"¿Alguna vez te han dicho lo asquerosa que eres?" Esa fue la frase que acabó con la poca autoestima que me quedaba, que no era demasiada tomando en cuenta todo por lo que había pasado desde niña; pero justo en ese momento terminó derrumbándome por completo. Y no es que la hubiera escuchado por primera vez, de hecho, era bastante recurrente donde quiera que iba o con quien me encontrara, pero ese día terminó siendo uno de los peores de mi vida, cuando aquella ruin locución, salió de la boca de la única persona que nunca me había menospreciado. Tal parece que no fue lo suficiente como para destrozarme la vida y prefirió asegurarse, haciéndolo justo frente a todos, en mi fiesta de cumpleaños número dieciocho. ¿Podría haber algo más vergonzoso que eso? Pues si... Las risas y las burlas que siguieron a esa triste y devastadora escena, llenaron el espacio, haciéndome imposible respirar. Podía ver sus caras llenas de desprecio y satisfacción por lo ocurrido, como si el maravilloso plan hubiera sido todo un éxito. Me aferré con fuerza a mi vestido floreado, el que mi abuela me había comprado especialmente para esa ocasión. Di varios pasos atrás, tratando de ponerme a salvo de la crueldad que irradiaban, pero todo fue en vano cuando mi espalda tocó la pared de aquel salón. Entonces supe que ya era imposible escapar. Todo lo que pasó después, aún me atormenta en mis noches de sueños, o de insomnio, según sea la caso. Y sé que debería sentirme mejor después diez años, pero no es así. Hoy, con veintiocho años, continúo llevando dentro de mí a aquella joven insegura y torpe de la que todos se burlaban, con la diferencia que ahora sí sé diferenciar a las personas que realmente me quieren. O eso creí, hasta que nos encontramos nuevamente y todo volvió a repetirse.
POV Elizabeth Collins
«Esto es el colmo» pienso mientras intento colocarme el vestido que apenas hace una semana había comprado únicamente para esta entrevista.
-¡No puede ser que haya subido! -pataleo de la impotencia. -¿En qué momento comí tanto?
Me siento frustrada a un nivel inasequible. Esta es mi única opción, no tengo nada apropiado para ir a esa entrevista y me temo que si no me visto decentemente perderé la única oportunidad que tengo de acceder al puesto de diseñadora en Edwards Design & Fashion.
-¡Por dios, Elizabeth! ¿Cuándo vas a aprender a cerrar la boca? -la voz de mi prima desde la puerta me sobresalta. -Nuevamente, subiste, ¿No? Si sigues así tendrás que diseñar ropa especial talla hiper plus para ti misma.
Sus carcajadas de burla no hacen más que aumentar mi desazón. Se tira a mi cama y me mira sin disimular su desprecio. Ya estoy acostumbrada a sus críticas nada amables, pero creo que en esta ocasión tiene algo de razón, aunque no del todo. Que no tenga sus medidas de 90, 60, 90 no significa que esté enorme y no pueda verme bien con la ropa adecuada, pero el de diseñar ropa de esa talla no es una mala idea, incluso es algo que he considerado.
-En vez de criticar deberías ayudarme -chillo. -De este trabajo depende que pueda seguir pagando tu escuela VIP y tengas comida caliente que llevarte a la boca todos los días. Y ni hablemos de la ropa que siempre me pides que te compre para tus saliditas con amigos.
Se levanta de mala gana y me ayuda a cerrar los botones de la espalda, ejerciendo más presión para demostrar su protesta.
-No entiendo por qué no te vas si te molesta tanto colaborar con los gastos de la casa -se defiende. -No haces más que reprochar todo el tiempo que eres la única que trabaja. Si no vivieras aquí, no tendrías que ocuparte de nada ni molestarte por mis pedidos.
Gran pregunta y una muy fácil de responder y entender. En esta casa he pasado las peores y mejores épocas de mi vida. Mi madre me abandonó cuando yo tenía apenas 3 meses, en realidad, a mí y a mi padre. Poco tiempo después mi padre falleció de una enfermedad muy avanzada y quedé al cuidado de mi abuela. Mi vida nunca ha sido agradable y estuvo llena de precariedades, no solo económicas, sino también afectivas.
