ante
amada en la que estoy y me concentro en saber el motivo de su histeria. -¿Cómo es eso que p
e mis lapiceros caiga al suelo junto con estas creando un
sin decir nada. Hablar con ella como personas adultas resulta ser
l menos una vez hacer lo que me corresponde? También es mi maldita empresa, yo soy la Jefa de diseño, yo decido con quienes quiero tr
ía por tener el noventa por ciento de las acciones, por lo tanto, sí puedo tomar las decisiones que crea conveniente en el momento oportuno. En tercera, sí, si eres la
de mi personal nada
cielo que me envíe un poco más
s? -pregunto después de unas cuantas aspiraciones. -¿
s con el ceño fruncido y los labios apret
guerra constante, en especial porque en su testamento me asignó el noventa por ciento del total y el diez por ciento res
er condescendiente con ellos en cuanto a sus funciones aquí, los dos se han
s muy capaces, graduadas con honores, tienen ideas brillantes e innovadoras de las cuales podemos sacar provecho y posicionarnos nue
a no me dijiste que tú meterías tus nar
s la cuarta vez en el año que buscas profesionales para esa área, y el motivo tú y yo lo sabemos
ían! No quiero trabajar con ese t
ue hoy se presentaron, al menos 5 son personas con muy buenas referencias, ent
solo la ignoro y camino de vuelta hasta el escritorio y empiezo a leer la primera y mo
giné la
ras experiencias en empresas similares y ha tomado cursos de todo tipo que tienen que ver con diseño, pero
de edad, y según ella eso afecta a los diseños que podrían no ser tan act
, también
e va agotando con cada minuto que intento hacerla rec
la otra carpeta. Esta es una hoja de vida hecha totalmente
ma la atención de Luisa. No pensé que después de tantos años me causaría ese efecto, volve
-se levanta y camina ha
o dejar que ella misma lo averigüe, de todos modos, L
anosegundo. Imagino que su sorpresa es igual de grande que la mía cuando la vi ho
l currículo de esa g
s, pero esta vez se queda
álm
Qué pensará la gente de nosotros, la prensa, especialmente, si se enteran de qu
aspecto con su talento, solo mira los dibujos que hizo y sus notas acad
n fuerte que los oídos me duelen. -Es a ella a quien qui
iar con su idiotez. Sabía que esto sucedería, pero aun así tuve la leve espera
alidad, estoy tan sorprendido como tú, pero es necesario que dejemos eso atrás y pensemos con la cabeza fría. Ella es
regordeta cara aquí?! -vuelve a gritar, ahora má
-Ahora soy yo el que
-No la quiero cerca de mí ni de mis diseños, te lo advierto, Dante. Si l
a noche me produce un
dejaré que me vuelvan a