, no tanto, solo para la ocasión. La gente de sociedad puede ser muy difícil de trata
Mañana vendré con algo diferente que se acople a lo que
palda, pero antes de que pudiera
sp
mí, con las manos en los bolsillos de su pantalón. Su rostr
ender, reuniones que tienes que agendar, papeleos para resolver. El viejo T
ándolo con papeleos. Terminaba muy cansado el pobre. Es bueno que ahora se dedique a desca
y acostumbrada, no se pre
edes re
undamente. Me estaba quedando sin aliento cerca de él. Tengo que soportar eso. De todo