No malinterpreten, amo a mi abuela y ella a mí; es de las únicas personas en el mundo que me aman sinceramente y que ha arriesgado todo por mí, me ha dado todo lo que podía darme y hasta más, pero la situación dio un giro de 360º cuando mi tía Raiza vino junto con Tamara, mi prima, a quedarse con nosotros.
El motivo nunca estuvo claro, o por lo menos yo lo ignoro, porque según estaba felizmente casada con un hombre millonario que la trataba como reina, pero de un día para otro solo apareció en la puerta con una maleta vieja, una pequeña de apenas 1 mes en sus brazos y con unos buenos moretones en la cara.
De eso ya pasado 18 años, en ese entonces yo tenía apenas 10 años, he iba a la escuela. Desde ese día me convertí en una sirvienta y niñera en vez de dedicarme a mis estudios o a jugar en mis ratos libres, y más tarde, cuando ya cumplí la mayoría de edad, mi obligación era trabajar para ayudar con los gastos porque mi abuela no podía con todo y su salud empeoraba rápidamente por la vejez.
Esa es la verdadera razón por la que aún estoy aquí, mi abuela; no podría abandonarla cuando ella me cuidó en el momento que yo más lo necesitaba. Todo lo soporto por ella.
-Si al menos la tía y tú consiguieran algún ingreso, estaríamos mejor y mi abue no tendría que estar pasando trabajo en el mercado a su edad -replico. -Pero no tienen ni la más mínima intención de ayudar. Si me voy de la casa, llevo a la abuela conmigo donde no sea explotada y pueda al fin descansar como se lo merece.
Me mira con la ceja arqueada y de brazos cruzados, como si estuviera bromeando, pero es algo que había sopesado desde hace mucho. Niega con una sonrisa de suficiencia y sale de la habitación cuando escucha a su madre llamándola.
Si la vida conspira a mi favor y consigo el puesto, finalmente podría cumplir con mi propósito y alejarnos de estos parásitos. Bastante me esforcé para graduarme y recibir mi título de diseñadora como para desperdiciar mi talento vendiendo verduras toda la vida en un puesto improvisado en el mercado.
Termino de arreglarme y salgo. Para mi desgracia una lluvia cae justo antes de mi salida. Busco mi paraguas y en compañía de mi abuela caminamos hasta la estación de buses, que queda a menos de 30 metros.
-Esta lluvia no ha parado -bufa mi abuela secándose con su pañuelo. -Ya me está cansando, traigo toda la ropa húmeda y ya me está picando la nariz. Si sigo así terminaré internada nuevamente.
-Lo sé abuela, también estoy aburrida de esto. -salgo un poco hacia la calle para mirar, pero nada que aparece ese estúpido autobús. -Esta lluvia lo único que ha hecho es retrasarnos. Mira la hora que es, yo debería estar esperando en la empresa y tú en el puesto.
-Debiste pedirle a tu novio que te lleve, hija, te lo dije, esta es la época más lluviosa del año, no hay día que no caiga al menos un aguacero, así todo el mundo anda retrasado y nervioso -también se levanta y camina hacia mí. -No encontrarás una oportunidad como esta. Ese puesto es exactamente lo que has esperado siempre, si la pierdes será difícil que encuentres otra igual.
-Sabes que no me gusta molestar a Víctor, abue, ya le debo muchos favores, además debe estar muy cansado de su viaje -me froto la nariz de puro nerviosismo. -Lo del trabajo es cierto, espero llegar a tiempo.
-Pues yo no veo el problema, es tu novio, ¿no? Y van a casarse pronto.
Miro el delgado anillo en mi dedo y suspiro. Es una promesa de casi 5 años de los 7 que llevamos juntos y no hemos dado el paso aún. Hay días que me pregunto si todavía desea casarse conmigo.
Sacudo mi cabeza y me enfoco en lo realmente importante ahora. «Necesito estar serena» razono.
Ya de camino a la empresa empiezo a practicar mentalmente mi discurso. Tengo claro todo lo que necesito demostrar, no es muy complicado, pero la oportunidad es única.
Aspiro un par de veces para tranquilizar mi nerviosismo cuando al fin llego a mi destino, el gran y prestigioso edificio de 30 pisos de Edwards Design & Fashion, afino mi vestido, acomodo mi cabello con los dedos y camino de manera lenta, pero recta hasta la recepcionista.
