gestos femeninos que su amiga escondía celosamente. Ambas se conocieron en la univers
adas y sonrisas. Daba su mejor esfuerzo ya que no era modelo. Se encontraba en esa tesitura al ser su amig
o prefiero estar detrás del lente capturando cada movimiento -s
si no lo haces -Gianna le entregó una botella de agua para que se refrescase-. Por cierto, conocí
interrumpió mientras tomaba agua-. Es muy nombrada en Río, pero sabes muy bien que las aparien
ras daba órdenes para comenzar otra vez con la sesión fotográfica-. Vamos a salir esta noche, es una nueva discoteca,
su pareja en comer en un restaurante chino cerca de donde ambos viven, al llegar la noche iría
acaciones y sin pensarlo rememoró sus días en Río de Janeiro cinco meses atrás. Como extrañaba el sol, el ver su piel bronceada y no parecer un papel. Sin duda fu
e estaba bien, enviaba dinero y algunas otras cosas que les podían hacer faltas, las noticias eran claras. Venezuela estaba viviendo uno de sus peores perío
que pasase y a ella no le tocaba nada más que respetar su decis
ue le ayudó bastante a la hora de elegir su segunda profesión y gracias a él tuvo su primer trabajo como profesora en una escuela enseñando espa
ños se convirtió en hermandad y estaba agradecida de ello. Los minutos pasaron voland
a de la noche sacando Andrea de sus cavilaciones y asegurán
igura de infarto y su cabellera rubia despertaba en muchas mujeres envidia y en otras dese
ejó atrás esa niña aventurera que en ella habitaba para darle paso a la responsabilidad. Estaba co
a que hacía juego con su piel, el escote en forma de v le daba un toque seductor, se colocó un cinturón amarillo fosforescente que combinaban a la perfección con las sandalias de tacón alto
a y ya estaba empezando hacerle falta. Decidió agarrar un taxi en vez de ir en su auto, le dio la dirección al señor y quinc
s disfrutando la noche con un trago en las manos. Se contaron anécdotas vergonzosas de la niñez, la historia de Matt quién era nuevo en ese grupo; reían hasta más no poder
po en momento de crisis. Jean Carlos y Rose terminaron succionándose la boca, quedando así Gia, Andr
e no dejaría fluir nada más que una amistad y compañerismo. Llegó a la barra y pidió unos tragos, c
ncontraba Fabian Da Silva un hombre guapo, alto, lo más pare
portable en ese momento era todo un Dios, se relamió los labios y no pudo evitar soltar
obar que se encontraba con una pelirroja. Que estúpida era pensando que ese semental estaría solo en un sitio así, «vaya Gian
isky-. No pensé encontrármela en un buen tiempo, o al menos en e
jado señor Da Silva ya no parece un grano en el culo como hace días. Y si cree que v
sente? -indagó Andrea, quien se extrañó que su ami
quien estamos pensando asociarnos. -Puntualizó la rubia mientras el vodka inundaba su paladar-.
, soy Andrea Rodrí
, señorita. - Fabian
re que dejó inquietudes en ella. Todo lo hacía por moles
ólo conmigo. -La rubia se iba a salir de sus cabales,
o arruinando todo, y eso que sólo la ha visto dos veces. Tenía un carácter endemoniado y eso es lo que no le gustaba. Tendría que hablar con Peter para decidir si iban a asociarse a ese par de rubias. El n
risa. Andrea tenía una buena sensación con ese hombre, aunqu
ero mis padres son de Miami
to. -pudo sentir la incomodidad en su amiga, se vio indecisa si invitarlo junto a ellos-. ¿Desea un
miga -hizo una seña y a su lado apareció una p
hí torturándola con ese hombre intransigente y de paso con una pelirroja horrible. Ya podía ver
guiente le esperaba un interrogatorio por parte de su amiga, pero no le paró. Lo menos que quería era hablar de ese ser, aunqu
n a su juerga y cada uno agarró un taxi pa
*
estúpido, pero lo cierto es que sí. Se l
bilidades y a ése se lo dejó en bandeja de plata. Por otro lado, estaba Andrea. Aunque s
ventos para un contrato de la agencia, se informaría de eso después. Luego estaba la remodela
stenberg. Pero se dedicaba a su trabajo con pasión, en sus planes no estaba miles de en
nny una excelente médico en una de las mejores clínicas de Miami. El sueño de sus padres fue que su única hija se convirtiera en una mujer exitosa, con un futuro fructífer
loga para curar a todos los niños y adultos, pero se dio cuenta que eso sólo estaba en las manos de Dios y por m
a a su trabajo, luego a los 20 años se trasladó a la ciudad de Nueva York donde po
eso, sin embargo, nunca perdió la esperanza de encontrar alguien. Gracias a su amiga aprendió varios idiomas, portugués, italiano y
la noche pasada, que más podía ser. Una celebración en su vida nunca se pasa
etar trabajos importantes, y éste parecía serlo. Se arregló elegante, pero no extravagante. Se decidió por un traje de color beige, la blusa color salmón y l
y condujo por unos minutos. Desayunaría más tardecita, en el est
mpany. Después de 3 minutos fue
rita Clark. Ella la llevará con la señora Thompson. -le
as estaban por cerrarse... Ese perfume.
para estar en los mi
or, obsesionado conmigo señor Da Silva -sug
que andar pendiente de sus pasos - alegó, esa mujer lo estaba e
s de confianza y tú seguro que no lo eres, y no
r humo por las orejas y espuma por la boca. Pero ¿Quién caraj
far
pot
ansi
or la señorita Clark quien ah
legría verte. -dijo
o guapetón, de seguro e
a oficina, era lujosa, pero no exuberante. Tenía buen gusto y eso le atr
gusto Diane Thompson -d
o es todo mío -aseguró
Diane notar la tensión
presente y yo nos con
e evito las presentacion
Diane tomó las rie
cliente exigió que fuesen sus dos agencias encargadas de todo lo que corresponde a la fotografía. -Hizo una pausa-. Tu prima se c
a Rodríguez, quién es la encargada de diseñar sus páginas web. Acá en estas dos carpetas está todos los términos, es cue
corriendo y alejarse de él. La ponía nerviosa, tensa. Ya no lo soportaba más. Aguantó mucho por dos hora