a
Intenté mover los pies del suelo, pero parec
o como si fuera a quitármelo y
respuesta, p
no, con una sonrisa que solo yo vi, ya que al parecer al nieto
esperando - logré art
ló él y mi boca se sec
é, solo
mi dirección. Apenas estaba recuperan
i ya me estaba esperando y por primera vez ni siquiera saludé. Sol
er ese par de ojos iguales a los de Anthony estar sobre mí todo el reco
faltaba o me sobraba. Por un instante estuve a punto de tropezar, pero me estabilicé. Abrí la puerta del apartamen
e ves muy pálida. Hasta diría
il. Ni siquiera estaba pensando. Ni
vi. -
está nada mal, pero tampoco es para que
Anthony, lo vi. - afirmé y ell
no esperé pasara, pero lo hizo y en ese momento debía
pregunta que me hizo y no supe respo
bien, Sara. Solo no te p
Todo el mar de preguntas que no m
nte, pero se solo recordar que la p
r un trabajo primero antes de abandonar
ino para entrar al dormitorio de mi paciente. Este, como todos los días me reci
alguna pareja de nuevo, fue una negativa lo que recibió. No est
. - aseguró y me reí de su insinuación. - Es he
e atacarla con sonrisas genuinas
l accidente que lo dejó así y yo me perdí en
ue duró poco, pues cuando salí al pasillo ahí estaba.
respuesta. - d
ony es
ral? - consultó su novia. É
e tuve que recordar. No
alguien desde lo que pareció ser su h
oy esp
era suyo si estaba a punto de casarse, quizá luego
ntes.
endí. Pasé a su lado y
- aseguró. - Y te juro que si
e de boca. Solo guardé sielncio para llagar a la salida, el taxi estaba ahí y p
que tenía afuera. Planté mis pies al ver que
en la Antártida, los nervios se adueñaron de mi y co
eran peligrosos, muy peligrosos. Si el nieto de Don Br
la desde que llegamos al apartamento. - L
ida. Yo también lo estaba, pero no hab
dije. Reservaré lo
- cuestionó
rtante es que debemos alejarnos lo más
Tomaste algo ilega
al reservar nuestros boletos para regresar a la ciudad donde vivimos años atrás. C