-Buenos días, señorita -levanta la vista y me mira de manera indiferente para luego asentir. -Vengo para la entrevista de trabajo.
-¿Para qué puesto?
-Para el departamento de diseño -comento con voz firme. Ella me mira con el ceño fruncido, pero luego teclea algo en su computador para finalmente darme un pase con el número de piso donde debo ir.
Mi estómago es una revolución de locas emociones, esto lo había esperado hace tanto tiempo que ahora mismo no puedo creer que esté pasando.
El ascensor es bastante rápido y cuando llego al piso correspondiente mi estómago se contrae aún más al ver a todas las candidatas que allí esperan, al menos veinte que me miran fijamente cuando entro.
Inmediatamente, siento un peso sobre mi espalda al analizar mis probabilidades, todas ellas son hermosas y elegantes. No dudo de mi capacidad ni de lo que he aprendido, pero mi sobrepeso siempre ha representado un problema en todo lo que me he propuesto.
«¿Por qué todo tiene que ser tan difícil para mí?»
Selene Shadowfang se ve atrapada en un torbellino de desesperación tras la dolorosa pérdida de su Mate. Convencida de que la soledad es su destino inevitable, se sumerge en una vida marcada por la oscuridad y la rebeldía. Sin embargo, la diosa Luna, cuyos designios son misteriosos, comienza a trazar un nuevo camino para ella. Cuando un enigmático lobo entra en su vida, Selene se enfrenta a la posibilidad de un nuevo comienzo que se niega a aceptar. ¿Podrá abrir su corazón nuevamente a la conexión y al amor que el destino le depara, o seguirá aferrada a la idea de la soledad como su destino ineludible? Nada está escrito y la diosa Luna ya ha tomado una decisión. ¿Cuál será el destino de Selene en este intrigante juego de destino y amor?
En un destino cruel y trágico, Katrina, una encantadora mujer loba de la manada Alba Noctis, es traicionada y asesinada por su malvada medio hermana y su esposo. Sin embargo, contra todo pronóstico, Katrina es rescatada de la muerte por Ragnar Shadowfang, un poderoso alfa y viudo de otra manada. Conmovido por su belleza e inocencia, Ragnar la lleva lejos de aquellos que la conocen, mientras ella carga con un gran secreto sobre su espalda. A medida que los días pasan, Katrina se vuelve más fuerte y valiente bajo la tutela de Ragnar, hasta que se convierte en una loba blanca con poderes nunca antes vistos y su deseo de venganza se va esfumando lentamente. Finalmente, por deseo de Ragnar decide regresar a su antiguo hogar para reclamar lo que le han arrebatado injustamente. Sin embargo, en medio de la batalla, muchas verdades que ella ignoraba salen a la luz y se debate entre encontrar la paz o hacer justicia. ¿Podrá Katrina resistir hasta conseguir lo que busca o sucumbirá a sus más oscuros instintos?
La vida, aparentemente perfecta y tranquila, de Gabriel, cambia cuando recibe una llamada de su madre informando del estado de salud grave de su hermano mayor. El reencuentro entre ellos trae a sus recuerdos una sombra de dolor que se niega a abandonarlos a pesar de los años; sin embargo, ambos intentan perdonarse y derrumbar esa barrera que los tuvo tanto tiempo separados, sin imaginar que el destino les tiene una prueba aun mayor que la anterior. Nadie elige de quien enamorarse y a Gabriel le toca aprender de la peor forma cuando conoce a la única mujer a la que no debe desear ni amar. ¿Cómo se puede ignorar lo que se lleva metido en el corazón como una daga? ¿Cómo olvidar a la única persona capaz de hacerte feliz? A veces el amor llega disfrazado de tu peor perdición.
No hay nada emocionante en la vida de Pandora, hasta que un joven doctor llega para poner su mundo de cabeza. A pesar de la explosiva personalidad de ambos, una propuesta inesperada y poco usual lo cambiará todo, incluso sus destinos. Pandora es consciente que aquello tiene límite de tiempo y que podría traer muchas complicaciones a futuro, pero aún así decide dejarse llevar, por lo que aquel doctor arrogante, recién llegado y sexy tiene para ofrecerle, sin importar lo que suceda después. El conocimiento de aquello no puede detener lo inevitable y una huella de ese tiempo quedará marcada para siempre en la vida de ambos.
