ras se para frente a él con sus manos en su cintura._ ¿Qué dicen papá? _ Benjamín Pregunta secamente, el sabía perfectamente de lo que hablaba su padre._ ¿Es cierto que traba
stá es su casa_ Interviene Margarita, la madre de Benjamín, llorando con amargura ante aquella situación._ ¿Eso es lo que quieres papá? ¿Crees que dejaré de trabajar con ellos para volver a la miseria? No, ¡Eso nunca! apenas estoy empezando, es el inicio de algo grande ¿Y si tú no quieres comer una rebanada del gran pastel que estoy haciendo? Ese es tu problema, peor mamá y Rocío si, ellas se vendrán conmigo.Efraín mira aterrorizado a sus hijo después de oírlo, la forma como lo miraba era tan dura, tan fría, que no podía evitar sentir miedo._ Benjamín ¿Que te han hecho? _ Pregunta él con horror._ Nada, solo que ya no estoy dispuesto a seguir viviendo así.Margarita, lo mira y acercándose a él, pone su mano sobre sus mejillas con ternura y le dice: _ Cariño, hijo mío, por favor no sigas con ellos._ Lo lamento mamá, pero ya no daré un paso atrás, ¡ven conmigo! !Vengan conmigo! Ya no habrá más escasez, ni dolor, viviremos en una casa hermosa, con lujos y comodidades.Benjamín miraba a su madre con suplica, la quería, pero ni por ella dejaría lo que tenía en sus manos._ No hijo, no iremos a ningún lado, tu padre, tu hermana y yo, nos quedaremos aquí, y tú siempre tendrás las puertas abiertas, para que vuelvas cuando quieras.Ella besa su frente y lo bendice, sabe que él no dará marcha atrás, que ella tendrá que verlo partir.Efraín baja ña mirada para esconder sus lágrimas, le duele lo que esta pasando con su hijo, él lo ama, pero no puede permitir los dineros que sabe que proceden del dolor y las lágrimas._ Esta bien mamá, respeto tu desición, así como les pido respeten la mía.Benjamín besa las manos de su madre, al mismo tiempo que ves a la mano derecha de su hermana mira su padre seriamente y sin decir nada más sale de la casa.cuando él atraviesa la
as cosas que hacía, ya todo el mundo sabía con quién trabajaba Y a lo que se dedicaba, pero en el corazón no se manda,