ea muy fácil, sobre todo porque vine a vivir con ella dos días antes de mi cumpleaños, sólo porque esta
osas, así que sigo todos los pasos
cto sugiere esperar cinco minutos para obtener un resultado concluyent
y un corazón latiendo dentro de mí. Con manos temblorosas hago el examen y lo reviso una vez más. ─ Embarazada, Ali, estás embarazada – d
emblorosas me lo llevo a los ojos y rompo a llorar. Sé que llorar no s
r mi cabeza para
s pongo el bi
mi prisa no ha hecho más que aumentar, porque además de ayudar a mi padre en el supermercado, también te
Confeso que cuando escuché esto me sentí muy triste, pero la realidad e
erente. Hace meses me peleé con mi padre por su nueva novia, pero la verdad es que fueron los celos de mi
ho. Cuando viene a visitarnos, siempre me ayuda con Theo. . ─ Vamos, cariño, ¿ves abuelo? – Hablo con mi
Mi padre está loco por su nieto, pens
adre también. Verlo babear por mi hijo me emociona. ─ Mamá está pens
acuerdo, querida? ¿Es cierto? No m
la calle, me cuido y me dirijo al supermercado. Trabajo allí para ayudar con los gastos que mi padre tien
e, al fn y al cabo ya soy mayor de e
del cajero. Deja lo que está haciendo y se acerca a Theo. ─ Hola, abuelo. – Con una sonrisa tonta en mis
sión, guardo silencio, sobre todo porque mi hijo ama a Vania. Asumo el cargo de cajero mientras él prest
ante al que le compro, dijo que estaban contratando. Tomo el papel y lo evalúo. Theo aún es pequeño, pero
con Theo, que necesita conseguir tr
Padre... ─ Me ayudas mucho, hija. Desde que tuve a mi hijo mis emocio
cuidas muy bien, pero necesito encontrar un rumbo en mi vida. ¿Pued
tirme una niñera. ─ Aline... ─ La
sólo un plan, cuando consigo algo.
imándolo. ─ Tienes razón. El señor Joaquim se quita de mi camino y vu
to que tengo en la mano. Hace años
hay pocos despidos. Comparto mi atención con algunos clientes que llegan con sus compras, y en los rat
sperar algún contacto. Incapaz de contener mi emoción, recojo a mi hij
n un mensaje para hacer una entrevista esta misma tarde. Es mediodía, ne
jo. ─ Ánimo para mamá, ¿vale hijo? ─ Le beso el pelo y lo subo al
casi dos horas en autobús de donde vivo. Mientras tanto le envío un mensaje a mi padre y le informo de la noticia, antes incluso