Adelaide ha sido despreciada por su padre desde el mismo día que nació y destinada a ser cuidada y criada por una sirvienta, alejada de las comodidades de su familia. Cuando su hermana Nadia huye con su amante a solo dos días de su boda con el multimillonario Egil Arrabal, su padre la obliga a cumplir con el compromiso asumido quince años atrás con ese despiadado y arrogante CEO del que ha oído hablar desde que tiene uso de razón. Condenada a ser la esposa sustituta del hijo mayor de los Arrabal, Adelaide camina hacia un futuro incierto donde la muerte, la traición y la venganza pondrán a prueba su temple. ¿Podrá salir ilesa de las garras de este hombre? ¿Qué cosas debe hacer para pagar la huida de su hermana y así evitar la debacle de su apellido?
Ethan Montgomery, un brillante y reservado CEO, decide convertirse en padre soltero mediante un vientre de alquiler, buscando formar una familia en sus propios términos. Todo parecía marchar según lo planeado, hasta que un inesperado giro cambió su destino: la mujer que llevaba a su hijo dio a luz a gemelos. Sin informarle, se quedó con uno de los bebés y desapareció. Seis años después, Ethan es un padre devoto para su hijo, Liam, y todo en su vida está bajo control. Sin embargo, todo cambia cuando conoce a Isabella, la nueva y encantadora profesora de su hijo. Hay algo en ella que lo intriga, una conexión inexplicable que no puede ignorar. Pero lo que Ethan no sabe es que Isabella no solo guarda un secreto, sino que ese secreto tiene ojos idénticos a los de Liam: su otro hijo, Noah. Lo que comienza como una atracción inocente entre Ethan e Isabella pronto se convierte en una batalla de emociones y verdades ocultas. Cuando las piezas del rompecabezas comienzan a encajar, Ethan e Isabella deben enfrentarse a sus miedos, errores pasados y, sobre todo, a los lazos irrompibles de amor y familia que los unirán para siempre. ¿Podrán superar las barreras del pasado y construir un futuro juntos? ¿O los secretos serán demasiado para manejar?
Rena se acostó con Waylen una noche cuando estaba borracha. Y como ella necesitaba su ayuda mientras él se sentía atraído por su belleza juvenil, lo que se suponía que sería una aventura de una noche se convirtió en algo más. Todo iba bien hasta que Rena descubrió que el corazón de Waylen pertenecía a otra mujer. Cuando esa mujer regresó, dejó de volver a casa, dejándola sola por muchas noches. Finalmente, un día, la pobre chica recibió un cheque y unas palabras de despedida. Para sorpresa de Waylen, Rena solo sonrió y dijo: "Fue divertido mientras estuvimos juntos, Waylen. Pero espero que no nos volvamos a ver nunca más. Que tengas una buena vida". Sin embargo, por voluntad del destino, los dos se volvieron a encontrar. Al ver que Rena tenía a otro hombre a su lado, los ojos de Waylen ardieron de celos y gritó: "¿Cómo diablos lograste seguir adelante? ¡Pensé que solo me amabas a mí!". "¡Es pasado!", Rena se burló, "hay demasiados hombres en este mundo, Waylen. Además, tú fuiste quien pidió la ruptura. Ahora, si quieres salir conmigo, tendrás que hacer cola". Al día siguiente, Rena recibió un anillo de diamantes y un mensaje del banco de que alguien había transferido miles de millones a su cuenta. Waylen apareció, se arrodilló frente a ella y dijo: "¿Puedo saltarme la fila, Rena? Todavía te quiero".
Madisyn se quedó de piedra al descubrir que no era hija biológica de sus padres. Luego la verdadera hija de esa familia le tendió una trampa, haciendo que la echaran de casa y se convirtiera en el hazmerreír de todos. Creyendo que era hija de campesinos, Madisyn se sorprendió al descubrir que su verdadero padre era el hombre más rico de la ciudad y que sus hermanos eran figuras de renombre en sus respectivos campos. Todos la colmaron de amor, solo para enterarse de que Madisyn tenía un próspero negocio propio. "¡Deja de molestarme!", dijo su exnovio. "Mi corazón solo pertenece a Jenna". "¿Quién te crees que eres? ¿Mi mujer siente algo por ti?", reclamó un misterioso magnate.
