img Aprendiendo De Mis Dagas.  /  Capítulo 3 Cenizas y Sangre. I | 18.75%
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Historia

Capítulo 3 Cenizas y Sangre. I

Palabras:2431    |    Actualizado en: 09/11/2023

e mis dagas.

E: J.K CL

___⚔.⚔

a: Liena

to. -Su pequeño dedo señala a una espada e

va a rastras por el piso, pero no impide mi rápido y curioso paso. Me

spada que parece enorme en su

arduamente para ser digno de cuidar sus pasos. -Levanta su puño de

por lo cual yo

y ahora, te nombro... -Levanto la gran espada, y la pongo en su hombro derecho-, escudero de la

hoyuelos en sus mejillas. Ese momento era el más h

un juego de niños, se vo

uvo que terminar seguido

a por el pasillo donde nos encontramos. Tiene

cho me sorprende, ya que ese lugar no parecía tener problemas

nertes bajo la presión de los gritos q

cer, aquel hombre angustiado sí; ya

mi ensimismamiento co

astillo caen en nuestros costados y el piso tiembl

sara algo así. No sabía que

ojos conectan con los de él, y fue entonces, q

a mi lado, que me hace tem

levanto la vista, un golpe en mi cabe

fue a Senaku correr hacia

daría mis pasos..., ese

-----

ecuerdo continuo, que por más que lo repita,

llas. Me aclaro la garganta y estiro mi brazo hacia la mesita de n

amiga. Deslizo mi d

me activa y provoca un l

as, muy propias de ella. Otras amigas se entristecen porq

a universidad, no y

do de la línea, me la imagino sacudiendo su cabeza divertida-. Ya l

trado -mi tono de voz sale má

irma, en un d

hacer lo suficiente para que Senaku, apareciera. Después del accidente yo

la idea de irme a la universidad desacredita mi emoción, p

en la voz de mi mejor

e, nos vemos en la cafetería de siem

por la molestia de tener que levantarme temprano otra vez.

para poder quedarme sola. Mi madre murió en el parto, así que no pude conocerla. Lo bueno es que mi padre se casó con una maravillosa mujer,

me de mi cama. Mi habitación se encuentra vacía; la mayoría de mi ropa e

a tener que abrirlas de nuevo, así que veo con desagrado aquel

vestido no me va caus

sinceramente la sobriedad de este no me agradaba, sin mencionar, que estos tres últimos meses ha hec

mi piel y agita el borde de mi vestido. Todo es

lce aunque mal humorada v

risa amisto

a -aun sin detenerme, le guiño un

mundo se basa en apariencias y una apariencia aceptable hace el

amigo de mi padre, s

sa por haber ayudado a ese pobre hombre a pre

mejor -grita a

el camino a la cafetería siempre abunda en pe

al no estar protegi

les, más furtivos, ¿por qué?: la cafetería reside en penumbras, remplazando su estilo moderno a uno más tétrico..

anoica, por lo que deci

dubitativa la puerta, las luces están apagadas, mis nervios encendidos, y las personas nulas. La única

qué pas

léfono a un c

l del café. Levanto mi teléfono, enci

gre

son

ento, puedo sentir la adrenalina q

sforma débil, y mi corazón late desbocado en mi pecho. Solo puedo ver las siluetas de las mesas que

nuestras constantes visitas junto a nuestros comp

s vemos en el c

ón de mi mejor amiga, despiert

a dejar

uncio su nombr

n ayuda de la linterna de mi teléfono; ningu

cuando escucho el lejano soni

apenas escucho esos sonidos intermitentes, salgo corr

o para personas y carros. Jamás me sentí

erecho teng

vienen lo

erda tengo

s la ca

culto? Yo no he hecho na

osque, la velocidad en ellos fluye al igual que los tropiezos

mpañada por las abundantes

tienen con un jalón en la

No ejerzo presión y tampoco me resisto, porque

eroz ola golpea al acanti

r a despeñarme, y comienzo a rogar

-imploro entre sollozos desesperados,

de mis ruegos, no hace nada. Toda la quietud de mi cuerpo acaba debilitándos

y me hace caer de rodillas en el borde del acantilado; cau

, sosteniendo mi pe

pensé qu

a. -La voz de un hombre me alerta y

o, su voz sale gruesa y un tanto áspera, mie

rquesa y pantalones verdes. Lo más discreto que usa es su gorra negra que esconde parte de su rostro. E

el espeso cabello negro,

como aquellas personas que eran desterradas y sometidas

porque gira su rostro y me mira, mi

-agradezco con vergüenz

prendida al ver el joven rostro de aquel chico.

ro (a pesar de no ver mucho de él), delata que es joven. Tiene cejas gr

terés que me dio aquel chico. Tanteo rápidamente mi

contestar, y poder escuchar la agón

mbre coincide más como una súplica-.

ante, que acoja mi corazón, para permitir respirar y darle vida

stame! -demand

os policías, todo se silencia hasta que la voz de

un oso en la cafetería central. -El hombre suspira apesadumbrado-. M

de Marta, pero cuando miro a mi alrededor, en bu

______

pequeña h

dora, con una familia donde no había figura paterna. Es una persona que oculta sus penas para no preocupar a sus niños, y de aquellos individuos que emitían alegría solo por

orde inferior de mi vestido y sacude bruscamente de el-. Por

unque no serviría para quitar el dolor, podría ser útil para

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