e mis dagas.
E: J.K CL
___⚔.⚔
a: Liena
to. -Su pequeño dedo señala a una espada e
va a rastras por el piso, pero no impide mi rápido y curioso paso. Me
spada que parece enorme en su
arduamente para ser digno de cuidar sus pasos. -Levanta su puño de
por lo cual yo
y ahora, te nombro... -Levanto la gran espada, y la pongo en su hombro derecho-, escudero de la
hoyuelos en sus mejillas. Ese momento era el más h
un juego de niños, se vo
uvo que terminar seguido
a por el pasillo donde nos encontramos. Tiene
cho me sorprende, ya que ese lugar no parecía tener problemas
nertes bajo la presión de los gritos q
cer, aquel hombre angustiado sí; ya
mi ensimismamiento co
astillo caen en nuestros costados y el piso tiembl
sara algo así. No sabía que
ojos conectan con los de él, y fue entonces, q
a mi lado, que me hace tem
levanto la vista, un golpe en mi cabe
fue a Senaku correr hacia
daría mis pasos..., ese
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ecuerdo continuo, que por más que lo repita,
llas. Me aclaro la garganta y estiro mi brazo hacia la mesita de n
amiga. Deslizo mi d
me activa y provoca un l
as, muy propias de ella. Otras amigas se entristecen porq
a universidad, no y
do de la línea, me la imagino sacudiendo su cabeza divertida-. Ya l
trado -mi tono de voz sale má
irma, en un d
hacer lo suficiente para que Senaku, apareciera. Después del accidente yo
la idea de irme a la universidad desacredita mi emoción, p
en la voz de mi mejor
e, nos vemos en la cafetería de siem
por la molestia de tener que levantarme temprano otra vez.
para poder quedarme sola. Mi madre murió en el parto, así que no pude conocerla. Lo bueno es que mi padre se casó con una maravillosa mujer,
me de mi cama. Mi habitación se encuentra vacía; la mayoría de mi ropa e
a tener que abrirlas de nuevo, así que veo con desagrado aquel
vestido no me va caus
sinceramente la sobriedad de este no me agradaba, sin mencionar, que estos tres últimos meses ha hec
mi piel y agita el borde de mi vestido. Todo es
lce aunque mal humorada v
risa amisto
a -aun sin detenerme, le guiño un
mundo se basa en apariencias y una apariencia aceptable hace el
amigo de mi padre, s
sa por haber ayudado a ese pobre hombre a pre
mejor -grita a
el camino a la cafetería siempre abunda en pe
al no estar protegi
les, más furtivos, ¿por qué?: la cafetería reside en penumbras, remplazando su estilo moderno a uno más tétrico..
anoica, por lo que deci
dubitativa la puerta, las luces están apagadas, mis nervios encendidos, y las personas nulas. La única
qué pas
léfono a un c
l del café. Levanto mi teléfono, encigre
son
ento, puedo sentir la adrenalina q
sforma débil, y mi corazón late desbocado en mi pecho. Solo puedo ver las siluetas de las mesas que
nuestras constantes visitas junto a nuestros comp
s vemos en el c
ón de mi mejor amiga, despiert
a dejar
uncio su nombr
n ayuda de la linterna de mi teléfono; ningu
cuando escucho el lejano soni
apenas escucho esos sonidos intermitentes, salgo corr
o para personas y carros. Jamás me sentí
erecho teng
vienen lo
erda tengo
s la ca
culto? Yo no he hecho na
osque, la velocidad en ellos fluye al igual que los tropiezos
mpañada por las abundantes
tienen con un jalón en la
No ejerzo presión y tampoco me resisto, porque
eroz ola golpea al acanti
r a despeñarme, y comienzo a rogar
-imploro entre sollozos desesperados,
de mis ruegos, no hace nada. Toda la quietud de mi cuerpo acaba debilitándos
y me hace caer de rodillas en el borde del acantilado; cau
, sosteniendo mi pe
pensé qu
a. -La voz de un hombre me alerta y
o, su voz sale gruesa y un tanto áspera, mie
rquesa y pantalones verdes. Lo más discreto que usa es su gorra negra que esconde parte de su rostro. E
el espeso cabello negro,
como aquellas personas que eran desterradas y sometidas
porque gira su rostro y me mira, mi
-agradezco con vergüenz
prendida al ver el joven rostro de aquel chico.
ro (a pesar de no ver mucho de él), delata que es joven. Tiene cejas gr
terés que me dio aquel chico. Tanteo rápidamente mi
contestar, y poder escuchar la agón
mbre coincide más como una súplica-.
ante, que acoja mi corazón, para permitir respirar y darle vida
stame! -demand
os policías, todo se silencia hasta que la voz de
un oso en la cafetería central. -El hombre suspira apesadumbrado-. M
de Marta, pero cuando miro a mi alrededor, en bu
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pequeña h
dora, con una familia donde no había figura paterna. Es una persona que oculta sus penas para no preocupar a sus niños, y de aquellos individuos que emitían alegría solo por
orde inferior de mi vestido y sacude bruscamente de el-. Por
unque no serviría para quitar el dolor, podría ser útil para