Eden McBride pasó toda su vida siguiendo las pautas de la sociedad. Pero cuando su prometido la dejó un mes antes de su boda, Eden deja de seguir las reglas. Una furia insaciable es justo lo que recomienda el médico para su corazón roto. No, en realidad no era así. Sin embargo, era lo que necesitaba Eden. Liam Anderson, el heredero de la empresa de logística más grande de Rock Union, era el tipo perfecto. Apodado el Príncipe de los Tres Meses porque nunca estaba con la misma chica por más de tres meses, Liam había tenido una buena cantidad de aventuras de una noche y no espera que Eden sea nada más que eso. Cuando se despertó y la encontró con su camisa de mezclilla favorita, Liam comenzó a estar irritado, pero extrañamente intrigado. Ninguna mujer había abandonado su cama voluntariamente ni le había robado. Eden había hecho ambas cosas. Necesitaba encontrarla y arreglar las cuentas. Pero en una ciudad de más de cinco millones de habitantes, encontrar a una persona era como buscar una aguja en un paja. No se vieron hasta que el destino los volvió a reunir dos años después. Eden ya no era la chica ingenua que era cuando saltó a la cama de Liam; en ese momento tenía un secreto que proteger a toda costa. Liam estaba decidido a conseguir todo lo que Eden le robó, y no fue solo su camisa.
Se suponía que mi matrimonio con Mathias me haría la mujer más feliz del mundo. Aunque sabía que él no me amaba, pensé que se enamoraría de mí una vez que lo colmara de amor. Ya pasaron cinco años y Mathias me trataba como a una cualquiera. Para colmo, conoció a su verdadero amor y cortó todos los lazos conmigo por culpa de ella. Él la presentó a todo el mundo; algo que nunca hizo por mí. Su infidelidad me llevó a la depresión. Me sentía totalmente destrozada. Tristemente, incluso en mi lecho de muerte, mi supuesto marido nunca apareció. Cuando volví a abrir los ojos, sabía que el destino me había dado una segunda oportunidad. Yo todavía era la esposa de Mathias y pasamos dos meses antes de que conociera a su verdadero amor. En esta vida, me negué a que él volviera a lastimarme. Consciente del gran error de mi antigua yo, le pedí el divorcio. Mathias rompió los papeles del divorcio una y otra vez y al mismo tiempo me encerró. "¡Rylie, deja de hacer estupideces! ¡Hacerte la difícil no me funciona!". Para demostrarle que hablaba muy en serio, seguí adelante y solicité a la justicia. Finalmente entró en pánico. Abandonó a la "mujer de sus sueños" y se arrastró a mi lado. "Por favor, dame una segunda oportunidad, Rylie. Te prometo amarte con todo mi corazón. Serás la única mujer en mi corazón de ahora en adelante. No me dejes, ¿de acuerdo?". Una guerra estalló en mi mente. Por un lado, no quería que me hicieran daño otra vez. Pero, por otro lado, no quería dejar ir al hombre que amaba tanto. ¡¿Qué debo hacer?!
Durante los tres años de matrimonio, lo único que Alicia recibió de su marido, Erick, fue indiferencia y disgusto. Justo cuando algo despertó su esperanza de que Erick finalmente hubiera cambiado, descubrió que él tenía motivos ocultos. Tanto el amor como la paciencia tenían fecha de caducidad. Incapaz de soportarlo más, Alicia solicitó el divorcio. Erick la acorraló contra la pared y exclamó: "¿Quieres divorciarte de mí? ¡De ninguna manera!". Aun así, Alicia estaba decidida a cambiar. Comenzó su camino hacia el éxito y pronto atrajo a muchos admiradores, lo que enojó mucho a Erick. Un día volvió a ver a Alicia, que estaba con unos niños. Al ver la escena, actuó fuera de lugar: "Déjame ser su padre". Alicia puso los ojos en blanco. "No necesito su ayuda, Sr. Ellis. Puedo cuidar de ellos por mi cuenta". Sin embargo, Erick no aceptaría un "no" por respuesta...